La Corte de Justicia de Salta confirmó la condena de una mujer que en el fragor de una larga discusión amenazó a la vecina con cagarla matando a ella y a toda su familia. Le dieron seis meses de prisión en suspenso.
Seguramente usted también tuvo una de esas típicas discusiones con el vecino, por la medianera, por el perro, por la vereda, etc. y alguna vez, también, seguramente las discusiones fueron un tanto acaloradas y el uso florido de los adjetivos que caracterizan el habla de la ira se hizo presente. La próxima vez que esto suceda, piénselo dos veces.
“Así que me ha’ denunciao, carnera hija de mil puta’ te vua’ cagá matando a vo’ y a tu familia” sería aproximadamente la frase que el 27 de octubre de 2009, la hoy condenada, Marta R. C. le dijo a su vecina en medio de una discusión.
Amenazar, según la Corte, implica “proferir manifestaciones intimidatorias que deben ser empleadas con el solo propósito de afectar el ánimo de la víctima y que se satisfacen con ser idóneas para amedrentar, con independencia de que ese efecto se concrete”. Lo que en cristiano, es algo así como meter miedo, intimidar, y esto fue lo que sucedió con la vecina amenazada, quien tuvo que mudarse al poco tiempo de que fuera amenazada.