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El futuro llegó hace rato

Dos salteñas en pareja decidieron ser madres. Alejándose de las herramientas que la medicina tradicional brinda, concibieron mediante un método de inseminación “casera”.  Aquí su historia. (Andrea Sztychmasjter)

Sin tener que pagar un tratamiento, Cecilia (33) y Adriana (45) hace dos semanas fueron madres de una bella niña que pesó 3,300 kg.  Desde hace años en pareja, estas dos mujeres tomaron hace 9 meses la decisión de formar una familia. “Teníamos ganas de dejar de ser dos y empezar a ser tres”, señala Cecilia mientras su hija recién nacida se prende de su pecho. Y así fue que decidieron realizarse una inseminación artificial “casera”. “Conocimos el método por un amigo, nos lo mostró a través de un artículo en internet, lo leímos y decidimos intentarlo. Un amigo en común se ofreció como donante y fue ahí que decidimos hacerlo”, señala la reciente madre.

Al recordar el momento de la fecundación, Cecilia -quien además es militante por los derechos de género-, lo describe como sumamente “agradable e íntimo”. “Fue un momento lindo para nosotras, cuando lo hicimos ambientamos nuestra casa y poder hacerlo en tu propia habitación, en un lugar que vos elegís y que los estímulos lo haga tu pareja creemos que facilitó a que todo salga bien”. Comenta que al elegir este método de inseminación a través del cual conocen a su donante le dan también la posibilidad a su hija de conocer todos sus antecedentes  genéticos, “y la posibilidad de recibir todo el cariño que le quiera brindar”.

Cecilia comenta que meses antes empezó a llevar un control sobre la fecha de ovulación y en el primer intento de fecundación ella quedó embarazada. “Sabemos que la fertilización asistida la llevan adelante los médicos y por más que esté la ley no todos pueden acceder a este método. Creemos que la inseminación casera es una buena alternativa para llevarla adelante, por eso nos parece importante difundir también este método”, resalta Cecilia y agrega “es necesario que se difunda para evitar el comercio que ejerce la medicina. A veces muchas parejas caen en eso pensando que es la única alternativa y hoy con nuestra experiencia sabemos que no necesariamente hay que pagar y caer en la parte mercantilista del sistema”.

“Me están quitando el trabajo”, cuenta Cecilia que fue lo primero que les dijo un médico en la primera visita. “´Cuando ya sabía que iba a ser madre, seguí con todos los estudios médicos de rigor y la verdad que todos los profesionales que me atendieron fueron excelentes. Hay que rescatar también la buena atención que nos brindaron en el Hospital Materno Infantil”, señala.

Informarse para decidir en libertad

El Dr. Juan Aguilera, del Centro de Salud Reproductiva Salta SARESA, al ser consultado por Cuarto Poder, mencionó “no estar en contra” de este método de inseminación casera. “Lo que sí, tanto la mujer que va a gestarlo como el hombre que va a donar el semen, deben realizarse estudios médicos, y lo importante es que ambos se encuentren en edad fértil.  La fertilidad en el hombre disminuye después de los 50 años, mientras que en la mujer, después de los 35 disminuye notoriamente”.

Si bien el médico manifestó no contar con estadísticas concretas respecto a la cantidad de consultas de parejas de mujeres que recibe el Centro, señaló que “Han aumentado cada vez más”.  Además el profesional mencionó que no hay diferencias en los costos de los tratamientos para parejas homosexuales que puedan o no tener problemas de fertilidad y parejas heterosexuales que recurren a los tratamientos por problemas de fertilidad. “Las obras sociales deben cubrir los tratamientos que rondan los $5 mil”, el médico se refiere a los tratamientos de baja complejidad, los de alta complejidad pueden duplicar ese precio.

Cuarenta y ocho establecimientos de salud pertenecientes a diferentes provincias ya fueron registrados y por ende habilitados para realizar las prácticas de fertilización asistida contempladas en la Ley Nº 26.862, de Acceso Integral a los Procedimientos y Técnicas Médico Asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida, reglamentada a través del Decreto 956/2013. Se trata de instituciones públicas y privadas radicadas en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Fe, San Juan, Tucumán y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En nuestra provincia figuran dos lugares habilitados: CIGNO S.H.; SARESA FERTILIDAD S.H.

Varios profesionales coinciden en que, sobre todo desde que entró en vigencia la ley de matrimonio igualitario, un número creciente de parejas de mujeres recurre a los métodos de fertilización asistida para ser madres. Según un informe del Censo 2010, son al menos 4.960 los hogares compuestos por parejas de mujeres con hijos a cargo. Dos de cada diez hogares de parejas del mismo sexo tienen hijos y el 97,5% de estas familias están compuestas por mujeres.

