Desde fines de los 90 hasta hoy, el saldo de la relación entre los salteños y el Grupo Macro es ruinosa. Migrañas por cientos de miles, bolsillos vacíos y escasa utilidad, contrastan con una millonaria transferencia hacia los titiriteros de esta entidad financiera. Lo curioso es que las pésimas prestaciones y la sobreoferta crediticia, en lugar del atractivo de sus servicios, es lo que mantiene el dinero de los salteños en bóveda. A cambio de casi nada.
Por Manuel Baku
El senador por Guachipas, José Ibarra, sigue con su arremetida al Banco Macro. Ahora pide que se revise el vínculo contractual con la entidad financiera oficial. El sesgo usurario, y la renovación anticipada del contrato son el fondo de la cuestión. El hombre que llegó -desde el pago chico- a gobernar los taxis porteños, desde su banca local apuntó siempre a las grandes empresas locales. En plena pandemia le toca el turno a la fantasmal entidad bancaria. La misma que nació a la sombra del Banco República, del blanqueador menemista Raúl Moneta. Justo al Macro, que es el mayor banco privado de la Argentina, aunque su punto de partida fue un contrato en Salta. Todos saben que esta vez debe poner su “grano de arena”. Hasta Manuel S. Godoy (a) “Indio”, pidió el aporte de la financiera llegada en los años 90 desde Misiones. El otrora aliado estratégico, en épocas romeristas, que supo tener la entidad con base en calle España pide ahora renegociar, y no queda claro si es ideología política o un reajuste de salarios para la algarabía tribal.
Federico Lacroze fue un empresario ferroviario argentino, muerto en 1899. Creador de la primera línea de tranvías de Buenos Aires. Hoy una avenida, una estación de tren y una estación de subte en CABA llevan su nombre. Sus restos descansan en la Recoleta. En su paso por este mundo Lacroze dejó una frase: “el ahorro es la base de la fortuna”. Este principió moral, chocó siempre con la enseñanza más temprana de Luis Barrionuevo: “en este país la plata no se hace trabajando”. Y como desde 1970 el capitalismo no es productivo, sino especulativo, Banco Macro es el chancho que más comió durante el último lustro a nivel nacional, y la última década a nivel local. En este marco, el senador por Guachipas sabe dónde está la batata. Lleva tiempo apuntando al Banco Macro, porque sabe que ahí están los recursos que el Estado necesita para afrontar este momento histórico de la Provincia. Hasta hoy Gustavo Sáenz afrontó la pandemia, con mas perfil de Gobernador que de Intendente. Algo que sus opositores sostienen como punta de lanza, en cada crítica. Esta urgencia de recursos, que el momento demanda, pone en foco a los legisladores. Los mismos que dictan normas y regulan los recursos en valores que el gobierno saencista, requiere con ansias. El Senado y Diputados deben ahora sopesar las voces de Manuel Santiago Godoy (a) “Indio”, y de José Ibarra (a) “Negro”.
Ambos legisladores en cámara baja y alta, plantearon esta semana un poco más de presión sobre Banco Macro. Indirectamente ese apriete a la entidad financiera, incrementa la mirada sobre Sáenz. Hasta ahora el gobernador no logró imponer la voluntad estatal al agente financiero de la provincia. Ni siquiera alcohol en gel para los cajeros logró sacar. Tanto Godoy pidiendo ese “granito de arena”, que llegaría al 50% de las ganancias, como la propuesta de Ibarra que insiste en su proyecto de resolución, apuntan a revisar el “convenio de vinculación vigente entre la provincia y Banco Macro”.
Un acuerdo oscuro, como de tiempos de Maricastaña, que en 2014 supieron impulsar otros prohombres de aquel entonces, como Carlos Parodi, (Jefe de Gabinete de J.M.U), y el otro Manuel Santiago Godoy, aquel que fungiera como Presidente de la Cámara de Diputados de Salta y padre de Natalia, quien ocupara en momentos de la renovación un altísimo cargo en Inversora Rio Juramento (Frigorífico Bermejo). El mismo hombre que en 2014 impulsó la extensión por 10 años de un contrato millonario (2.500 millones de pesos asegurados) que vencía en 2016 (futuro gobierno), y que aún tenía vigencia por año y medio más. Pareciera el mismo que ahora pide el aporte solidario del 50%, de los que ayer fueron los beneficiados patrones de su prole.
