Por A. Bogado

Un vaguito intelectual con pretensión de adivino le preguntó a otro: “¿Qué tienen en común Salta y el Líbano?” Por supuesto, no supo qué responder.

A lo que el sacha mago remató: “En que hay muchas banditas con varios jefes pero ninguna suma lo suficiente como para llegar a gobernador”.

Tan complicado como eso. La postergación de las elecciones trajo un poco de alivio de unos días, pero pasada la sorpresa inicial las cosas volvieron a ser como antes.

Al igual que lo que pasa en la Nación, Cristina parece haberse consolidado a tal punto que hoy por hoy no hay ningún encuestador que se anime a predecir que habrá segunda vuelta. En tanto Cambiemos, estudia en sus laboratorios llamarse “Rajemos” y hasta se habla de enroque entre Vidal y Macri, copiando costumbres salteñas.

Pero lo importante y que definitivamente no apareció, es el tercer espacio, donde los especialistas en delirio del álgebra divagaban calculando: Lavagna suma 11%, Massa 8% y Urtubey 6%. Hasta donde un niño de primaria sabe sumar, eso da 25%. Sin embargo, los teóricos delirantes dicen que da 30% el espacio en pleno. Aunque ninguno de los tres candidatos suma todo junto ¿Entonces? ¡Qué difícil la hacen!

Volviendo a nuestra tierra, tanta indefinición política empezó a exasperar a propios y extraños. Algunos dicen que Sáenz mide el 23% a toda furia, Olmedo el 18%, Isa 11% y paramos de contar, porque todo el pelotón que sigue por atrás no llega al 10%. Mención aparte, Cristina puntea cómoda hace rato en toda la provincia, con lo cual las posibilidades de Leavy se agigantan.

Mientras todo esto empieza a quitar el sueño de intendentes, concejales, senadores y diputados sin alineamiento definido hasta el momento, otras oscuras especulaciones asomaron en el horizonte local.

Un patinador experto en lanzarse de un extremo a otro, como el popular Santiago “Indio” Godoy, después de putearlo desde hace años a Sáenz y hacer foco en cada falencia municipal para resaltarla desde el recinto o los medios de comunicación, ahora le hace guiños desesperados, mientras por bajo la mesa se escribe cartas de amor con el Oso Leavy, usando como intermediario al Rana Villa.

Y cuando ya nadie lo tenía en cuenta, se asoma nuestro Lord Voldemort desde la catacumbas, con su banda de vampiros alados sedientos de chupar sangre, sudor, lágrimas -y mucha sed de poder y revancha- anunciando a Juan Carlos Romero como posible candidato, con o sin Yararade. Y es que ni el mismísimo Harry Potter encontraría magia alguna para revertir las oscuras artes de Voldemort, ahora convocado como salvador ante una provincia que navega como cáscara de nuez en un mar embravecido…  ahí sí que a más de uno de se le frunció todo, menos el ceño.

En definitiva y para ir redondeando, se ha creado una nueva y numerosa comunidad de feligreses que no reza porque Cargnello declare ante la justicia, sino por saber qué hará Urtubey al final de cuentas. Que si sigue, si se baja, si se presenta como candidato a senador a vicegobernador o a nada. Tiempo no queda, aunque se hayan postergado las elecciones para más adelante, porque cualquier candidato deberá referenciarse con alguno de los protagonistas presidenciales de la primera vuelta.

El problema sería si les pasa como al Lole Reutemann, de quedarse sin nafta a cincuenta metros de la meta y no pasan las PASO, porque eso o quedarse en bolas es exactamente lo mismo. Cualquier cosa, uno puede treparse al monopatín, preguntar por el Indio y ver en que pared me paro antes de tirarme a la otra. Con tal ¿A quién le importa?