¿La paternidad voluntaria es posible? Lo ha sido siempre, biológicamente los hombres tienen esa ventaja, ¿pero podría darse un sinceramiento como se dio con la Interrupción Voluntaria del Embarazo y que esta posibilidad sea parte de la nueva forma de ver el hecho de tener un hijo? (K.L.)

A partir del tratamiento y posterior legalización de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, surgen otras inquietudes. Lo que antes estaba penado por la ley, ahora es un derecho. ¿Pasaría lo mismo si se planteara la paternidad voluntaria, a partir de ahora?

Aclaro de entrada que no soy «pañuelo verde» ni «celeste». No milito en las filas del feminismo y estoy muy lejos de ser «machista». Defiendo la igualdad de derechos. Dicho esto, me adentro al tema, analizándolo con la sensibilidad necesaria.

A partir del 30 de diciembre pasado se estableció un nuevo derecho para las mujeres. El derecho a elegir. Hay mujeres que no se sienten preparadas o tienen entre sus planes de ser madres y que, por circunstancias no voluntarias, terminaron embarazadas. Esas mujeres a partir de ahora tienen el derecho a elegir.

Ahora bien, hay una realidad inobjetable y es que los hijos se conciben entre dos seres humanos, uno debe ser mujer y el otro debe ser hombre. De otra forma no funciona, por lo menos por la vía natural. Entonces, a partir del derecho a decidir si quiere ser madre o no, de la mujer, sería adecuado preguntarle al hombre si está en condiciones de ser padre también. Hoy en día, sería lo justo.

Antes de que me empiecen a buscar para pegarme, analicemos en que consistiría esa paternidad voluntaria. Sabemos, sin demasiado análisis que, en nuestro país (y en el planeta Tierra entero), un gran porcentaje de hombres no cumplen con la cuota alimentaria que les impone la ley. Otro porcentaje se hace cargo de sus hijos, sólo por medio de un juicio de filiación. Otro porcentaje, no hace ni una cosa ni la otra. Y el último valor porcentual, se hace cargo no solo de la cuota sino también de estar presente en la vida de ese niño. Esas son las cuatro situaciones que viven los hombres respecto a la paternidad.

Existen motivos de tipo práctico y jurídico que justifican porque no se le puede conceder el derecho al varón para decidir sobre su paternidad. En el sentido práctico el varón no necesita el reconocimiento de ningún derecho para sustraerse de sus obligaciones familiares ya que en los hechos la que carga con el costo del cuidado de los hijos siempre fue y será la mujer.

Para conseguir datos estadísticos recurrí al abogado de familia, Víctor Hugo Sarmiento, quien además es especialista en abuso sexual infantil y violencia familiar, quien explicó que «entre los cientos de casos que llevo en mi estudio, de mujeres que reclaman alimentos y filiación, solo tengo el caso de 3 varones que reclamaron alimentos, esos números evidencian que el varón no necesita ninguna legislación que lo ampare para no cumplir con sus obligaciones».

Entonces, ¿para qué sacar una ley para no ser padre si en los hechos el varón ha diseñado un sin fin de métodos para no pagar alimentos, para no colaborar con el cuidado de sus hijos? Ocultan bienes a nombres de familiares y amigos para no pasar alimentos, se hacen registrar con media jornada para que no le cobren la totalidad de los alimentos, cobrando el resto en negro, se hacen embargos simulados. Siempre encontrando la forma de eludir su responsabilidad.

La mujer también encontró la forma de eludir la ley en lo que, a ser madre se refiere, si se quiere, aunque a costa de una remuneración económica bastante importante o de su salud y hasta de su vida, en algunos casos.  Se produjo un sinceramiento, mediante el cual, no sólo se vio la realidad de la cantidad de mujeres que perdían la vida por no tener medios para realizarse una intervención sanitaria correcta, sino también que la cantidad de abortos realizados era mucho mayor, pero por parte de gente con recursos, que no lo hacía notar de ninguna manera. Pero con la nueva ley la realidad promete ser otra.

Siguiendo con mi idea de buscar justicia y equilibrio entre ambos bandos es que pregunto, ¿podría pasar lo mismo con los hombres que no quieren ser padres? ¿Sería muy loco imaginar que exista la posibilidad de que un hombre decida antes de las 12 semanas de embarazo no ser padre y renunciar a sus derechos y obligaciones? Eliminando cualquier posibilidad de reclamo posterior por parte de la madre.

En la actualidad, la ley no puede obligar al padre a que mantenga un régimen de comunicación en favor de sus hijos, ya que la ley no puede obligarlo a querer a sus hijos.

Capítulo aparte y con un análisis más profundo es el de la identidad del niño o niña. El derecho humano a la identidad es, en primer lugar, uno de los derechos implícitos protegidos por el artículo 33 de la Constitución Nacional. Pero además de ello, el Sistema universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho a la identidad tanto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Art. 18), como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 24) y la Convención de los Derechos del Niño (arts. 7 y 8). A su vez, dicha normativa internacional ha tenido repercusión en la legislación interna, especialmente en la Ley 26.061 y su decreto reglamentario 415/2006 que receptan, entre otras garantías, la inmediata identificación e inscripción en un registro (Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas) y el acceso gratuito a la documentación de identidad personal.

Desde lo sociológico, también busqué la opinión de un especialista, Agustín Pérez Marchetta, sociólogo e integrante de la Agencia de Mujeres Géneros y Diversidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Salta, quien explica que «haciendo una inflexión filosófica epistemológica, el contexto de pensar que un varón tendría hasta las 12 semanas para elegir si ejercer o renunciar a su paternidad se está salteando la discusión y el debate de la Educación Sexual Integral, porque al momento del coito no hubo un cuidado en términos sexuales, aunque puede haber habido un accidente, en ese caso hay una situación más de equidad en la que ambas personas eligen por igual. Una vez que se dio la situación de que hubo un encuentro sexo-afectivo o sexual casual, prima el deseo del cuerpo gestante por encima del cuerpo que solamente otorga el esperma».

Pensar en la construcción de paternidad y maternidad en términos sociológicos, es más bien algo cultural que puede ejercer o no el padre biológico. Que uno haya depositado la mitad del ADN no garantiza en términos socio-antropológicos la paternidad. «Se puede dar este debate, pero en este contexto sigue operando el patriarcado, desde una mirada de perspectiva de género o en el pensamiento horizontal, en el cual se vuelve a poner el foco en el momento de mayor vulnerabilidad o de decisión de la mujer, mientras el varón tuvo muchas otras instancias. Si ese varón usó preservativo, ahí decidió. Si se lo sacó al momento del acto sexual, eso es violencia sexual. Es por eso que decimos Educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto para no morir».

Son varias las aristas que tiene este tema y corresponde hacer un análisis de cada una.