Tras el aumento de los cigarrillos, un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina estima que el consumo de tabaco se reducirá en un 15%. A continuación algunas creencias falsas que se tienen sobre el tabaco. (Garrik)
La Fundación Interamericana del Corazón Argentina realizó una investigación que reflejó que un alza de impuestos al tabaco que se traslade en un aumento del 50% del precio real de los cigarrillos, reduciría un 15% el consumo, es decir que, de 63 paquetes per cápita por año que se consumen, generaría una reducción a 54 paquetes. Por otro lado aumentaría en $17.400 millones de pesos adicionales la recaudación anual del Estado.
Según la Fundación, el consumo de tabaco produce 40.591 muertes por año en nuestro país. Es la primera causa de muerte prematura y evitable y golpea más fuertemente a los grupos más vulnerables. El aumento de precios de los productos de tabaco vía impuestos impactaría en una reducción de las enfermedades y muertes directamente atribuibles al tabaquismo.
Según un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, un aumento del 50% del precio real de los cigarrillos evitaría más de 25.000 muertes, 42.000 infartos, 11.000 nuevos cánceres y 15.000 accidentes cerebrovasculares (ACV) en diez años.
A continuación mostraremos 12 falsas creencias que se tienen sobre el tabaco, como parte de un documento elaborado por el Departamento de Salud e Higiene Mental de Nueva York.
La gente es libre de decidir si fuma o no: “Todos creemos que somos criaturas con completa libertad de decisión. Sin embargo, en el caso del tabaco, esta libertad queda trastornada por los anuncios y la adicción”. El dinero que los fabricantes gastan en publicidad suele superar, con creces, las sumas invertidas para controlar el tabaquismo. Y añade el informe que “la industria tabaquera se asegura de que haya suficiente nicotina en cada cigarrillo para mantener la adicción de las personas”.
Todo el mundo sabe lo malo que es fumar: Muchas personas saben que el tabaco no es sano pero todavía quedan ciertos grupos desinformados. Según los expertos, «pocas mujeres son conscientes de los peligros relacionados con su sexo, entre los que se encuentra el riesgo de padecer cáncer cervical, osteoporosis, menopausia temprana, abortos, embarazo ectópico -fuera del útero- e infertilidad.
Unos pocos cigarrillos al día no hacen daño: El cáncer de pulmón -explica el documento- sí guarda relación con la dosis; a más cigarrillos fumados, mayor riesgo de padecer este tipo de tumor. Sin embargo, otras enfermedades, como las cardiovasculares, no presentan esta característica y la probabilidad de sufrirlas aumenta aún consumiendo bajas cantidades (a partir de tres cigarros al día).
Los cigarrillos ‘light’ son menos dañinos: Los autores insisten en que esta clase de productos son tan peligrosos como el resto. Aunque las máquinas sí detectan niveles menores de nicotina y alquitrán, los autores insisten en que los consumidores fuman de una manera distinta a las máquinas, con lo que las cifras acaban siendo las mismas. De forma inconsciente, y para compensar los menores niveles, los consumidores fuman más cigarrillos, inhalan el humo más fuerte y profundamente, bloquean los orificios de ventilación.
Si quieres es fácil dejarlo: Es posible dejar de fumar pero no siempre es fácil. El ensayo recalca la naturaleza adictiva de la nicotina y la asemeja con la de otras drogas como la heroína, la cocaína y el alcohol.
Los medicamentos específicos no funcionan: Las terapias sustitutivas de la nicotina -parches, chicles y comprimidos- y el bupropion -un antidepresivo- sí son eficaces a la hora de propiciar el cese del consumo. La combinación de estos tratamientos con un apoyo psicológico suele resultar determinante.
Un fumador siempre será un fumador: El documento combate esta falsa creencia de manera rotunda: “Más de la mitad de los americanos que han fumado alguna vez ya lo ha dejado”.
Los fumadores sólo pierden un par de años de vida: Las personas que fallecen a causa del tabaco pierden una media de 14 años de vida, matiza el artículo. “No fumar alarga la vida, incluidos los años libres de discapacidad, y comprime esta invalidez a un menor periodo de tiempo […] Nunca es demasiado tarde para dejarlo, incluso las personas que lo abandonan tras décadas de consumo mejoran su salud y sus expectativas de vida”, añade.
El tabaco ambiental no mata: Treinta minutos de exposición pasiva al humo de tabaco son suficientes para que el sistema circulatorio del no fumador se comporte de manera similar al de un consumidor. Esta circunstancia aumenta el riesgo de sufrir, entre otras patologías, un trastorno cardiaco.
El tabaco es bueno para la economía: Los costes sociales del tabaco a largo plazo superan los beneficios, explican los autores del texto. Aseguran que si este producto desapareciese de la economía, el dinero “se invertiría en otros bienes y servicios que generarían el suficiente empleo y actividad económica para reemplazar lo que podría haberse perdido de la industria tabaquera”.
El problema del tabaco ya está solucionado: El trabajo aclara esta creencia errónea de forma tajante: “Globalmente, unos 1.300 millones de personas son fumadores -más que nunca en la historia- y, este siglo, más de 1.000 millones morirán de causas relacionadas con el tabaco, a no ser que se actúe urgentemente a nivel local, nacional e internacional”.
La industria ya no se dirige a los jóvenes: La mayor parte de los consumos se inician entre los 12 y los 17 años. Los fabricantes de cigarrillos son conscientes de ello y, por eso, continúan dirigiéndose a los más jóvenes. La presencia del tabaco en el cine o los materiales promocionales (camisetas, gorras) son dos de las vías empleadas para llegar a los más jóvenes, plantean los especialistas.