Como en todos el país, les becaries, investigadores y personal de apoyo de CONICET de la región NOA están movilizados y realizando acciones que ayuden a visibilizar la situación de crisis que atraviesa en estos momentos el sistema científico argentino. 

Fue una de las tantas ‘promesas’ de campaña de Cambiemos: que la ciencia iba a ser ‘política de Estado’ y que en consecuencia iban a “duplicar la inversión en ciencia y tecnología”. Tres años después del arribo de Mauricio Macri a la Casa Rosada, lo único que se duplicó fue el ajuste planificado, el desfinanciamiento y la desarticulación sistemática del sistema científico-tecnológico argentino. El fantasma de la fuga de cerebros sobrevuela nuevamente el horizonte y el ‘cientificidio’ ya es portada de las publicaciones internacionales como la Revista Science. 

El último 10 de abril en el marco del Día del Investigador Científico, no hubo festejo en la comunidad científica ya que se conoció la amarga noticia de que 2145 científicos quedaron sin trabajo al conocerse la publicación de los resultados de la última convocatoria de ingresos a la carrera del investigador científico (CIC). El martes 30 de abril en el marco del paro general en contra del ajuste, la renombrada revista Science publicó un artículo en apoyo a la lucha que les trabajadores de CyT. El artículo señala que el desfinanciamiento de la ciencia es una de las contracaras nefastas del acuerdo con el FMI: la baja en la inversión en materia de investigación y desarrollo que sólo alcanza al 0,26% del producto bruto interno, la paralización de institutos y de proyectos de investigación por falta de financiamiento y de presupuesto de funcionamiento, el recorte en la compra de insumos importados básicos en áreas estretégicas, la disminución de la cantidad de becas de doctorado y posgrado así como de los puestos vacantes para el ingreso a carrera. 

Desfinanciar como política de estado

La inversión en CyT durante el gobierno Cambiemos fue la más baja desde el año 2004, así lo demuestran datos oficiales publicados por el Ministerio de Hacienda de la Nación y replicados por el sitio de noticias, Chequeado.com : en 2015 la inversión representaba el 0,35%, en 2016 el 0,33%, 0,32% en 2017 hasta llegar al 0,26% en 2018 con respecto al PBI. La curva decreciente da cuenta que la caída del presupuesto es, claramente, una decisión política. 

Pero la reducción presupuestaria no sólo afecta al CONICET sino también a aquellos becaries o proyectos financiados mediante la Agencia de Promoción Científico Tecnológica; que ha perdido alrededor del 50% de su presupuesto a raíz de la devaluación de la moneda y que constituía, como lo expresó el investigador independiente, Martín Grandes en una entrevista dada al diario Perfil, el ‘combustible’ que alimentaba la inversión y gastos necesario para el desarrollo de los proyectos investigación, desarrollo e innovación. 

Los ataques al sistema de CyT fueron graduales, tal como prometió Cambiemos: la suspensión en el año 2016 del programa “Argentina Innovadora 2020” que previa el fortalecimiento del sector mediante al aumento de la cantidad de becas e ingresos a carrera; la degradaron a la categoría de Secretaria el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y su paso a la órbita del Ministerio de Educación; los 700 despedidos del INTA; el desguace de programas educativos como el Conectar Igualdad, la TDA, y los fondos de fomentos de contenidos de calidad; la cancelación de convenios de cooperación internacional, entre otras medidas.

En lo que se conoció como el Manifiesto de Córdoba al cual adhirieron 197 directorxs y vicedirectorxs de los Institutos CONICET firmado el 13 de abril pasado, la comunidad científica hizo explicita el pedido a las autoridades de que implementen un plan de salvataje integral del organismo que contemple: “aumento de emergencia del presupuesto del CONICET con magnitud suficiente para garantizar el funcionamiento de los Institutos, el cumplimiento de proyectos aprobados y la actualización de los salarios y becas; prórrogas de las becas de los jóvenes excluidos hasta la resolución del próximo concurso de ingreso a carrera, la normalización del directorio así como la restitución del ministerio de ciencia, tecnología e innovación productiva”. 

La situación es acuciante y si bien la comunidad científica está unida y en pie de lucha, las señales del gobierno indican que no darán marcha atrás con el ajuste y que los profundizarán si es necesario para cumplir con las metas impuestas por el FMI. Con estos datos, el gobierno de Cambiemos está lejos de querer colocar a Argentina como potencia en el podio de los países desarrollados, más bien, estamos caminando en sentido contrario. 

El contexto regional

Como en todos el país, les becaries, investigadores y personal de apoyo de CONICET de la región NOA están movilizados y realizando acciones que ayuden a visibilizar la situación de crisis que atraviesa en estos momentos el sistema científico argentino. En una carta elevada al presidente del organismo, el Dr. Alejandro Ceccatto, fechada en diciembre del año pasado, los directores y vicedirectores de los institutos y de unidades ejecutoras de doble dependencia de las provincias Salta-Jujuy ya informaban en aquel entonces, de la acuciante situación económica que atraviesan los institutos y que ponían en riesgo su normal funcionamiento. Reclamaban el desembolso de las partidas presupuestarias adeudadas que ascendían al 60% del presupuesto original aprobado a cada unidad, dependiendo el caso, para pagar impuestos básicos como el alquiler de los espacios, la luz y el gas. Solo 2 de los 7 institutos que componen la región Salta-Jujuy recibieron el 100% del desembolso presupuestario, el resto está funcionando a pérdida sin poder garantizar servicios básicos para que los investigadores y becaries puedan trabajar en dichos espacios. 

De la última convocatoria de ingresos a CIC en la Salta y Jujuy se presentaron 71 aspirantes: solo 14 entraron, 8 para Salta y 6 para Jujuy. Por otro lado, una encuesta realizada a les becaries por “Científicos y Universitarios autoconvocados” en Salta describe el estado de precariedad en el que éstos desarrollan sus investigaciones y que es fruto del desfinanciamiento de los institutos. La mayoría informo no contar con insumos básicos como buena conexión de internet o espacios de trabajo adecuados a las necesidades de sus investigaciones, los faltantes abarcan desde el acceso a bibliografía hasta guantes y computadoras. Por otro lado, la gran mayoría indico que la mayor parte de sus estipendios, ya que no cuentan con recibo de sueldo porque no son trabajadores registrados dentro del organismo, lo invierten en la formación, en abonar las costosas matrículas, los cursos de posgrado y los viajes fuera de la provincia, ya que la formación de doctorado en ciertas áreas es de escasa oferta en la región, además de tener que sostener sus hogares y familias. Aun así, más de la mitad manifestó que su expectativa es seguir dentro del sistema científico como becarie, investigador o docente universitario.