A esta voz se suma el senador Ibarra, quien les pide reposición de dinero en los cajeros, buen trato a los clientes, y encima revisión de esa renovación de contrato. El proyecto de José Ibarra postula mirar esa contratación, pero en el fondo cuestiona el costo y origen de tamaña erogación estatal. La provincia de Santa Fe, con mayor población y mayor presupuesto le cobra al Macro, para que el banco haga el mismo trabajo por el cual le cobra a Salta muchos millones más. A lo que se agrega el negocio de medio millón de tarjetas y cuentas cautivas.
Ahora veamos
Por unanimidad, este jueves el Senado Provincial aprobó el proyecto de resolución, de José Ibarra, por medio del cual dispuso “solicitar al Poder Ejecutivo Provincial, la renegociación del convenio de vinculación vigente con el Banco Macro S.A., aprobado por Decreto N° 104/96 y prorrogado por las Leyes 7.336 y 7.826, en los términos de la Ley 6.583 y sus sucesivas prórrogas, sujetándose el nuevo marco normativo bilateral” a los parámetros siguientes: como por ejemplo, la “obligación de pago de un canon anual fijo a favor de la Provincia, por parte del Banco Macro S.A., en su carácter de exclusivo agente financiero del Estado Provincial”, “obligación de pago de un canon anual variable a favor de la Provincia”. Más la “gratuidad de los siguientes servicios a prestar por el Banco Santa Cruz S.A”, entre los que figura la “acreditación de regalías por hidrocarburos y mineras”, más la “acreditación de coparticipación federal, leyes especiales y Fondo Unificado, y su transferencia a las cuentas oficiales correspondientes”.
Por último, el proyecto aprobado por todos los senadores, dispone la “transferencia de recursos de coparticipación provincial a municipios” y la “bancarización de haberes de empleados públicos activos y pasivos (acreditación, mantenimiento de cuentas, emisión de tarjeta magnética y pago por ventanilla y red de cajeros automáticos)”. Además agrega la “recaudación de impuestos provinciales” y la “fijación de comisiones por otros servicios de acuerdo a precios vigentes en el mercado, con una bonificación a favor de la provincia del 5% (cinco por ciento)”.
Entre los fundamentos aprobados por todos los senadores se destaca que Juan Urtubey dejó una provincia con “una deuda aproximada de 9.600 millones de pesos, a lo que se suma que la Emergencias Sanitaria declarada como consecuencia de la pandemia Covid-19 genera un estado de crisis agravada por el colapso de la economía en su conjunto, que no solamente paraliza la actividad productiva sino, también, determina una reducción significativa de ingresos con los cuales debe sostenerse la administración pública para cumplir con servicios esenciales”.
Ante esto, el Senado por unanimidad decidió que la administración Sáenz debe reformular el contrato con el Macro, basándose en los acuerdos de Santa Fe y San Juan, donde la entidad paga para administrar los recursos y no donde percibe comisiones en lugar de pagar. “Salta tiene un trato desventajoso incluso en relación a otras que han suscripto acuerdos de similares características con el Banco Macro S.A., como Jujuy, Misiones o Tucumán. Solo para citar un ejemplo, los servicios que pagamos los salteños al Banco Macro S.A. son más caros que los que abona la Provincia de Jujuy. Santa Fe recibe un canon de la entidad bancaria vinculada al grupo Petersen por ser agente financiero exclusivo. Esto es más que lógico de solo pensar que se le otorga a un banco el cautiverio de cien mil cuentas en Salta, y el manejo de la totalidad de las transferencias bancarias por las que se nos cobran comisiones sin que podamos conocer cuál es la ventaja o sin que se nos brinde un trato diferencial” es parte del texto aprobado por los senadores.
Sin embargo, el proyecto agrega “entendemos que el Banco Macro S.A. debe pagar un canon fijo y un canon variable, ambos anuales, y que debe obligársele a que presente algunos servicios sin cargo para la provincia, tales como la bancarización de haberes de empleados públicos activos y pasivos, la acreditación y transferencias de fondos correspondientes a coparticipación federal y municipal de impuestos, el transporte físico del dinero en efectivo, los que a la fecha se encuentran a cargo del Estado Provincial o los empleados públicos cautivos. Debe quedar en claro que el Banco Macro S.A. percibe grandes sumas de dinero cada vez que la provincia recibe ingresos por regalías, percibe la coparticipación nacional o la transfiere a las municipalidades; cada vez que el Gobierno paga el sueldo de los empleados públicos tanto activos como pasivos o realiza operaciones de cualquier tipo en la entidad. De esta manera el costo financiero para el gobierno provincial resulta muy oneroso y ha ido creciendo año a año. En 2016 se le impuso como condición para la prórroga de diez años que invirtiera apenas 200 millones en infraestructura para el interior durante tres años y que promoviera en la Provincia líneas de créditos con tasas promocionales para pequeñas y medianas empresas de todos los sectores de la economía”.
