La Universidad de Río Cuarto confirmó la vinculación del glifosato y mutaciones genéticas que pueden derivar en cáncer, generar abortos y nacimientos con malformaciones. La publicación se da a una semana de conocerse el caso del niño de Anta con plomo en sangre por convivir con máquinas fumigadoras.

El informe de la Universidad de Río Cuarto fue objeto de una publicación del diario Página 12. Allí se informó que el mismo es producto de “ocho años de investigación, quince publicaciones científicas y una certeza: los agroquímicos generan daño genético y conllevan mayores probabilidades de contraer cáncer, sufrir abortos espontáneos y nacimientos con malformaciones”. La afirmación proviene del Grupo de Genética y Mutagénesis Ambiental (GEMA), investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), que confirmaron con estudios en personas y animales las consecuencias sanitarias del modelo agropecuario. Glifosato, endosulfan, atrazina, cipermetrina y clorpirifós son algunos de los agroquímicos perjudiciales. “La vinculación entre daño genético y cáncer es clara”, remarcó Fernando Mañas, investigador de la UNRC.

Otra de las investigaciones se llama “Genotoxicidad del AMPA (metabolito ambiental del glifosato), evaluada por el ensayo cometa y pruebas citogenéticas”. Publicado en la revista Ecotoxicología y Seguridad Ambiental (de EE.UU.). El AMPA es el principal producto de la degradación del glifosato (el herbicida se transforma, principalmente por acción de enzimas bacterianas del suelo, en AMPA). Confirmaron que el AMPA aumentó el daño en el ADN en cultivos celulares y en cromosomas en cultivos de sangre humana. “El AMPA ha demostrado tener tanta o mayor capacidad genotóxica que su molécula parental, el glifosato”, afirma la investigación de la universidad pública.

En sus quince artículos científicos los investigadores confirmaron el efecto de los agroquímicos sobre el material genético, tanto en animales de experimentación en el laboratorio como en poblaciones humanas expuestas laboral e involuntariamente a las sustancias químicas. La última investigación, de 2014, se realizó en niños de entre 5 y 12 años de Marcos Juárez y Oncativo (Córdoba), donde también se encontró un aumento en el daño en el material genético de los niños.

A lo largo de sus quince investigaciones utilizaron distintas técnicas. En todas confirmaron daño genético. “Los agroquímicos y el daño que provocan está absolutamente vinculado al modelo agropecuario vigente”, afirmó uno de los científicos aunque aclaró que es una opinión a título individual y no una postura de todo el equipo de investigación. Primero trabajaron con una muestra de veinte personas, de la periferia de Río Cuarto. Profundizaron con 50 personas en otras localidades y, luego, con 80 de Las Vertientes, Marcos Juárez, Saira, Rodeo Viejo y Gigena. Los productos más encontrados y que provocan más daño son el glifosato, atrazina, cipermetrina, clorpirifós y endosulfan.

La publicación se da a pocas semanas de que la mamá salteña María de los Ángeles Córdoba, pidiera asistencia para su bebé intoxicado por las máquinas fumigadoras que se encuentran al lado de su casa. Ambos viven en el departamento de Anta. Córdoba realizó presentaciones ante la Corte de Salta sin resultados, acudió a los medios y pidió ayuda a los diputados para conseguir los medicamentos que su hijo necesita.

 En mayo de 2013, Cuarto Poder informaba que el último censo colocaba a Salta a la cabeza del ranking de la población argentina con dificultades o limitaciones permanentes (físicas y/o mentales), con un índice del 16,2%. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, de los 1.202.754 salteños, 195.202 poseen limitaciones físicas o mentales. De éstos, 129.990 tienen problemas visuales; 43.154, auditivos; 36.421 con deficiencias motoras en la extremidad superior, y 67.533 en la inferior; y hay 40.416 salteños con complicaciones cognitivas.

El Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que se realiza desde 2010, arrojó conclusiones escalofriantes: en los pueblos cercanos a plantaciones de soja, en su mayoría fumigados desde aviones, se habían disparado los índices de distintos problemas de salud. Reducción de la edad media y talla de crecimiento por desnutrición y descenso de las defensas naturales. Malformaciones congénitas. Mutagénesis. Pérdidas de Embarazo. Depresión y Suicidios. Afecciones al sistema nervioso central y otras patologías neurológicas. Invalidez. Espina Bífida. Lupus. Leucemia y otros tipos de cáncer. Cloracné y otras afecciones cutáneas. Asma, alergias y otras afecciones respiratorias y pulmonares. Esterilidad e Impotencia masculina. Disrupción Hormonal y otros trastornos hormonales. Disminución del desarrollo en la infancia. Síndrome Febril prolongado sin foco. Mayor vulnerabilidad infantil a contaminantes. Anemia. Esclerosis Múltiple. Isquemia cerebral. Muerte.