Un animal afana a dos garras en la vera del Arenales. Lo hace a plena luz del día. La policía desconcertada no sabe si allanarle la madriguera con o sin orden del juez.

Son varios los robos que reportaron quienes fueron a pasar un momento agradable bajo el puente de la avenida Paraguay, sobre todo los fines de semana al atardecer, cuando el olorcito a mierda se asienta y las moscas le dan un toque mágico a los cerros de fondo.

Los primeros atracos pasaron desapercibidos dada la habilidad del chorro que saqueaba sin dejar tiempo a que se dieran cuenta. Salvo las denuncias en la comisaría de la zona, nada se sabía de la identidad del atracador.

No fue sino hasta que una de las víctimas aseguró, luego de sentir el hurto de su celular, haber visto un humanoide petiso que se internaba en el follaje llevando una cartera. En ese momento no se descartó la posibilidad de un ataque comando de un duende o alguna entidad similar.

Dos días después fue que otro afanado tomó la fotografía clave para la investigación. En ella, a pesar de los pixeles, podía verse que un hurón era el responsable de los hurtos a plena luz de la tarde.

Uno de los oficiales que estuvo en el lugar realizando un rastrillaje, comentó a El Polichombi: “La orden es buscar al mamífero hasta dar con la madriguera, y realizar la requisa correspondiente. Asumimos que la mutación que ha sufrido el cuerpo del susodicho se debe a la alta evidencia de contaminantes en inmediaciones del afluente. Entonces podemos asegurar que roba para poder mantener su adicción”.

La teoría que maneja la policía salteña asegura que la cantidad de pasta base (entre bolsas quemadas y descartes de piperos) que ha sido vertida en el Arenales ha dado una serie de animales mutantes adictos a este flagelo que no sólo ataca a nuestros jóvenes y gobernantes, sino que ahora también a la fauna del tan querido río. Algunos vecinos de la zona hablan también de Teros que asechan en la oscuridad, listos para apretar al que pase, para luego ir a “pegar basura”.