Por A. Bogado

Las elecciones del Consejo de la Magistratura no dejan de producir asombro en observadores y la ciudadanía en general. Es que nunca se pensó que se pusieran en práctica todas las mañas de la vieja política para conseguir un resultado a cualquier precio, sin escatimar medios ni usar al Poder Judicial como una suerte de aparato o maquinaria política para arrollar al adversario. Aplastarlo como cucaracha si fuese posible. O exterminarlo psicológicamente. Un juez jubilado festejaba de buena gana haber pasado a la pasividad -cuando fue a saludar a una colega la semana pasada- y poder ver con sus propios ojos, hasta dónde se llegó, con tal de aplastar cualquier oposición, a lo que se autodenominó oficialismo. Jueces mandados por otros operando en pasillos y despachos a toda hora, sin descanso, con tal de conseguir ese objetivo: aplastar cualquier disidencia que siquiera incomode al presidente y sus fieles seguidores. 

En el todo vale o vale todo, se permitió que voten tres jueces jubilados del Tribunal de Impugnación, que ocupan ese cargo desde hace más de dos años, sin que se haya llamado “a concurso”. Esos jueces, integran la Corte que deberá resolver si los que están se quedan o no, para siempre. Parece que únicamente esos tres jubilados tiene derecho a votar y los otros no. Vale aclarar que en ninguna parte del país se les permite votar a los jueces jubilados en las elecciones de consejeros. Solamente a los activos.

Es así como desde la oficina de prensa a la de superintendencia, se aunaron para el aplastamiento, para que quede clara la lección de que nunca más a nadie se le ocurra levantar la nariz para opinar de otra forma. Jueces que deberían haber sido destituidos como Soria, Martín Martínez o la jueza Güemes, se sumaron a la maquinaria devoradora de Catalano, Martini y Mariño y a sus brazos ejecutores Fernández Esteban y Petersen. Para cualquier ciudadano que mirase este triste espectáculo habría que explicarle que no se trata de una pelea de punteros políticos, sino del “honorable” Poder Judicial de Salta. Es decir de hombres y mujeres a los que todos les pagamos el sueldo para que administren justicia, y no para que aprieten a sus colegas con la finalidad de que los voten. Menos, para que arranquen firmas de adhesiones.

En el fondo, el tema no se trata  del Consejo de la Magistratura, sino de tener legitimidad interna para sacar como sea, la acción de inconstitucionalidad que eternice a los jueces de esta Corte, probablemente la peor desde que volvió la democracia en 1983. Las indefiniciones políticas colaboraron a fortalecer la idea de quienes comandan la movida de quedarse con el Poder Judicial entero más sus cargos, para siempre. Tampoco se sabe porqué esta gravísima situación no inmutó a ninguno de los tantos aspirantes a gobernador de la provincia. 

El magistrado jubilado a quien hacemos referencia, le comentaba a la jueza en actividad: “¿Qué hubiera pasado si los jueces votaran desde su despacho por medio de su computadora y recibiesen las propuestas y las fotos de los candidatos por internet y que nadie pudiera hacer campaña como si se tratase de una interna política? ¿Sin los viejos y removidos vicios de la política?”. Rápida de reflejos la mujer le contestó: “ganaba Domínguez por más del 60%, caminando”. En los pasillos judiciales cuentan que los candidatos Domínguez y Farah fueron advertidos de que no viajen a los distritos del interior, porque se había bajado la orden de no recibirlos. A ese nivel, el fortalecimiento institucional y la independencia del Poder judicial parecen la mejor broma para contar el fin de semana. Aunque los arrolladores no tienen sentido del humor. Les gusta maltratar, putear y dar órdenes, porque el que osa levantarles la vista cae en desgracia en el acto, irremediablemente.

Guillermo Polliotto y Gonzalo Mariño, integrantes de la lista oficialista, serán miembros del Consejo de la Magistratura

 

Elección de Consejeros Representantes de los Jueces

Lista “Para Afianzar la Justicia”: 68,90 %

Guillermo Polliotto y Gonzalo Mariño

Lista “Compromiso Judicial”: 26,89 %

Marcelo Domínguez y Pablo Farah        

Votos en Blanco                      4,82%