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El pronóstico del FMI es desocupación, recesión e inflación

El Fondo Monetario Internacional asegura en su informe sobre desempleo en la Argentina que el 2023 había cerrado en 6.6%, pero que este ascenderá al 8% en 2024 en un complejo contexto de recesión.

La Economía Argentina cae por segundo año consecutivo según el informe del FMI, donde estiman que en 2024 el derrumbe será de 2,8%. La inflación, que proyecta el Fondo Monetario Internacional para la Argentina trepa al 249.8% en 2024, para luego bajar a 59.6% en 2025. La última vez que la inflación cerró en dos dígitos fue en 2022, al terminar en 94,8%.

«Los movimientos de los precios al consumo se muestran como promedios anuales». Luego, en las tablas del apéndice del trabajo, prevén que en el acumulado del año finalice en 150% para diciembre, marcando una fuerte desaceleración contra el 2023, que cerró en 211%.

Sobre el desempleo, el FMI asegura en su informe que el 2023 cerró en 6.6%, pero crecerá al 8% en 2024 en el contexto de la recesión. Una cifra positiva es la que tiene que ver con el saldo de la cuenta corriente. Mientras que el año pasado cerró en -3.5% del PBI, en 2024 terminará positiva en 0.9% del PBI.

Los datos a nivel mundial del FMI

Los datos a nivel global en el World Economic Outlook (WEO) dan cuenta de que el crecimiento estimado será de 3,2% en 2024, tal como ocurrió en 2023. Lo mismo proyectan para el 2025. Si solo se mira las economías avanzadas, se estima en +1,7%, y los emergentes, donde se encuentra Argentina, en +4,2%.

Por un lado, el pronóstico para 2024 se revisa al alza en 0,1 puntos porcentuales con respecto a las Perspectivas de la economía mundial de enero de 2024, y en 0,3 puntos porcentuales con respecto a la edición de octubre.

La proyección de crecimiento global en 2024 y 2025 está por debajo del promedio anual histórico (2000-2019) de 3,8%. «Refleja políticas monetarias restrictivas y el retiro del apoyo fiscal, así como un bajo crecimiento de la productividad subyacente», analizó el estudio.

El crecimiento es históricamente lento, debido a factores a corto plazo, como los costos de endeudamiento todavía elevados y el retiro del respaldo fiscal, y a los efectos a más largo plazo de la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica».