Bajo el nombre de «Salta por la vida y la familia» los grupos pro-aborto clandestino y anti-educación sexual buscan adhesiones para constituir un partido político. Los celestes ya realizan sus trámites en la justicia electoral salteña.

Se trata de los mismos sectores que se opusieron a la ley de interrupción voluntaria del embarazo y ahora hacen lo propio con la Educación Sexual Integral (ESI).  Defendieron a ultranza la educación católica en las escuelas públicas, pero tildaron de «anti-científica» a la perspectiva de género. También marcharon para que los niños no dejen de participar de las visitas a la catedral durante el milagro y se opusieron a que se retire el crucifijo del recinto de la legislatura. El partido celeste salteño ya tiene nombre: «Salta por la familia y la vida».
Con el manual de la ultra-derecha que desembarcó en Brasil de la mano de Bolsonaro, sus referentes aseguran que son «apolíticos». Reniegan de las ideologías, pese a que hablan desde el conservadurismo más extremo y afirman que no siguen ninguna corriente religiosa, aunque la totalidad de sus consignas tienen que ver con la moral cristiana y evangélica.
Los fundamentos del partido, según consta en su cuenta de Facebook, son:
1- Consideramos nuestra acción política como un servicio al bien común de la sociedad salteña, garantizando las condiciones para que los ciudadanos puedan vivir dignamente y desarrollarse plenamente,
2- Defender la constitución nacional y provincial,
3- Proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural,
suscitar el fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad y
trabajar por una educación pública de calidad.