Los senadores aprobaron el jueves que “nada de esto se ha cumplido” y que por ende, la provincia está “autorizada para avanzar con esta iniciativa de renegociación por la normativa de emergencia económica instaurada mediante Ley 6583 y sus sucesivas prórrogas. Insisto, debemos dejar de pagar semejantes comisiones y mejorar las condiciones para la Provincia”. Ni lo senadores dejan de darse cuenta que el Macro la junto en camiones durante el macrismo. Ni siquiera el más lento de los legisladores dejó de darse cuenta que el Macro y sus pares, son los únicos que tienen ganancias suficientes para sostener un 2021 y un 2023. Votaron y lo hacen saber.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos….
(Pablo Neruda)
Granito de arena
Un aspirante al próximo Oscar, categoría rostro de amianto, es Manuel Godoy (a) “Indio”, jugador de cuanta camiseta se haya diseñado para torneo alguno. Tras comandar la CAP, pero mandar a un descendiente por otra fuerza política, rumbo a Diputados de la Nación, en contra del PJ del cual administró la campaña y sus dineros, el hombre sigue. Luego de confinar al Sexto Círculo a Pablo Kosiner, un árido similar al que caminan Sonia Escudero o Javier David, Godoy se acostumbró a su nuevo lugar en el recinto, que no es la presidencia, pero rinde. En el pasado quedó ese lobby del invierno de 2014, cuando a la sombra de un Juan Romero candidato y un Juan Urtubey en desgaste, supo apoyar la “prórroga del contrato con el Banco Macro”. Prórroga express, que se concedió ante la posibilidad de perder, “incluso año y medio antes de terminar el contrato”.
En este escenario, el martes 8 de junio, en plena locura por el Mundial de Futbol en Rusia, los diputados de Salta aprobaron la prórroga “por la cual el Banco Macro seguirá siendo el agente financiero de la provincia hasta el 2026”. El archivo de prensa de 2014 aclara que “le dieron 10 años más de un negocio millonario, cuando aún faltaban 2 años para cumplir con el contrato anterior”. La nota dice que “PJ, PRS y FPV, aprobaron Sobre Tablas y en rápido trámite el proyecto de Ley”. Antes de las vacaciones de invierno de 2014 los diputados –presididos por Godoy- dieron vía libre a esta prórroga anticipada por diez años. “En las dos primeras notas se puede empezar a ver que el Gobierno Provincial estaba apurado por extender el contrato con el Macro, todos los Senadores que responden a Urtubey (y a esta altura a los intereses del Banco, se podría decir) votaron a favor, sólo Gabriela Cerrano del PO expuso argumentos del porqué no deberían haber aprobado tal cosa y votó en contra. Casi una semana después, y por si te quedaba alguna duda, el titular de la última nota te las echa por tierra: «SALDRÁ ANTES DEL RECESO LEGISLATIVO»… iba a salir si o si… por más debate que se diera en Diputados, el negocio ya estaba cerrado y haciéndose palpable en un «portal de noticias» que sirve de boletín oficial… justo ahí radica la decisión de elegir la nota publicada por este medio… la voz oficial era tajante” dice un periodista en ese 2014 de Carlos Parodi, aún con poder. Entre ese Jefe de Gabinete y ese Presidente de Cámara de Diputados hicieron aprobar que “el Banco Macro viene haciendo bien su trabajo y no hay porqué cambiar de agente financiero ya que la Provincia eligió este banco cuando privatizó los restos de un Banco Provincial ya quebrado. Hay que darle un voto de confianza a Urtubey, el Macro es lo más conveniente para Salta si el Gobernador lo cree así”. Esta fue la posición que tomaron los 39 diputados que votaron favorablemente el proyecto. Bloques Justicialista, Renovador, Frente para la Victoria, y Frente Plural. El romerismo votó contra esa extensión de contrato, sin hacer juicio de valor sobre la usura sufrida. Godoy en 2014 reservó –por lo menos- el puesto de directora para una descendienta suya en Inversora Rio Juramento. Los legisladores más despiertos advirtieron entonces que “todavía faltan veinte meses para el vencimiento del contrato, no hay nada que justifique el apuro y menos aún algún fundamento para seguir entregándole a este banco los recursos fiscales de la provincia que hasta el 2026 sumarán 180 mil millones de pesos. El Macro está denunciado por estar del lado de los fondos buitres contra el país en esta crisis de duda externa. Además, su dueño está citado a declarar en la causa Ciccone, donde fue procesado Amado Boudou, imputado de haber sido el financista de esta operación fraudulenta”.
