Si en 1582 Hernando de Lerma hubiese imaginado que ésta muy noble y leal ciudad quedaría en manos de Bettina Romero, quizás hubiera cambiado de rumbo.
En lo que va de su mandato la alcaldesa no ha logrado más que multiplicar conflictos y desaciertos que hoy producen quejas, hasta en el ciudadano menos comprometido con la cosa pública.
La mala relación que sostiene con la mayoría agravada del Concejo Deliberante, se ha expandido al Tribunal de Cuentas Municipal. Ello sin contar que el vínculo con el gobierno provincial solamente se mantiene por la pericia y el delicado equilibrio que le imprime su padre, el senador Juan Romero.
Rodeada de sus alfiles Daniel Nallar y Bernardo Racedo Aragón, transita sin mayor aprobación por la gestión y provocando a diario, a sindicalistas, funcionarios y dirigentes políticos.
SIN APOYO DEL CONCEJO DELIBERANTE
A pocos escapa que más de 16 concejales se muestren contrarios a los designios de la Intendenta, luego de que al momento de remitir su estructura de gobierno anticipara que poco le importaba que hicieran los ediles.
Al momento de elegirse el presidente del cuerpo también operó en contra del sector saencista, buscando la traición de Frida Fonseca Lardies. Finalmente se impuso Darío Madile, figura cercana al Gobernador que se ha mostrado cauto en la interlocución con el Departamento Ejecutivo Municipal, pero que padeció en ese tiempo las impropias presiones para que eligiera un Secretario Administrativo del coleto de Bettina y que le fue informado por whatsapp. Toda una señal de que la titular del sillón capitalino no busca armonizar con Gustavo Sáenz, sino que considera que cualquier terreno es bueno para medir su fuerza. Hasta ahora ha perdido en cada episodio de confrontación.
PELEAS CON EL TRIBUNAL DE CUENTAS MUNICIPAL
En estos días el cuerpo deliberativo de Salta aprobó la Cuenta General del Ejercicio, la que el Tribunal de Cuentas Municipal envía puntualmente todos los años.
Un dato que resultó curioso fue que Bettina Romero contratara una consultora para investigar a Sáenz en su gestión como Intendente, la que no pudo cumplir con su cometido porque los concejales aprobaron el dictamen del órgano de control externo que no encontró irregularidades.
En la intimidad de su gabinete la Intendenta actual sostiene a viva voz que los funcionarios que le precedieron son corruptos y que hay que investigarlos. Sin embargo, ninguna auditoría ha concluido en el sentido que ella pretende y ahora reniega del Tribunal de Cuentas Municipal. Para castigar a sus miembros ha comenzado una avanzada tendiente a que sea la Auditoría General de la Provincia la que analice el gasto público del municipio capitalino, contando para ello con el aval del polémico abogado Gustavo Ferraris, quien es su actual presidente y responde al romerismo en términos incondicionales. Daniel Nallar, quien fue miembro de este órgano provincial es quien opera para forzar la desaparición de los observadores municipales . Hasta ahora también ha fracasado.
En lo personal, tampoco se privó de nada. La venganza se tradujo en la cesantía de la hermana del Presidente del Tribunal de Cuentas Municipal, Sócrates Paputsakis.
CONTRATIEMPOS CON EL TRIBUNAL DE FALTAS
No pasó desapercibida la renuncia a la Presidencia del órgano judicial municipal, del abogado Diego Peretti Figueroa, quien dimitió por incompatiblidades con los criterios de la Intendenta y destratos que cualquier persona honorable no puede tolerar. En ese momento, el juez dijo que resultaba imposible concretar los proyectos planteados desde la época de transición haciendo inviable su continuidad en la cabeza de ese organismo.
Además, Bettina se opuso inicialmente a los pliegos de Christian Abdenur y Soledad Gramajo –a ésta última le imputó bizarramente apego a la bebida-, los que habían sido firmados por Gustavo Sáenz antes de ocupar la responsabilidad de Gobernador. Finalmente las postulaciones fueron aprobadas por el Concejo Deliberante y es éste otro de los motivos que provocaron el distanciamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo.
CONFLICTOS CON LA COOPERADORA ASISTENCIAL
La desaparición de la Cooperadora Asistencial de la Capital, producida por la decisión de eliminar el tributo que la financiaba cuando Fernando Yarade hizo firmar un pacto fiscal para realizar ajustes en el último tramo urbubeycista, también provocó conflictos con el gobernador.
En ese entonces, de casi 260 empleados, Bettina Romero solamente rescató a 35; dejando sin expectativas de continuidad al resto. La sensibilidad del gobernador permitió la contención de los restantes, pero nuevamente la postura caprichosa de la intendenta lastimó la relación que habían cultivado en la campaña en la que la mayoría de los votos los cosechó Sáenz.
El Arzobispado y la Cámara de Comercio retiraron a sus representantes –Alfredo Caniza y Javier Cornejo Solá, respectivamente- por destrato y manoseos. Ellos presentaron sus renuncias indeclinables cuando advirtieron que en el despacho mayor de la Avenida Paraguay la alcaldesa hablaba de corrupción sin mayor prueba que su convencimiento. También renunció la Tesorera Graciela Gilabert.
La tarea social que se venía realizando no ha sido sustituida, a pesar de que la crisis de la pandemia justifica sobradamente que se intensifique la ayuda social. A modo de ejemplo, las personas en situación de calle debieron agradecer al buen clima que les permitió padecer sólo algunas noches de helada intensa, sin un refugio dónde cobijarse para no pasar la noche a la intemperie. La gestión de Acción Social se limitó a organizar brigadas de asistencia en la que acercaron comida y algunas donaciones, que no alcanzaron para menguar el frío helado de la intemperie sin refugio.
EL RECHAZO DE LOS SINDICATOS A LA GESTIÓN ROMERISTA
Desde el inicio de la gestión no han cesado los problemas con los representantes gremiales municipales. Ya en enero César Molina y Ricardo Vaccari (Agremiación de Empleados Municipales de Salta), Carlos Armengot ( Personal Jerárquico Municipal), Walter Lávaque (ATMSalta) y Sergio Rodríguez (SiMuSa) denunciaron que había despidos, descategorizaciones; falta de pago de haberes y atropellos laborales
Para junio de este año Bettina Romero logró que se unieran los nueves gremios municipales para realizar un paro por 48 horas persiguiendo corrección en el aumento salarial y que cesen las persecuciones judiciales y de los despidos encubiertos en la Subsecretaria de control comercial, la Subsecretaría de Ambiente, Obras Públicas, la Agencia de Recaudación y el Tribunal de Faltas.
Ella ha signado su gestión con la falta de diálogo y prefiere contestar por Twitter. Toda una coquetería que encubre razones bastante más lógicas. Sus asesores le aconsejan mediatizar las respuestas y rehuir lo presencial porque tienen seguridades de que el cara a cara de su jefa puede culminar en gestos o palabras autoritarias que podrían agravar aún más la situación.
No fueron pocas las oportunidades en que el destrato se ha dirigido a personas de su confianza que integraron su equipo de trabajo, y que se fueron. Javier Massafra, Emilio Savoy (Secretario de Hacienda), Guillermo Brandan Valy (Secretario de Prensa), María Florencia Ghiberti (Subsecretaria de Presupuesto), Guadalupe Colque (ex Secretaria de Acción Social de Sáenz) son ejemplos de quienes debieron renunciar antes que soportar sus hostilidades.
A estos, debemos agregar a quienes todavía resisten estoicos los embates de la alcaldesa pero que por las dudas, tienen sus valijas preparadas detrás de la puerta, como los mismos coordinadores Bernardo Racedo Aragón, y Daniel Nallar, además del Secretario de Hacienda Daniel Amador (tío político de la intedenta). Un caso emblemático es el del Secretario de Ambiente Aroldo Tonini, quien renuncia prácticamente día por medio, y a quien sólo lo frena su lealtad al senador Romero.
Pero la pelea más virulenta se dio en Tránsito, luego de que Bettina Romero intentara delegar las facultades sancionatorias de forma exclusiva en la policía provincial y un grupo de empleados iniciara un paro de actividades. Este conflicto tampoco está cerrado, y la semana pasada el Secretario de Trabajo de la Provincia retrotrajo la situación al estado anterior a la huelga, obligado a la Intendenta a detener su decisión. La acusación generalizada de que todos los inspectores son corruptos es la llama que inició el incendio. La imprudencia de la alcaldesa, sigue presente.
SOSPECHAS DE CORRUPCION EN LA PUBLICIDAD OFICIAL
Uno de los aspectos más cuestionados de la gestión de Bettina es el otorgamiento de dinero público para empresas de sus familiares.
El abogado Sergio Aguilera denunció a los funcionarios del gabinete de la intendenta Bettina Romero por beneficiar específicamente al Horizontes S.A. donde sobresalen los nombres de Sergio y Marcelo Romero, y a Giro SRL, donde participarían como dueños Tito y Juan Bautista Romero. El letrado cuestiona que la mayor parte del dinero de la pauta vaya a estos medios y desconozcan la importancia del resto de los comunicadores y periodistas. Por eso habla de administración fraudulenta y negocios incompatibles con la función pública.
