Se supo que 230 autos por día dejan el GNC porque el gas subió 125% en 6 meses. El metro cúbico pasó de $ 4 a más de $ 9 en la Ciudad, pero es mucho más caro en el Interior. Los usuarios necesitan dos años para amortizar la instalación.
Hasta abril, se podía cargar Gas Natural Comprimido (GNC) en la Ciudad a $ 4,05 por metro cúbico. Hoy, tarifazo mediante, el mismo combustible se ofrece en los surtidores a un promedio de $ 9,08, más del doble. El costo de moverse a gas aumentó un 125% en seis meses. Y los consumidores, que en los últimos años se habían volcado masivamente al GNC porque salía muchísimo menos que la nafta, reaccionaron con un desinterés que produjo una caída récord.
Los últimos registros del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) muestran que, tras seis años de expansión sostenida, el parque de vehículos a gas comenzó a achicarse y perdió desde abril casi 50.000 autos particulares. Son ahora un 2,8% menos, 1.713.131 unidades.
En concreto, 232 coches por día dejaron de circular impulsados a gas porque sus dueños no renovaron el permiso que los habilita a llenar sus tanques. Esto, ya sea por no haber cumplido con la revisión anual, que cuesta $ 300, o por no haber hecho la prueba hidráulica que se les exige cada cinco años y que vale unos $ 1.500.
El punto de inflexión fue el alza de tarifas y la reducción de la flota se concentró en los territorios donde el gas quedó más caro. Córdoba, donde el metro cúbico saltó a $ 11,80, lideró el ranking con más de un tercio de la bajas: más de 17.800. Otro tercio se produjo en la Provincia de Buenos Aires, donde el precio ahora ronda los $ 11 y 16.272 vehículos particulares abandonaron la modalidad. Con más de 4.700 casos, Mendoza quedó en tercer puesto.
La clave está en que, mientras el GNC aumentó 125% en seis meses y 150% en los últimos 12, la nafta sólo se encareció un 10% desde abril y un 31% interanual, por debajo de la inflación. La brecha entre los distintos combustibles, así, se redujo. Si en abril el metro cúbico de GNC salía 73,9% menos que la nafta súper, ahora la diferencia es del 46,8% y el incentivo para convertir el auto a gas ya no es tan grande como antes.
De hecho, según el Enargas, entre abril y octubre la instalación de equipos nuevos cayó a un promedio de 8.082 por mes, frente a 17.481 conversiones mensuales de los mismos meses del año pasado y a las 22.536 registradas en 2014. Semejante derrumbe, del 54% interanual y del 64% en dos años, fue el más abrupto de las últimas dos décadas para esos meses y hundió a los talleres en una profunda crisis.
“Fue muy abrupta la caída. Los talleres están pasando por un momento bastante duro”, comentó Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos de Gas. “Al cambiar las tarifas, la gente dejó de demandar equipos y la actividad se paralizó. La industria está tratando de mantener los puestos de trabajo, pero se complica. Ya hubo despidos en muchos talleres y otros debieron cerrar”, agregó.
En Macro Gas, un taller de Villa Urquiza, comentaron que están instalando dos equipos por semana. “Antes hacíamos dos por día. La demanda nos cayó más de un 80%. Nos salva que también ofrecemos mantenimiento y service para los autos que ya usan GNC, pero igual tuvimos que achicarnos. De cuatro empleados que teníamos, nos quedó sólo uno”, lamentó Gustavo Gómez, el dueño.
“Se nota la baja”, coincidió Eduardo Catalina, dueño de MasterGas, un taller de Villa Pueyrredón. Según cuenta, hace dos años recibían 5 o 6 autos por día y tenía 10 empleados, pero ahora tiene 3 conversiones diarias y achicó la planta a 7 operarios. “La gente –explicó– ve que aumenta mucho el gas y se paran las instalaciones. Pero tarde o temprano harán las cuentas y verán que, si usan mucho el auto, sigue siendo conveniente. El cliente que más perdimos es el familiar, que quizás no recorre tantos kilómetros cada día.”
Una de las causas por las que muchos dejaron el GNC puede ser que, al aumentar el gas, la actividad que realizaban con el auto dejó de ser rentable, especulan en el sector. “En la Patagonia –agregó Lamy– la nafta se abarató por un beneficio impositivo y, ante ese efecto, puede haber gente que haya optado por no rehabilitar su vehículo para cargas gas.”
La buena noticia es que, al caer la demanda, los equipos bajaron de precio. Los los de quinta generación, con una autonomía de 150 a 180 kilómetros, valían alrededor de $ 20.000 a comienzos de este año y en estos días se ofrecen a un promedio de $ 17.500.
Teniendo en cuenta que, en Capital, al cambiar la nafta súper por GNC se obtiene un ahorro de $ 90,45 por cada 100 kilómetros, ahora hay que recorrer 19.345 kilómetros para recuperar la inversión. Son 1.435 kilómetros más que en 2015 y a una familia que usa poco el auto puede llevarle cerca de dos años.
Frente a la crisis de la industria del GNC, el gobierno accedió a moderar levemente el aumento de tarifas que había aplicado en abril. Desde el mes pasado, se redujo un 16% en promedio el precio mayorista que las estaciones de servicio pagan por el gas. Pero el beneficio aún no se nota plenamente en los surtidores.
Esa es la queja que más se repite en los talleres, que esperan con ansiedad la reducción de los precios para que se reactiven los pedidos de conversiones.
“El metro cúbico debería bajar entre $ 1,50 y $ 2 en todo el país, hasta un nivel de $ 8 a $ 9 por metro cúbico. De a poco, en algunas zonas empezó a bajar levemente, pero en muchas otras los precios se mantienen sin ninguna justificación”, protestan en la Cámara de Productores de Equipos de Gas.
En Capital, de hecho, el metro cúbico salía $ 8,91 en septiembre y en octubre, en vez de bajar, el promedio subió a $ 9,08, según lo relevado por el Enargas. En Córdoba, pasó de $ 11,54 a $ 11,80. En Provincia de Buenos Aires, en tanto, sí hubo una reducción, pero fue de sólo 2 centavos.
Para el GNC, existe mucha diferencia de precios entre estaciones. En Capital, hoy el precio del metro cúbico oscila entre los 8 y los 10 pesos.
Fuente: Clarín