Los dos nuevos niños muertos por desnutrición en Santa Victoria Este son del departamento más pobre de Salta. Los censos del 2001 y del 2010 muestran que esa condición fue la característica del lugar con Romero y también con Urtubey.
Otra vez nos enteramos que dos niños de Rivadavia murieron por causas que varios explican hasta el cansancio para evitar decir que estuvimos ante nuevos casos de desnutrición. Uno de los niños tenía un año y seis meses; la otrita apenas seis meses. El primero falleció el 9 de agosto y era de la comunidad Vertiente Chica, la segunda el 16 de ese mes aunque y era de la comunidad toba Monte Carmelo.
Sólo el martes 6 de septiembre nos esteramos de lo ocurrido pero vamos a precisar aquí la característica de ese departamento de Rivadavia que desde hace años es protagonista de noticias que nos desgarran: de allí provienen la mayoría de los niños muertos por desnutrición, allí gobiernan algunos de los intendentes más polémicos de la provincia, de allí son expulsados comunidades originarias de sus tierras adquiridas por viejos o nuevos millonarios.
Evitemos detenernos en esos casos particulares aportar datos que explican por qué Rivadavia es protagonista de noticias siempre tristes e indignantes. Un repaso por las estadísticas nos da pistas al respecto e incluso nos ayuda a entender ciertos comportamientos políticos recurrentes que allí ocurren.
Veamos: según el censo 2010 habitaban en Rivadavia 30.429 habitantes repartidos en tres municipios: Rivadavia Banda Norte (9.754); Rivadavia Banda Sur (8.866) y Santa Victoria Este (11.809). Por entonces, esa población habitaba 6.656 viviendas, de la cuales 2.412 son catalogadas como ranchos y otras 465 casillas de madera. En esas precarias viviendas vivían 13.462 personas, es decir el 45% de la población.
Las 3.711 casas en la que habitaban las 16.540 personas restantes estaban lejos de escapar a la precariedad de la vida. Ello se infiere de la lectura de otras variables censales: de los 7.154 hogares (tecnicismo para identificar a una o más familias nucleares que pueden habitar una misma construcción) sólo 1.472 (20,5%) contaban con sanitarios con descarga de agua mientras los restantes 5.682 (79,4%) carecía de ello. De esos hogares, además, 4.825 (67,5%) no contaba con heladeras; 6.681 (93,5%) no poseían computadoras; 7.042 (98,5%) no tenían un teléfono de línea; y el 11% de la población mayor de diez años era analfabeta: 2.384 sobre una población total mayor de diez años de 21.981. Con respecto a lo estrictamente nutricional, el Anuario Estadístico 2012 publicado por el propio gobierno en el 2013 indicaba que el nivel de desnutrición llegaba al 10%.
Durante la era Romero la cosa no estaba mejor. El Censo 2001, por ejemplo, muestra que en aquel momento el porcentaje de hogares y población con Necesidades Básicas Insatisfechas era el más alto de toda la provincia: de un total de 5.667 hogares censados, 3.320 (58,6%) sufrían esa condición. Eso suponía que de una población registrada de 27.278 habitantes, 17.868 (65,5%) vivían sin poder satisfacer sus necesidades básicas.
Vayamos ahora a lo político. Esas condiciones explican que en todas las elecciones de los últimos años el nivel de abstención ronde en entre el 45% y 48%. Lo más curioso, sin embargo, es que allí siempre ganan los oficialismos. Lo hizo Romero y también lo hizo Urtubey con triunfos contundentes que en la enorme mayoría de los casos van acompañados del triunfo de legisladores e intendentes que fueron romeristas antes y urtubeicistas ahora.
¿Porque? Ensayemos una repuesta terminante: por el montaje de poderosos aparatos clientelares que son posibles por la presencia de dos condiciones insoslayables para el montaje de los mismos: pobres que se van obligados a vender su voluntad a cambio de supervivencia a inescrupulosos que contando con dinero se aprovechan de esa condición.
Y así volvemos al comienzo de este escrito que se preguntaba porque un departamento como Rivadavia es siempre objeto de noticias que nos indignan y entristecen. Porque ese departamento representa bien lo que el periodista polaco Ryszard Kapuscinski definía como pobreza perenne: hablaba de los lugares donde escasean hasta las esperanzas.