Molesto por la postura intermedia de Gioja en el debate por los holdouts, la tropa de Cristina Kirchner ve al ex gobernador bonaerense como «prenda de unidad»; hoy, un acto en Avellaneda.

En pleno fuego cruzado puertas adentro del peronismo y cuando faltan tres semanas para el cierre de listas, el kirchnerismo duro echó a rodar una carta que sazona la disputa: posiciona a Daniel Scioli como la «prenda de unidad» para presidir el partido y evitar así una elección interna que casi nadie quiere.

«Ni Gioja ni Capitanich «, resumió a LA NACION un dirigente activo en las conversaciones, en referencia al plan diseñado como una forma de zanjar el tironeo con un tercer actor.

El ex gobernador sanjuanino quedó en la mira de la tropa más incondicional a Cristina Kirchner por su postura intermedia en el debate por los fondos buitre, aunque finalmente terminó votando en línea con el bloque del Frente para la Victoria. Pesa, además, el respaldo que cosecha dentro del PJ tradicional -de mandatarios y un grupo de intendentes-, algo que el ala K ve con recelo.En carrera, aunque nunca formalizó su postulación, Capitanich tendrá esta tarde un despliegue florido en la UTN de Avellaneda, distrito del intendente Jorge Ferraresi. La convocatoria se amplió hacia diversos sectores del dispositivo no PJ, como La Cámpora, Kolina, Nuevo Encuentro, organizaciones sociales, y figuras ministeriales de la era anterior, como Agustín Rossi, Carlos Tomada y Axel Kicillof. Todos reconocen a la ex presidenta como «jefa».

Más internas

Otros, de peso relevante como el Movimiento Evita, pegan el faltazo. «Con el pretexto de la unidad convocan desde una parte, no incluyen a la totalidad», dijo a LA NACION el diputado bonaerense Fernando «Chino» Navarro. Y completó: «No creo en Gioja como expresión de algunos gobernadores, ni en Scioli sólo con La Cámpora. Tenemos que estar todos representados».

Bajo el eslogan «Queremos Patria», el plenario arranca a las 14, con la apertura del propio Scioli, que, a priori, no planea quedarse en la discusión de las comisiones temáticas ni para el final. El discurso de cierre era hasta ayer eje de rencillas. «Coqui», organizador de evento, quería dar el broche de oro a la juntada, mientras que otros preferían que quedara en la voz de Máximo (que llamó para invitar dirigentes) o Alicia Kirchner, aunque no tenían asistencia cien por ciento confirmada.

En la actividad no se prevé ningún pronunciamiento ni la unción de candidatos al PJ, sino que la intención será mostrar un perfil claramente opositor a Mauricio Macri. Se trata de una diferenciación con el grueso de los gobernadores y legisladores, con el senador Miguel Pichetto a la cabeza, que promueven una relación moderada caracterizada como una «gobernabilidad de ida y vuelta» con la Casa Rosada.

¿Quiere Scioli presidir el PJ? «No se está proponiendo como candidato, sino para encabezar desde donde sea la unidad», dijeron en su entorno. Descartan, eso sí, que acepte ir en una boleta para competir con otro contrincante por el liderazgo del sello. ¿Podría avanzar su postulación? Las aguas están divididas, sobre todo lo repelen caciques y jefes comunales que mascullan cierto rencor por la falta de conducción durante la campaña presidencial y el alineamiento directo que le atribuyen con El Calafate.

La pelea por el PJ sólo importa para mantener la «herramienta electoral» pero nadie apuesta a que desde allí se opere una reconstrucción partidaria. De hecho, los más pragmáticos consideran que ante la falta de consenso el destino anunciado es la intervención. Entre otros puntos, está objetada la última renovación de la cúpula cuyo mandato vence en mayo.

La jueza electoral María Servini de Cubría tiene en su poder el derrotero justicialista y, por eso, emisarios bien discretos se trazaron como meta conseguir una «intervención amigable»

Fuente: La Nación