Finalmente la elección nacional va decantando y se derrama en Salta con adhesiones impensadas y contradicciones más severas.

El repunte del macrismo, la caída de Alternativa Federal y la somatización sin sinergia del cristinismo con Massa. El quiebre de Romero con la fórmula de Urtubey y su aterrizaje en Cambiemos, la corrida en ciernes de varios dirigentes importantes del PJ al kirchnerismo y un Sáenz que hace equilibrio para pagar favores políticos de los polos opuestos, son solo algunas de las fotografías que habitan un paisaje político complejo.

A todo esto, ni la confusión, ni los derrapes, ni la borocotización perdieron vigencia. Parafraseando al genio de Charly García: el tiempo electoral es un vidrio y el pueblo un fakir… Las sanguijuelas pueden herir…

 

Cambiemos renovado y ampliado

La semana transcurrió con un fuerte impacto en el trebejo partidario nacional por parte de “Cambiemos” que mutó a “Juntos por el Cambio” tras la inteligente jugada de colocar en la fórmula presidencial a Miguel Angel Pichetto. Triunfaron los dialoguistas Rogelio Frigerio y Emilio Monzó que se impusieron a los sectarios Marcos Peña y Jaime Durán Barba. La imagen de amplitud se reflejó en una complacencia del mercado financiero que se ha transformado en un elector silencioso, que con sus vaivenes gravita severamente en el humor social.

Hasta hace unos días los macristas respiraban con dificultad, mascullaban la bronca de haber relativizado la herencia, y renegaban por la soberbia del círculo rojo presidencial y las tenues mejorías. Pero Argentina es un país acostumbrado a los altibajos y espasmos, así que bastaron dos semanas sin suba de dólar y el amesetamiento del riesgo país, para revertir la inercia derrotista y aparecer de improviso con una perspectiva concreta de reelección.

Pichetto suma, aunque no haya alguna voluntad de aceptar este dato de la realidad, por parte de los opositores. Complementa en el frente, la decisión de la U.C.R. de continuar tributando a la alianza originaria.

En Salta, lograron convencer a Juan Carlos Romero de que sea el único candidato a senador nacional, luego de que pactara con Urtubey la postulación por Alternativa Federal. Atrás quedaron los arrimes con Fernando Yarade en el armado provincial, y hoy arriesga con mayor probabilidad de renovar su banca.

Primero fue el presidente del PRO nacional Humberto Schiavoni, el que por teléfono bajó línea de que Juan Romero era el bendecido, junto a Miguel Nanni. Luego llegó a Salta el propio Valentín Díaz Guilligan -edecán de Marcos Peña-, a ratificar el criterio que golpeó fuertemente a Martín Grande. El diminuto diputado nacional de la sonrisa amplia, había ofrecido a Andrés Suriani, Alberto Castillo, Roberto Cha Usandivaras, Alfredo Olmedo, Bernardo Biella y Virginia Cornejo las candidaturas nacionales. La elección de un enemigo terminó por retraerlo, y ahora se duda sobre si mantendrá su postulación para intendente de la Capital.

El que logró la aprobación del carril restante para la Cámara baja nacional es el guachipeño José Ibarra, postulado en Buenos Aires por las 62 Organizaciones Peronistas, que ya anticipó que competirá en las internas con Miguel Nanni. El cafayateño cuenta con el apoyo del jujeño Gerardo Morales, y el rechazo de un conglomerado interesante de dirigentes radicales que antes que la renovación de su banca prefieren verlo perder. Aunque amaga con competir con Romero por la senaduría, el Japonés Espeche -presidente de la Convención de la UCR Salta- ya informó que el escaño legislativo tiene nombre y apellido, y que no se aceptarán otros postulantes.

Disconformes con el autismo y hermetismo del nannismo –que ahora tiene por cabeza virtual al tartagalense Mario Mimessi- Luis Diego Zavaleta, Federico Nuñez Burgos y Rubén “Chato” Correa” anticiparon que presentarán listas y que no está todo dicho entre los correligionarios.

El médico Bernardo Biella, fue uno de los que padeció el desdén de la mesa chica del ex Cambiemos, quienes no le permitieron que integrara la alianza con su partido Salta Independiente. Ni lerdo ni perezoso rápidamente avanzó con la integración en el frente de Lavagna y Urtubey.

Por su parte el Movimiento Celeste, en el que asoman con nitidez las cabezas de Suriani y Castillo, confía en que se habilitará una lista que los lleve como senador y diputado nacional dentro de Juntos por el Cambio. Al fin y al cabo nunca se fueron del PRO, y sienten que pueden derrotar a Nanni. Martín de los Ríos, a quien habrían pretendido bajar de la competencia desde la Casa Rosada, mantiene sus expectativas de ser diputado nacional con el apoyo de Gustavo Sáenz.

La semana entrante estas candidaturas serían ratificadas o sepultadas en la mesa en la que ahora incide Rogelio Frigerio, y se duda sobre si abrirán el juego a quienes no cuenten con aval presidencial.

El urtubeycismo aún vive

Luego de un martes casi fatídico en el que Alternativa Federal se diluyó luego de la integración de la fórmula Fernandez – Fernández y las nuevas deserciones de Sergio Massa y Miguel Pichetto, Urtubey tuvo que declinar su pretensión presidencial y aceptar el segundo lugar en la fórmula que encabeza ahora, Roberto Lavagna. El miércoles a la mañana, nuestro gobernador y presidente del P.J. salteño había amanecido con un millón de amigos menos y se esperaba que tirara la toalla, a pesar de los esfuerzos macristas por rescatar a su alfil encubierto.

