Pasados los eventos de 1974, entre los cuales el más importante fue la muerte de Juan Domingo, en el país todo era ensayo y error para la quita de la libertad, de los derechos y de la muerte. Hago primero la crónica general, ya que los movimientos en todo el país fueron similares. Empecemos por el Operativo Independencia.

POR KARLA LOBOS

A partir del éxito de la Revolución cubana en 1959, algunos grupos revolucionarios eligieron al noroeste argentino para iniciar guerras de guerrillas basadas en la teoría del Foquismo, (modalidad de lucha armada revolucionaria que consiste en emplazar grupos móviles en puntos estratégicos de un país, especialmente en las zonas campesinas y en lugares próximos a las pequeñas ciudades para promover encuentros de desgaste militar y psicológico contra las fuerzas armadas conocidas. El primer intento fue dado por los Uturuncos en 1959 en los límites de Catamarca y Santiago del Estero.

Ya en 1964, la Gendarmería Nacional Argentina eliminó al Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) en Orán. A partir de ese momento, los militares argentinos tomaron a la zona noroeste como una entrada del comunismo internacional. La Gendarmería instaló una unidad en el ingenio Ledesma para controlar el movimiento fronterizo y migratorio en los ingenios de Salta y Jujuy.

A principios de los 70, Mario Roberto Santucho, líder del Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) impulsó un foco guerrillero en Tucumán. Proponían un Estado socialista, al que solo podían conquistar “por la fuerza de las armas”.

Su primera acción armada en Tucumán tuvo lugar el 6 de septiembre de 1971, momento en que un pelotón liberó a doce presos de la cárcel de Villa Urquiza, para lo que mató a cinco guardias de la prisión. Montoneros tampoco se quedó atrás y el 20 de octubre de 1970, asesinó a un agente de policía. Durante los siguientes tres años, ambas organizaciones siguieron “fortaleciendo” la guerrilla, matando a otros ocho miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia.

La Compañía “Ramón Rosa Jiménez” hizo su presentación como estructura en Acheral, copando la ciudad. Tomaron la comisaría, con tres policías adentro, y la estación ferroviaria. Bloquearon el acceso de la ruta 38 y en un par de horas, realizaron pintadas, arengaron contra la policía en un bar y robaron dos camionetas.

El 5 de enero de 1975, un avión de transporte militar DHC-6 Twin Otter, matriculado AE-259 que efectuaba tareas de reconocimiento se estrelló en la ladera del Cerro Ñuñorco Chico, cerca de Tafí del Valle. El portavoz del Comando del III Cuerpo de Ejército declaró que el avión “podría haberse estrellado o haber sido derribado”. Pero algunos relatos hablan del empleo de ametralladoras antiaéreas por parte de los guerrilleros y éstos lo reconocieron en sus documentos oficiales: “Fue derribado un helicóptero como mínimo y se produjeron alrededor de 60 muertos y numerosos heridos en el enemigo …”.

El general Acdel Vilas, a cargo de la operación, siempre descartó esa versión y la consideró simple propaganda de la guerrilla: “Fue un accidente, provocado por las nubes bajas y algún error técnico de la nave o del piloto. El ERP nunca tuvo armas antiaéreas, ese mito era parte de la propaganda propia, que la prensa y muchos políticos asumieron como cierto, no sé si por inocencia o por otras razones inconfesables”.

Un mes después, la presidenta María Estela Martínez de Perón firmó el decreto que ordenaba al Ejército conducir el plan de ataque contra la guerrilla en Tucumán. Por el Decreto Nº 261/751011, con fecha 5 de febrero de 1975, del gobierno nacional, todavía, constitucional, de María Estela Martínez de Perón, dirigido al Ejército y a la Fuerza Aérea, se ordenaba “neutralizar y/o aniquilar” el accionar de los “elementos subversivos” en la Provincia de Tucumán.

El despliegue de mil quinientos soldados se inició a las 06:00 del 9 de febrero y se completó esa misma tarde, estableciendo el Comando Táctico de Vilas en la comisaría de la ciudad de Famaillá, a 35 kilómetros de la ciudad de San Miguel de Tucumán y a 10 de los cerros donde se concentraba la guerrilla.

El grueso de los efectivos se instaló en los poblados a lo largo de la ruta 38 para cortar los lazos de la guerrilla con la población civil y evitar el abastecimiento. De esta manera, se extendió el teatro de operaciones a la población civil, buscando desarticular el movimiento social tucumano.

El operativo de contrainsurgencia incluyó combates y actos represivos contra las organizaciones guerrilleras, como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Montoneros, partidos políticos, sindicatos, organizaciones estudiantiles y cualquiera que profesara una ideología política contraria a la propia (de ellos).

Las Fuerzas Armadas instalaron en Tucumán un estado de sitio, con aplicación de técnicas sistemáticas de terrorismo de Estado, que incluyeron el establecimiento de centros clandestinos de detención (campos de concentración). Durante este período se produjeron una serie de combates sangrientos y violaciones a los derechos humanos, judicialmente reconocidos como “genocidio”.

El Operativo Independencia estuvo inicialmente al mando del general Acdel Vilas, quien afirmó que esa “guerra era eminentemente cultural”, ya que “la guerrilla en el monte era solo la manifestación armada del proceso subversivo y no la más importante”. Calculaba que los guerrilleros eran alrededor de 300, número que podía ascender a 500 o 600, contando el apoyo logístico que tenían en el llano. Pero según el líder militar del ERP, Enrique Gorriarán Merlo, nunca fueron más de 100. Es más, un cable de Latin Reuter de la época decía que “nunca hubo más de 70 combatientes del ERP, en Tucumán”.

Las fuerzas comprometidas en el Operativo ocuparon la capital de la provincia y las zonas rurales cercanas, bloqueando la llegada de armas, medicamentos y demás elementos hasta donde se encontraban los guerrilleros, dejándolos aislados. Mientras, comenzaban las detenciones. Cayeron obreros, docentes, militantes, estudiantes.
En el marco del Operativo Independencia se desarrolló una gran cantidad de secuestros, ejecuciones, torturas y desaparición de los cuerpos de las víctimas. Eran la antesala de lo se venía a nivel nacional.

Para diciembre, el teatro de operaciones tucumano del ERP había quedado reducido a algunos pelotones, ya que las compañías de comandos del Ejército estaban presionando fuertemente. El Operativo Independencia comenzaba a tener éxito. Estaba todo preparado para el Gran Golpe, un par de meses después. Entre febrero y diciembre de 1975, en el Operativo Independencia murieron 163 miembros de la guerrilla rural y 53 de las fuerzas de seguridad en Tucumán.
Cualquier semejanza con la realidad actual, es mera coincidencia…