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El barro como memoria y resistencia

Las costumbres ancestrales de nuestros pueblos originarios sobreviven a los embates de la era liberal. Entrevistamos a Delfín Geronimo, miembro de la comunidad “Quilmes” y hablamos sobre la actual forma de organización de este pueblo ancestral y las dificultades que atraviesan en la era liberal.

GABRIELA HERNÁNDEZ
Delfín es una persona mayor y es artesano ya de hace bastantes años y en este sentido le consultamos qué le pasó a esa costumbre de trabajar con el barro, con la arcilla y qué significa también toda esa carrera, toda esa construcción, que no es tan sólo fabricar algo sino que todo tiene su simbolismo, tiene su representación en las culturas, en la religión, de lo que hacían antes los que vivían aquí en los Valles Calchaquíes.

-Bueno, el arte cerámico fue muy importante para nuestro pueblo, de hecho, lo es y según lo que dicen los estudiosos, son las obras más importantes, digamos, en cuestión cerámica, una de las obras más desarrolladas es el arte cerámico de nuestro pueblo aquí en lo que es Argentina. Eso estuvo presente siempre, pero las cuestiones más simbólicas, más que tenían que ver con lo religioso, con lo espiritual, fueron producto de negaciones o prohibiciones en el proceso de la llamada conquista, la invasión hispánica.

Y agrega “El oficio continuó y de hecho mi abuela paterna, ella era ceramista, oyera en ese tiempo, se hacían muchas cuestiones utilitarias, elementos utilitarios, y de ahí mi padre también y de ahí heredé yo un poco el oficio. Lo que hago yo es tratar de dar un paso más en esta cuestión del trabajo de revalorización de nuestra cultura, de nuestro arte, traer esa memoria de nuestros mayores, recorriendo los museos, viendo las piezas que ellos trabajaban, que ellos utilizaban, cómo traerlas al presente, esa memoria, poder volcar esa simbología, esas figuras, esas representaciones de la cerámica y darle mi propia impronta y también es un medio de vida para mí, ¿no? Y a la vez trato de volcar en jóvenes, voy a algunas escuelas que me convocan, trato de que eso no se pierda, se transmita.

Los Quilmes

“Los Quilmes fueron una población indígena que vivió en los años 800 d.C la cual llegó a tener un gran desarrollo a nivel social y económico. Se trata de uno de los asentamientos pre hispánicos más importantes de los pueblos Calchaquíes, llegando a tener 10.000 habitantes en sus alrededores y 3.000 en su zona urbana”.(Suteba). El pueblo Quilmes fue la última resistencia, defendió hasta que pudo sus tierras en los valles Calchaquíes, en Tucumán, hasta que, vencidos, fueron capturados y trasladados a pie hasta las costas del Río de la Plata, a 1.500 kilómetros de su habitat natural, de su madre tierra (conabip).

Entrevista a Delfín Gerónimo

Delfín es un artesano del barro del norte argentino conversamos sobre su actividad, que viene de costumbres milenarias y de la actualidad de la comunidad Quilmes.

¿Cómo ves a la comunidad Quilmes actualmente, qué dificultades están transitando el día de hoy?

-La comunidad tiene una preocupación como todas las comunidades, como todos los pueblos, en este momento crucial de la vida del país, por las cosas que se están pretendiendo cercenar por ejemplo los derechos que hemos conseguido durante tanto tiempo de andar y luchar y pedir y gestionar ante los gobiernos y ante las legislaturas. Hoy se pretende cerrar la única institución estatal que interactúa con los pueblos: El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas que, bueno, no sé qué va a pasar. Ojalá que no, ya se están organizando las dirigencias para hacer presentaciones y ojalá que eso no suceda porque sería un retroceso muy grande y un debilitamiento de las comunidades porque no tendríamos dónde ir a gestionar.
¿Cuál es la situación actual de la comunidad Quilmes? ¿Cómo está estructurada en su política, en su jerarquía?
-La comunidad se maneja de la siguiente manera. Está integrada por 14 comunidades de base, les llamamos, pequeñas localidades que conforman al todo de la comunidad. La gente de esas comunidades elige representantes. Y hay dos representantes por cada una de esas comunidades y esas conforman un consejo de delegado. Esos se eligen cada dos años y ese consejo es el que ve toda la problemática de las comunidades. De ese consejo, cada cuatro años sale una terna que es la que va a competir por el cacicazgo. Y para los votos, la gente vota a partir de los 15 años. Entendemos que a partir de los 15 años ya hay responsabilidades, ya hay ganas de hacer cosas, ya hay, en muchos casos, hay gente, personas que ya están con obligaciones familiares y todo eso. Así que, por lo tanto, tranquilamente puede elegir su representante. Esa es la estructura de la comunidad.
Aparte de esta organización política, ¿qué otras costumbres ancestrales se mantienen hoy en día?
-Dentro del quehacer de la comunidad hay varias cosas que se trabajan, principalmente el tema derecho de la tierra, también se ha discutido un reglamento de manejo interno del territorio, cómo se asignan los territorios para vivienda o para producción, después está la cuestión de salud, la cuestión educativa, la cuestión de la cultura, que se trata de refrescar en la gente o trabajar con la gente, interactuando con las escuelas sobre la identidad cultural que nos han heredado nuestros mayores, que si bien hubo mucha influencia, mucha pérdida de esa identidad, todavía está presente nuestro arte, nuestra forma de trabajo, los trabajos comunitarios, los trabajos de la tierra, en la alimentación, en la medicina, en el arte, en la cerámica, en el tejido, todavía existe esa habilidad, esos oficios que vienen de hace siglos.