Por supuesto, el problema no era tamaña verdad, sino quien la decía: el PO. Por suerte, Cuarto Poder, muchos antes dio la primicia que confirma estas sospechas. El Macro se convirtió en banco, gracias al aval liso y llano del Banco República, de Raúl Moneta. El lavador más famoso de los 90, puso la firma para que una financiera de la fronteriza Misiones se convierta en banco. Así nació el Macro. Parido con aval de Moneta en la triple frontera. Solo este medio lo contó en una tapa agotada que decía: “Poder blanqueador”. Un éxito. Los gerentes del banco camuflaban los ejemplares que más tarde leerían en casa. Cajeros y empleados ni hablar. Compraban el semanario rosa y lo escondía en el diario de siempre.
«La Cotinadora» radical
El Partido Obrero local (que debate entre poner ladrillos en el muro y largar una App para ser socialistas contra el COVID19), sostienen que es “la oportunidad de que la Banca vuelva al Estado”. Posteriormente los 60 diputados de Salta escucharon la historia de Jorge Horacio Brito: “referentes del radicalismo salteño aseguran que tras la figura de Brito está Enrique “Coti” Nosiglia”. Esta especulación tiene sentido si nos atenemos a lo informado en febrero de 2002 por la revista Noticias: “El Banco Macro nació a fines de los años 70 como una mesa de dinero cordobesa llamada Macro Cía. Financiera S.A. (…) El rodrigazo permitió despegar con una significativa diferencia a los propietarios de la entonces financiera Macro y de la consultora Econométrica: José María Dagnino Pastore, Mario Brodersohn, Alieto Guadagni y Alfredo Concepción (…) Recién en 1987 el Banco Central lo autoriza a operar como banco comercial bajo el nombre de Banco Macro S.A.. Los primeros buenos negocios los realizó durante el apogeo de la coordinadora del radicalismo en los 80’. Por ejemplo, cuando dos días antes del anuncio del Plan Primavera hecho por el gobierno de Raúl Alfonsín el Macro había comprado unos 3 millones de dólares justo antes del disparo de la divisa. El fiscal Ricardo Molinas investigó el caso, pero nunca pudo probar que la entidad hubiese recibido información privilegiada de sus “contactos en el gobierno”. Cabe recordar que en aquellos días se conocía al Banco Macro como “la mesa de dinero de la Coordinadora”, aunque más que esto, en realidad era de la Cotinadora. En 1994 todos hablaban del efecto tequila. Pero el Macro compró los bancos provinciales de Misiones, Salta y Jujuy, y se recuperó rápidamente. Horacio Verbitsky en su columna de Página 12, relacionó el crecimiento del Macro con la compra de los Bancos de las Provincias que no casualmente son fronterizas con las zonas más calientes del narcotráfico. A los nombres ya citados se pueden agregar los de Menem, Yoma, Colombo, Moneta, De Santibañez, Puerta, Romero, etc. que tienen o han tenido relación con la entidad bancaria. “Esto confirma que, en estos estratos, no hay ni política ni ideología diferente, sólo prima la transversalidad de la mafia y la corrupción” escribe el perro, seis años atrás.
La tabla con el jabón
En febrero de 2002 la revista Noticias publicaba lo siguiente: “Durante el Gobierno de Menem, el Banco Macro fue uno de los conductos por los cuales fluyeron fondos oficiales hacia las empresas del ex cuñado presidencial Emir Yoma. Por ejemplo durante la crisis del “tequila” en 1995 el Macro recibió redescuentos por 29 millones de pesos y otros 20 millones de una línea de crédito de Comercio Exterior, que casi en su totalidad fue otorgada a la curtiembre de Emir Yoma, que para entonces ya debía más de cien millones a los bancos oficiales. De los acreedores de Yoma el único que tuvo la “suerte” de cobrar su deuda es Banco Macro. Esta vinculación entre el Banco Macro y las empresas del Grupo Yoma remite a la estrecha relación entre el presidente de la entidad bancaria, Jorge Brito, y el ex cuñado y dueño de una curtiembre riojana, Emir Yoma. La misma comienza cuando un Director del Banco Central llamado Saúl Martínez le abre las puertas a Brito al entorno presidencial. Del análisis de las agendas de la Secretaria de Emir Yoma y Lourdes Di Natale, se observa el fluído contacto que ambos mantenían. De estas mismas agendas se desprenden los preparativos para un viaje de ambos en agosto de 1996, y las citas con altos funcionarios. También es representativo de esta relación el hecho que en las oficinas de Emir se guardara un curriculum personal de Jorge Brito. Esa amistad le habría facilitado la obtención de los bancos provinciales. Además de ser el único acreedor de los Yoma que cobra sus deudas, el Macro recibió el último cuatrimestre de 1995 y el primer semestre de l996 diversas transferencias de fondos provenientes del MTB Bank a favor de Yoma S.A. por cuenta de Elthan Trading en concepto de aporte de capital, que corresponden a parte de los 36 millones que Emir no puede explicar por qué recibió y que se sospecha serían coimas por distintos negocios como la venta ilegal de armas, el contrabando de oro, etc. Cabe destacar que, como el mismo Banco Macro lo reconoció, Emir Yoma realizaba operaciones con el City de Nueva York a través de una cuenta del Banco.