No ha dejado de pedir que se investigue a Juan Aranda, por ocultar sus intereses en las revistas ABC y Salvador, como también a Federico Mena Saravia, a quien acusa de crear páginas digitales fantasmas. En estas imputaciones también ha caído el nombre de Agustina Gallo, ex funcionaria urtubeycista y saencista que ahora tiene a su cargo la política “incomunicacional” del municipio gracias a su amistad con Bettina.
Se suma un “contrato de locación” de servicios con factura aprobado por Decreto, en el que se abona mensualmente la suma de $200.000, al señor Marcelo Sosa en concepto de servicios laborales. Si bien no se adjunta el contrato, ni se menciona el tipo de servicio en cuestión, Sosa es director creativo de la agencia Sushi. Con lo que se infiere que la intendenta erogaría mensualmente esa suma, en concepto de armado de campañas publicitarias.
EL NEGOCIO DE LA BASURA
Una novela se desató con la renovación del contrato de recolección de residuos y disposición final que todavía no ha culminado. En medio de especulaciones varias, algunas improvisaciones determinaron nuevas trifulcas con algunos concejales.
Luego de que trabajaran en el pliego de licitación, fueron recibidos por Daniel Nallar, quien les informó que querían otorgar el servicio mediante un contrato de locación y no por concesión como manda la Carta Orgánica Municipal. Semejante cambio de criterio fue tomado por los ediles como una falta de respeto, considerando que la nueva forma jurídica que se sugería determinaba que se eludiera el control del Concejo Deliberante.
Como tantas otras veces, Bettina tuvo que retroceder, aunque ha quedado el tufillo de que existen más intereses que la bondad del servicio. El contrato que exigirá el pago de 128 millones mensuales abarca 15.000 millones en diez años, sin contar las recurrentes redeterminaciones de precios que despiertan más sospechas.
El contrato de Agrotécnica Fueguina fue fogoneado hace casi 20 años por el Secretario Personal del entonces gobernador Juan Carlos Romero, y siempre se consideró que constituía una de las cajas más importantes para la comuna capitalina y para sus funcionarios más prominentes. En estos días se habla de que Bettina podría cambiar de concesionario, dirigiendo el beneficio hacia La Plumada S.A., otra de las empresas que se hizo millonaria cuando la gestión romerista que gobernó Salta desde 1995 a 2007. Todo se recicla y el mal olor inunda el despacho de la Avenida Paraguay.
LAS BICISENDAS SALEN CON FORCEPS
El último gran capricho de Bettina Romero, es la instalación de alrededor de 22 km. De bicisendas. Con distintas conexiones, el mayor despliegue está proyectado para la Avenida Belgrano, Avenida Tavella, y las calles Alvear y Alvarado.
En esta, nuevamente la intendenta se la cortó sola y pese a los constantes pedidos de los concejales, no acerca a la sede del balenario ni la planificación, ni el estudio de factibilidad, ni ninguna otra información que pueda zanjar algunas dudas y cuestionamientos. El proyecto si lo hay, es de ella, sólo de ella, y no necesita ninguna sugerencia o mirada husmeante. Ni qué hablar de consultar o copartir con SAETA, o la AMT, que tienen participación en la circulación del tránsito de la ciudad.
Lo cierto es que hablamos de proyecto, ya que la planificación brilla por su ausencia y todo se hace sobre la marcha. Prueba y error.
Primero se comenzó demarcando, luego se pusieron unos bodoques de cemento que ya han enviado una docena de autos al taller mecánico, luego se los ha quitado de las esquinas porque impedían que los automóviles puedan maniobrar, y recién ahora se están haciendo obras de bacheo en la zona. Todo al revés.
De mas está decir que la disconformidad del ciudadano es mas que notoria, y ha despertado innumerables críticas.
EL MALESTAR GENERALIZADO
Con ocho meses de gestión, Bettina ha demostrado que existen numerosas maneras de desmejorar y que sus ansiedades por gobernar la Provincia en un futuro cercano decaen, hasta desaparecer. Los tiempos son demasiado crueles en un gobierno demasiado dependiente de los recursos nacionales y provinciales, y el clima exige prudencia y armonía general para sostener una gestión. Bettina lamentablemente carece de virtudes elementales para gobernar y para seducir y convencer. Solamente Juan Romero busca rescatar su figura ante Gustavo Sáenz, pero en paralelo las huestes romeristas conducidas por Juan Esteban Romero venden el proyecto provincial en el interior como alternativa al oficialismo actual. En estos días muchos saencistas ven de reojo a los romeristas que ocuparon responsabilidades en la obra pública y los juegos de azar. Sostienen que hacen “caja” para competir contra Sáenz en 2023.
La pelea se insinúa y parece inminente el colapso de lo que fue una lista única el año pasado. Bettina tiene demasiado que perder, aunque nada parece quebrar su ingobernable carácter. Por algo ella siempre fue la “mimada de papá”.