El economista, con quien insistió en coincidir porque era el único habitante de un barrio casi abandonado, no aflojó un ápice en su convicción personal y le cobró caro la petulancia reciente que puso en boca de Urtubey y Schiaretti la exigencia de que dirimiera su vocación de presidente en las PASO. Lavagna no irá a paso y logró absorber al salteño, para encarar con dignidad una elección en la que el tercer lugar aparece como un exceso de optimismo.

En Salta este frente que denominan “Consenso Federal 2030” repetirá una añeja fórmula que fue imbatible en tiempos de esplendor del actual primer mandatario. Rodolfo Urtubey y una ansiosa Cristina Fiore intentarían renovar en el senado nacional, mientras que el único bendecido para la Cámara baja es Pablo Francisco Kosiner. El chino Moisés Sánchez y su postulación para senador nacional, fue solo un amague gobernado por la insolencia de quien interpreta que el mérito no existe y que el destino de los gurúes no es solo la tiniebla, sino la vidriera.  Peor suerte es la de Francisco Paco Marinaro Rodó a quien simplemente bajaron de sus pretensiones, sin mayores explicaciones que la notificación de que Urtubey paga favores de mayor entidad que su militancia.

Solamente algunos temerarios dicen que avanzarán, a pesar de los anuncios de que existen bendecidos. Excusas hay para todo y lo que se vende como perseverancia, solamente tiene sustento en la obstinación de los que no quieren irse y encuentran como excusa el microclima de la cercanía con los hermanos Urtubey o la simple rebeldía del destratado.

Con desánimo, se reunió en una mesa de Grand Bourg la réplica del frente nacional. Todos recelosos y con presencias intermitentes. El Indio Godoy con un pie en el kirchnerismo, Matías Posadas más concentrado en el saenzismo y la intendencia, el romerismo de Salta nos Une que finalmente se fue, Felicidad de Miguel Isa que se mantiene fiel pero incrementa la agresividad contra el sector yaradista, y un grupo de sellos partidarios que por inercia no se anima a traicionar: Memoria y Movilización, Libres del Sur, Salta Independiente de Biella, y Unión Victoria Popular. Ninguno de ellos propone candidatos en las listas nacionales.

En este sector la sorpresa la dio Gustavo Sáenz que, a último momento, decidió adherir con su partido Identidad Salteña, junto a Primero Salta de Ricardo Villada y el Frente Plural. Según informan algunos leguleyos, firmaron después de hora y fuera de la sede del PJ, porque no querían sacarse la foto con el Indio Godoy.

El cambio repentino del Intendente capitalino le generó varios reproches de los dirigentes macristas y del propio Juan Carlos Romero. Sin embargo, nada lo conmueve luego de que resolviera el intríngulis de Alfredo Olmedo y ratificaran en un acto en el Bochin Club el viernes pasado, que dirimirán su suerte en un mismo espacio y mediante internas abiertas.

Una encuesta nacional lo ubica con 39 puntos de intención de votos, y eso obliga al resto a consentir sus decisiones. Con un discurso huérfano de agresividades ensaya la transversalidad a diario. No pelea con nadie y dice que buscará el apoyo de la gente. Hasta ahora nada parece mostrar que está equivocado cuando afirma que apoyará a Urtubey y a Romero aunque estos trabajen en distintas trincheras.

Por su parte Olmedo informó que no participará ni apoyará a nadie en la elección nacional, evitando fricciones con su competidor. El “amarillo” está concentrado en su campaña a gobernador y esta postura es una manifestación concreta de que no canjeará su pretensión por ningún cargo nacional. Peleará a todo o nada porque cree, sin duda alguna, que derrotará a Sáenz en octubre.

La ambulancia kirchnerista

Animados por las mediciones del cristinismo en Salta, pasan con la ambulancia las huestes de Sergio Leavy, y no les ha ido mal. A la incorporación de Javier David, se sumaría Godoy, y podría desembarcar el isismo si la traición se torna más evidente.

El “oso” sería el candidato a gobernador si nada corrige ese rumbo, y para el senado nacional la formula tendría como cabeza a José Vilariño y Nora Gimenez. Walter Wayar amenaza con dar la PASO, aunque reducido a las cenizas de un pasado en el que la traición de Romero hizo estragos cuando buscó la gobernación en el 2007.

Para diputado nacional el propuesto del frente “Todos” sería el camionero Jorge Guaymás, que replica los arrimes y barquinazos de su conductor Hugo Moyano. Junto a Tomás Rodríguez son los candidatos más cuestionados por sus antecedentes de violencia de género, y quienes mayores problemas tienen para cumplir con la ley de cupo femenino.

No se descarta que Javier David sea el candidato a intendente por Capital pese a que manifestó siempre que “o gobernador, o nada”. Todos están preocupados por la falta de anclaje en el principal distrito provincial. De allí que sea una prioridad conseguir el alunizaje de dirigentes con predicamento en la ciudad de Salta, donde las mediciones de Gustavo Sáenz superan los cincuenta puntos de intención de voto.

Cambiar para que nada cambie

Al margen de los acomodos y reubicaciones la política parece asfixiar al ciudadano común que no advierte renovación de cuadros políticos. Ninguno de los nombrados en esta nota puede exhibir un curriculum que no evidencie al menos dos décadas en los sillones de funcionario o legislador, ni esconder la voracidad presupuestaria que se extiende hasta los hijos. Ni siquiera la crisis tuerce la intención de ordeñar el Estado hasta la muerte.

Aunque a pocos importe el rumbo de cada dirigente, lo que está claro es que en Salta confrontarán tres sectores en las elecciones nacionales, y también en las provinciales; pero nada indica que algo cambiará. Sellos, slogans, carteles, folletos, pasacalles y pintadas hablan del desprecio hacia los ciudadanos agobiados por la crisis económica y que -aunque se esfuercen- no lograrán sacarles, siquiera un puñado de propuestas.