El doctor Aguilera señaló que generalmente el método de inseminación casera no presenta contraindicaciones: “Es un método en donde el esperma del hombre se inyecta en la vagina de la mujer mediante un método artificial, como una jeringa. Y el semen se obtiene mediante la masturbación. El único cuidado que hay que tener es la limpieza de los materiales, que son descartables. Otros de los puntos es que no debe usarse medicación para estimular los ovarios”.

Al ser consultado sobre los principales obstáculos para acceder a los tratamientos de fertilización actualmente en Salta, a más de dos años de sancionada la ley, el médico informó que se está aplicando normalmente: “Al principio sí había quejas sobre todo con las obras sociales, pero se están realizando muchos tratamientos. Por ahí las barreras tienen que ver con los trámites burocráticos que te piden. Y existe una lista de espera, el problema es que esa espera ronda los 6 meses, para una mujer que tiene más de 36 años, esos meses perdidos son importantes”.

Familias diversas, el mismo amor

La psicóloga Irma Silva explica que los cambios en la configuración de la familia, los nuevos roles femeninos y masculinos, las exigencias laborales, económicas, la incertidumbre existencial, la complejidad de la vida actual, ha transformado a la familia en una instancia social nueva. “En la actualidad tenemos familias recompuestas, monoparentales, homoparentales, madres portadoras. Hoy la pareja heterosexual ya no es un modelo exclusivo de parentalidad”, señala.

Silva se refirió además a  la configuración de la identidad en niños/as criados por parejas homosexuales, para la profesional el desarrollo óptimo de los niños no se basa en la orientación sexual de los padres, sino en vínculos estables de compromiso y crianza por parte de los adultos. “El desarrollo psicosocial de los niños adoptados y criados en familias homoparentales adquieren niveles cognitivos, de habilidades y competencias sociales, de relación con otros chicos y personas adultas y de identidad sexual que son totalmente equiparables con los de los niños que se educan y desarrollan en familias de corte heterosexual convencional. Los padres gays y lesbianas tienen tanta probabilidad como los padres heterosexuales de proporcionar ambientes sanos y protectores para sus niños”.

Una de las mayores críticas que se dan en casos de mujeres que deciden acudir a los métodos de fertilización asistida y ser madres solteras surge en torno a la “anulación de la figura del hombre”. En cuanto a ello, la psicóloga señaló: “No se debe cuestionar la decisión de una mujer de elegir ser madre soltera. Con ello no se pretende ‘anular la figura del hombre’ sino entender que cada vez hay más casos de monoparentalidades femeninas, porque la maternidad se liberó de los formatos tradicionales a partir de los últimos años y ahora incluye a madres solteras por elección que decidieron no posponer su deseo de ser madres. El pensamiento de que la ausencia de una figura paterna es algo negativo demuestra un pensamiento conservador que valora la familia tradicional sobre cualquier otro tipo de familia. Sabemos que no es fácil la decisión de tener un hijo sola, pero el deseo de ser madres es muy fuerte y son hijos tan amados como en una familia tradicional en la que tampoco hay ninguna garantía de que existirá un padre presente. Insisto en este concepto de la importancia que la sociedad tenga un respeto por las subjetividades y una actitud de apertura como de transparencia en relación a cualquier configuración familiar”.

Irma Silva recalca que debemos oponernos a todo tipo de discriminación basada en la orientación sexual en materia de adopción, derechos de guarda y parentalidad. Es lo que en concordancia opinó Cecilia, quien comentó que su hija ya posee su DNI con el apellido de ambas madres.

“Como sociedad debemos respetar a las familias diversas, respetar que no siempre hay una mamá y un papá. A veces hay niños que se crían con sus abuelos, con sus tíos, niños con padres adoptivos. Hay un montón de tipos de familia. Entonces cuando se habla de familia, es importante que abramos la cabeza y que entendamos que actualmente y desde hace mucho existen familias diversas, y sobre todo lo empecemos a aceptar con acciones. Por ejemplo en las escuelas se celebra el día de la madre y del padre. Podría transformarse en el día de la familia, entendiendo que muchos chicos no tienen su papá o mamá. Debemos dejar de juzgar a una familia en pos de cuál es el rol de cada uno y cuál es el rol que ocupa, debemos entender que hay muchas familias diversas”, señaló Cecilia.

•          ¿Qué es?

La inseminación vaginal (IV), también conocida como inseminación «casera», es considerada no invasiva. Se trata de un procedimiento en el que, el esperma del hombre se inyecta en la vagina de la mujer mediante un método artificial, como una jeringa.

•          ¿Cómo es la inseminación en el hogar?

Una vez que tiene la muestra de esperma a partir de un banco de esperma o de un donante, el primer paso sería alcanzar una posición cómoda en la cama, preferentemente con las caderas elevadas con un almohadón. Luego, se carga la muestra en una jeringa sin aguja y se inserta suavemente en la vagina lo más adentro posible; allí se deposita el esperma. Se retira la jeringa y la mujer queda en reposo unos 30 minutos, para ayudar a que el esperma llegue al óvulo.