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Domingo de resurrección

La elección de Javier David sorprendió a todos y lo posiciona como uno de los candidatos más firmes para lograr la intendencia de la ciudad de Salta. El oficialista pasó de ser un cadáver político del romerismo al conejo de la galera de Urtubey. 

Con el primer puesto obtenido este domingo y su acceso a la disputa de la intendencia el 17 de mayo, Javier David se perfila como el tapado que puede llegar a inquietar al resto y otorgarle un inesperado triunfo a Juan Manuel Urtubey en la capital provincial.

El candidato oficialista obtuvo una cantidad insospechada que lo posicionó como el más votado de la ciudad. Al cierre de esta edición ya se había escrutado el 95,12% de las 1.148 mesas habilitadas, y David sumaba 58.472 votos.

De esta manera, David supera a los dos precandidatos de la interna romerista: Gustavo Sáenz (57.840 votos) y Guillermo Durand Cornejo (56.120).

David también triunfó en la interna del Frente Justicialista Renovador para la Victoria. Obtuvo el 77,49% de los votos, contra el 22,50% de José Antonio Vilariño.

En su discurso transmitido a nivel nacional, el gobernador Juan Manuel Urtubey saludó a Javier David, felicitándolo y calificándolo como el próximo intendente de la ciudad de Salta.

Un resultado sorpresa

Cuando se conocieron las precandidaturas que buscaban gobernar la ciudad, la opinión especializada se centraba en Guillermo Durand Cornejo – Pablo López como la disputa de donde saldría el nuevo jefe municipal. Tras las PASO, ni siquiera esta batalla electoral se dará como estaba previsto.

Javier David está más vivo que nunca. El ahora candidato a intendente del oficialismo provincial puede dar la sorpresa en las generales de mayo si logra el próximo desafío que se le presenta: conquistar el voto municipal, que en la interna romerista se volcó hacia Gustavo Sáenz para lograr el ajustado triunfo sobre Guillermo Durand Cornejo.

La coherencia vencida

En 2013, Javier David aún pertenecía al romerismo. En las PASO de ese año llegó a obtener un 6,16% de los votos. En las generales de noviembre subió, alcanzando el 10,35% de los votos en Capital, poco más de 27 mil votos. Con ese porcentaje accedió a la Cámara de Diputados por el Frente Salteño que respondía a Juan Carlos Romero.

En 2013, David era casi un olvidado de la política salteña. Su entonces férrea fidelidad al sector romerista, que venía en baja, y su negativa a aceptar las tentaciones del oficialismo lo habían convertido en un hombre rechazado por muchos y rescatado por pocos. En ese momento era “el único de los funcionarios de Romero que no se travistió políticamente”, según analizaba este mismo semanario en noviembre de ese año. David también era el único que había soportado las operaciones de Durand Cornejo y Aroldo Tonini, que desde el mismo espacio trataron de excluirlo.

“Cuando la mayoría dejó de ser ‘liberal y romerista’ y pasó a ser ‘progresista y urtubeicista’ Javier David respiró profundo, tragó bronca, y se fue a un particular destierro en Capital Federal donde colaboró con los equipos técnicos de Mauricio Macri. En unos meses volvió para trabajar en la recomposición de la estructura que había gobernado la provincia durante más de una década pero no tuvo suerte. Muchos, la mayoría, le dieron vuelta la cara y casi no le atendieron el teléfono”, relataba el artículo, titulado “La otra coherencia”.

Allí también se agregaba que con Juan Carlos Romero en el Senado de la Nación y despreocupado por su provincia, David sólo había encontrado algo de contención en “los jinetes del apocalipsis romerista”: Raúl Medina, Aroldo Tonini y Guillermo Durand Cornejo. En pocos meses hasta Pablo Kosiner y Walter Wayar también habían saltado el cerco y se habían hecho “urtubeicistas” y “kirchneristas”.

En el romerismo, a David se lo consideraba uno de los pocos que no había huido “como rata por tirante”. Esa coherencia le permitió lograr entonces un dignísimo tercer puesto, detrás del Partido Obrero y el PJ. Ya en las PASO el Frente Salteño había avisado: con el 6,16% de los votos se había ubicado detrás del PO pero delante de las principales listas de la interna del PJ que con Godoy llegó al 4,79% y con Ramos al 4,76%, luego alcanzó el 10%.

Después cayó en la tentación que lo puede depositar en la intendencia.