Siguen las especulaciones en torno a la interna del PJ nacional y el rol del gobernador salteño en la misma.
Pablo Ibañez, columnista de Ámbito Financiero, asegura que entre algunos dirigentes hay miedo de que tal como ocurrió en el pasado reciente, el partido termine intervenido por la Justicia. Para evitarlo, se deben cumplir una serie de pasos legales y temporales que acotan el margen de acción: si los mandatos terminan en mayo, deberían realizarse elecciones en abril, que tendrían que convocarse en febrero a través del Congreso partidario, que a su vez debería ser llamado por el Consejo de partido.
Al margen de ese recurso, se destaca que hay varios factores en veremos que deben ordenarse antes de juntar a todas las tribus en un Congreso para que, luego, ponga fecha a la que puede ser la primera elección nacional de autoridades de partido.
“Uno de esos factores es que no se termina de perfilar cuál será el rol de Cristina de Kirchner. La expresidente interviene y llama, casi a diario, a legisladores para involucrarse en decisiones. Sin embargo, dijo que no tiene la intención de conducir al PJ mientras que La Cámpora empuja un acuerdo de todos los sectores, aunque la tensión que genera en otros actores es visible, sobre todo en el ámbito legislativo, tanto bonaerense -con la crisis que tiene José Ottavis- y en el Congreso nacional”, sostiene la nota que luego se refiere al caso del salteño Juan Manuel Urtubey de la siguiente manera:
“El grupo de los díscolos, en particular Juan Manuel Urtubey, que aparece alineado con intendentes bonaerenses como Martín Insaurralde, impulsan una «renovación» pero discuten, en paralelo, si es oportuno y útil zambullirse en una batalla por el PJ. La ecuación riesgo-beneficio no está del todo clara. Si Urtubey se refleja en el Cafiero de los ’80, puede optar por la misma via: renovar por fuera para luego recuperar el partido”.
Finalmente, el artículo señala que determinar esas conductas es importante para saber si es probable un mega acuerdo, con compensaciones y repartos, entre todos los involucrados y si, efectivamente, eso es útil o, como plantean sectores críticos de Cristina, que el verdadero sentido de la elección sería poder enfrentar y vencer al kirchnerismo para determinar un nuevo mando y conducción.