El ex director de la Biblioteca Provincial no para de despotricar.

Gregorio Caro Figueroa, historiador y ex Secretario de Cultura y ex Director de la Biblioteca Provincial, se puso como loco cuando se enteró quién iba a estar en el nuevo billete de $500: nada más ni nada menos que Remedios del Valle.

«La mujer en el billete con Belgrano no está en ningún diccionario histórico», fue su primera reacción.

Después tiró una puteadita contra «La secta K». y und ía después metió un posteo más largo titulado «USARÁN LOS NUEVOS BILLETES PARA FALSIFICAR LA HISTORIA» (así, en mayúscula=
Gori, en el articulo, incluso se refiere a Remedios Del Valle como «supuesta mulata» y dice que no está en 15 diccionarios históricos. Tampoco en depósitos documentales. El Gori llega a decir: «Que sepamos, tampoco está mencionada en obras de ficción».

Sobre esto último, dicho sea de paso, preocupa que el ex director de la Biblioteca Provincial no haya leído la novela MARÍA KUMBÁ, de Ana Gloria Moya, tucumana radicada en Salta y fallecida en 2013, cuya protagonista es María Remedios Del Valle. Ana Gloria Moya ganó un premio del concurso provincial y escribió otra novela que, quizá, le suene un poco al Gori: Cielos de Tambores, novela con la que ganó en 2002 el Premio Sor Juana de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

Pero volvamos a a los diccionarios. ¿Habrá sido uno de estos libros consultados el Diccionario Histórico Biográfico de Personas Notables Salteñas», editado por el gobierno militar en 1964. El autor, de apellido Solá había donado el manuscrito al gobierno para su publicación y el Ministerio de gobierno lo había aprobado. En el prólogo, que lleva como título “Advertencia”, no hace ninguna aclaración sobre los criterios tomados por el autor para incluir o descartar quiénes debían estar dentro de este catálogo salteño de personas notables. No explica en esas breves líneas con qué parámetros se maneja ni con qué autoridad se sentía él apto para hacer ese recorte; ni siquiera señalaba qué período abarcaba este diccionario. Sí decía que, con esta obra, “el autor ha creído cumplir una obligación de salteño y realizar un trabajo cultural”, con lo cual estaba diciendo, en cierta forma, que merecería estar dentro de este diccionario. Y si bien no se incluye, sí aprovechó para dar cuenta de su genealogía. El autor no especifica si con lo de “significativa participación pública” quiere decir que ésta debía ser necesariamente buena. Porque, por ejemplo, Manuel Abad Illana, Obispo del Tucumán, parece haber conseguido, a lo largo de su vida, dos grandes logros: ser amigo de un gobernador y tener “una importante actuación durante la expulsión de los jesuitas, con quienes no simpatizaba.” Lo mismo sucede con Abreu, gobernador del Tucumán, quien dejó su huella en la historia por “mandar a degollar o dar garrote” (en ese orden, según el autor) a un ex gobernador. Lo que más desconcierta son las exiguas referencias que acompañan a gran parte de los incluidos. Por ejemplo, de Aguirre, Gregorio solo dice “Vecino de la ciudad de Salta en 1658” (sic); de Aguirre, Francisco: “Escribano Público de la Ciudad de Salta en 1568.” Esto se repite a lo largo de todo el libro, especialmente con los militares. Para el autor el haber estado en una batalla, con el rango que sea, parece ser mérito suficiente para merecer estar dentro de esta nómina. De las 186 personas notables anotadas en el diccionario, casi el 70% eran militares. Sólo hay 6 mujeres en el diccionario.
¿Alguien puede adivinar cuál es el apellido que más abunda? Sí, adivinaron, el del mismo Solá.

«Hasta ahora, la mujer que aparece al lado del rostro de Belgrano en los nuevos billetes de $500, al no conocerse pruebas documentales de esa imaginaria trayectoria, ocupa ese por el dictado arbitrario de un abuso ideológico de la historia. Es decir, será un billete apoyado en una falsificación», chilla el Gori.

Por último, el Gori dice que sí se excluyeron a muchas mujeres educadoras, escritoras, artistas, médicas, pero no da el nombre y el apellido de ninguna; termina su texto con una lista de quienes cree que deberían estar ahí: «Sarmiento, Mitre, Alberdi, Julio Argentino Roca, José Hernández, Vélez Sarsfield, Saavedra Lamas, Bernardo Houssay, Enrique Mosconi, Jorge Luis Borges y Astor Piazzolla».