Es importante resaltar que en un expediente elaborado por un equipo del Banco Central sobre el Banco República, se detalla cómo el Macro y el Banco de Moneta se prestaban asistencia recíproca por 8.5 millones de dólares, con lo que habrían intentado evadir las regulaciones que prohíben préstamos elevados a empresas vinculadas. Otro dato a destacar es el hecho de que Gaith Pharaon reconoció en la declaración testimonial que es cliente del Banco Macro”. Desde las páginas de Cuarto Poder te lo contamos los últimos 20 años. Vó Vé.
Algunos antecedentes
Para no pecar de falta de objetividad, vamos a reproducir declaraciones de Brito en una F.M. salteña el día 16 de septiembre de 2003: “el Macro Bansud en este momento tiene 144 sucursales, 2840 empleados, y hace cinco años atrás teníamos unas 70 sucursales que se han duplicado. El Banco Macro es el esfuerzo de un grupo de empresarios nacionales, que vienen reinvirtiendo las utilidades que pueda tener un banco, y esto es importante, porque muchos empresarios a los que les va mal un año, dicen que es un año desastroso, pero en el mundo no se miden años, sino ciclos, por eso podríamos haber tenido años malos como Banco, pero el haber invertido nos permitió pasar la crisis. El Macro cotiza en Bolsa, Romero puede alguna vez haber comprado alguna acción y que yo no lo sepa, pero hay muchos accionistas porque el Banco cotiza en Bolsa. Hay más de 5000 accionistas. Pero la tenencia mayoritaria, de más del 78% está sindicada en cuatro personas, y no está Romero entre esas cuatro y eso es público”. A mediados de 2005, la mayoría oficialista de la Cámara de Diputados, le otorgó al Macro Bansud una prórroga para seguir manejando todos los fondos provinciales por diez años más, un año antes de que venza el contrato original. Un detalle es que el principal partido de la oposición (Renovador de Salta), también votó a favor de los negocios de Brito. De hecho, el PRS fue el que dio el puntapié inicial para la extinción del Banco Provincia y el inicio del Macro tal cual lo conocemos hoy.
Un gesto paternal
Nadie podrá poner en duda el gesto afectuoso por el cual Manuel S. Godoy bendijo a su hijo, Lucas, cuando en la última elección lo convirtió en Diputado Nacional, sin tocar tronera. Esa banca -que durante años soñara el “Indio”- solo fue alcanzada por “Luquitas”, segundo hijo de Manuel Santiago, y quizás el más parecido al poliédrico legislador. Su hijo mayor, Manuel Santiago, pasó por el ejecutivo provincial U, y se mostró demasiado popular para el pragmático “Indio”. A lo mejor, por ello, direccionó para otro lado su bendición.
Lucas entonces fue el preferido por ese político de medio habano humeante. Que Lucas llegara al Congreso Nacional en 2019, para el “Indio” fue un gol de media cancha, en tiempo suplementario. Pero a meses de esa coronación, Manuel y Lucas afrontan un estigma en el parlamento. Y en este supuesto pesar, están los que teorizan acerca del desmejoramiento que últimamente se percibe en el estado de salud del flamante legislador nacional.
A lo que se suman algunas de las tantas solicitudes que ambos integrantes del clan familiar, el cual fue catapultado al estrellato total durante los tiempos U, no alcanzaron a satisfacer. Y cuya desaprensión les podría ser reclamada en alguna campaña que anda dando vueltas por ahí, ya sea que hubiesen podido hacer algo que estuviera a su alcance, o no.