Icono del sitio Cuarto Poder

El parteaguas

El 2 de setiembre se renuevan autoridades nacionales y provinciales de ATE. Los K y la línea que conduce el gremio desde 1984 tienen chances de triunfo. La disputa salteña no expresa las discrepancias nacionales aunque esos resultados determinarán el rumbo local. (Daniel Escotorín)

Cinco listas competirán el próximo 2 de setiembre para intentar llegar a la conducción de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), de ellas dos son las que tienen reales chances de llegar: la lista de ANUSATE, que postula como secretario general nacional a Hugo “Cachorro” Godoy y secretario adjunto a Julio Fuentes (actual titular de ATE) y la lista VERDE Y BLANCA ANUSATE FEDERAL que encabeza Fernando Acosta (de ATE Jujuy) y Miguel Pelandino. Luego están las listas de Raquel Blas-Ana Lasta (lista Bermellón); Juan Arnedo-Gustavo Lerer (lista Gris), y Edgardo Castro y Andrés Scanio (lista Naranja Lila).

En Salta compiten las dos primeras más la Lista NARANJA que apoya a la BERMELLON nacional del Partido Obrero. Por la lista de Godoy -Fuentes va Jorge Omar Torres (secret. General) y Silvina Guanca (adjunta), mientras que por la Acosta- Pelandino se postula Juan Arroyo (actual secretario general) que va por su reelección. Hasta aquí los datos.

El presente que ya no está

Las dos listas con chances de triunfo a nivel nacional, vienen del mismo tronco: la ANUSATE histórica de Abdala y de Gennaro. ¿Qué los dividió? Lo mismo que a la CTA, la mirada sobre el gobierno nacional. La conducción actual, alienada con de Gennaro, expresa una crítica al kirchnerismo, mientras que la otra plantea una extraña mezcla de autonomía y adhesión K. “Nando” Acosta fue un puntal de la CTA Autónoma, pero ahora deja salir sus críticas a la conducción nacional tanto de ATE como de CTA. A uno por su ausencia en los conflictos provinciales, al otro por su alineamiento con la CGT de Barrionuevo y Moyano. Es que Micheli no dejó oportunidad de aparecer en la sede de Azopardo junto al camionero y el gastronómico, siempre en un rol secundario. Gradualmente fue quedándose corto de apoyo.

Pasando en limpio: si gana el oficialismo se mantiene la línea política, apoyo a de Gennaro y se abriría el camino para desplazar a Micheli de la CTA Autónoma en las próximas elecciones con lo cual ATE seguirá siendo la columna de esta central; si gana Acosta significa una crisis de proporciones para esta central porque el debate que plantea Depetri a futuro es ganar ATE para refundar la CTA sin Yasky y sin Micheli. En cualquier caso Micheli sabe (o debería saber) que tiene sus días contados en la CTA pero también la misma Central está en una encrucijada en la que se juega su existencia misma. Se provoca una paradoja: si gana Fuentes (oficialismo) se divide ATE pero se sostiene la CTA Autónoma; pero si gana la oposición K (Acosta) la CTA prácticamente desaparece si no va a un proceso de refundación o de reunificación con la de Yasky. Se trata de uno de los últimos bastiones genuinos de autonomía gremial en el movimiento obrero argentino.

Salta

También aquí las dos listas van en una disputa que al parecer es pareja, pero donde los contrincantes se conocen puesto que también provienen del mismo tronco. ATE marcó también la historia del gremialismo salteño. En los inicios de la democracia comenzó un proceso de renovación encabezado por Carlos Allende, continuado y sostenido por Vuenaventura David, quien piloteó el gremio en los peores años de ajuste en Salta.

David es actualmente secretario general de la CTA autónoma y desde mediados de 2000 le sucedió en ATE Vicente Marti, acompañado por Juan Arroyo. Este lo reemplazó y va por su segundo mandato. Pero a poco de iniciar su gestión surgieron diferencias con Marti, miembro de la conducción nacional. En sí, las diferencias nunca fueron sustanciales sino más bien de forma o de gestión. Ambos sostienen una política basada en la presión y el diálogo, donde la cultura gremial combativa reside en las bases representados por los delegados, una característica que ATE mantuvo y alimentó permanentemente. Esto es visible ya que aun cuando el gremio mayoritario era UPCN, la combatividad de ATE era la que obligaba a los gobiernos a conceder reivindicaciones mayores a las que ofrecía originalmente.

En las alienaciones respectivas no se puede vislumbrar el futuro de la ATE Salta, sino es en consonancia con lo que resulte de la elección nacional. La CTA en Salta no ha planteado un alineamiento con alguna de las dos y ambas listas parecen apoyar la continuidad del actual proyecto. Esto confirma que las diferencias locales no son la expresión de lo nacional.

Lo que fue

ATE construyó la imagen poca vista en el sindicalismo argentino: democracia, participación, autonomía, combatividad. Esto fue el proceso que Víctor de Gennaro y Germán Abdala iniciaron por 1984 logrando hitos importantes, quizás el más alto la fundación de la CTA (Central de Trabajadores de Argentina) y la ruptura definitiva de la CGT en 1991. Alrededor de ATE confluyeron gremios, organizaciones sociales, productivas, de DD.HH. etc. Para formar una nueva central que rompía con el molde autocrático y verticalista de la CGT subordinada al PJ. ATE es el pilar de la CTA y desde esta se avanzó en la intención de conformar un nuevo movimiento político, proyecto que quedó tronchado y que sufrió un duro golpe en las PASO de este año, cuando de Gennaro no superó el 1.5% para su candidatura a presidente de la nación.

En el 2010 la CTA se fracturó cuando el entonces secretario general Hugo Yasky (docente) se alineó con el kirchnerismo y compitió con Pablo Micheli (secretario general de ATE), de allí derivaron sendas CTA (Nacional y Autónoma, respectivamente). Desde entonces ATE fue el sostén político de la CTA autónoma, pero las voces críticas internas pronto se hicieron sentir. En un inicio uno de los puntales del kirchnerismo fue el estatal Edgardo Depetri, quien ahora apoya a Acosta. En la seccional de la CABA las divisiones más visibles y el michelista José Luis Matassa apuesta a conservar el cargo distanciándose de los las dos listas.