Un proyecto de investigación del CIUNSa sobre Análisis Crítico del Discurso analiza el tratamiento mediático de casos de violencia de género en el diario local de mayor tirada. Una investigación para repensar el rol de los medios salteños en sus prácticas constructoras de sentido y subjetividad. (Andrea Sztychmasjter)
La reciente foto de una colectivera usando el celular publicada en portales locales generó que las autoridades del transporte público decidieran rápidamente separarla de su puesto laboral. ¿Qué responsabilidades tuvieron el periodista que difundió la foto y el medio que decidió publicarla? ¿De qué manera operan las desigualdades sociales en la construcción mediática?
El caso citado es sólo un ejemplo que nos permite pensar de qué manera actúa la violencia mediática en Salta. Pero para entender un poco más a través de qué dispositivos esa clase de violencia se hace presente, María Florencia Rodríguez, docente de las asignaturas Procesos de la Comunicación y Análisis del Discurso del Terciario Municipal Abuelas de Plaza de Mayo a cargo del rector Prof. Marcelo Segura y exbecaria del Consejo Interuniversitario Nacional se encuentra realizando una investigación sobre Análisis Crítico del Discurso como colaboradora del proyecto N°2.065 del CIUNSa (Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta), dirigido por la Mg. Olga Alicia Armata, en donde analiza el tratamiento mediático de casos de violencia de género en el diario local de mayor tirada.
“El Tribuno, que este año cumplió 66 años de existencia, es el matutino más vendido y con mayor tirada en la provincia. Esto lo convierte en una fuente indispensable de consulta para encarar cualquier investigación sobre medios de comunicación en Salta”, explica en parte de su trabajo, que la semana pasada fue presentado en las 17° Jornadas del CEFiSa (Centro de Estudios Filosóficos de Salta).
El título del trabajo “Género y Comunicación: tratamiento mediático de casos de violencia de género, El Tribuno, Salta (2014-2015)”, tiene como objetivo “pensar el rol desempeñado por los medios de comunicación como una práctica constructora de sentido y de subjetividad, donde los dilemas de género operan como un componente estructurante”, señala la investigación. Para ello se propone analizar tres componentes: los titulares, las imágenes, y las viñetas de humor del mencionado diario.
En el texto la autora reconoce que en Salta existen aún pocos trabajos en relación al análisis de la construcción mediática de la mujer en los medios de comunicación -tal es el caso de los publicados en La Otra Voz Digital-, entonces se hace “necesario continuar investigando y debatiendo sobre la problemática puesto que se vuelve necesaria una deconstrucción heterogeneizante que transforme el discurso único de los estereotipos históricos y contemporáneos (injustos, autoritarios y antidemocráticos) en pos de una erradicación de la violencia de género”.
La tarea de escribir…
“Los titulares no son ornamentos del discurso periodístico, expresan una intencionalidad”, refleja Florencia Rodríguez en su trabajo, y analiza cómo el diario tituló noticias sobre casos de femicidios ocurridos en Salta durante el año pasado.
Tomamos un ejemplo de los analizados, al respecto del asesinato de Camilia Bulacio en Salvador Mazza en marzo del año pasado, Florencia reflexiona: “En el título (Nota publicada en El Tribuno el 8/3/14) ‘Muerte y sospechas en un entorno sórdido’ sobre el asesinato de Camilia Bulacio en Salvador Mazza se pone en duda el contexto en el que fue asesinada la víctima. Esto se evidencia más claramente a partir de la introducción del subtítulo ‘drogas, alcohol y descontrol’ el cual se centra en el testimonio de la cuñada de Camila Bulacios, quien en declaraciones al medio, indicó que la víctima y su femicida consumían alcohol y eran adictos a la pasta base. Finalmente, se cita parte de su testimonio ‘se trató de un hecho desgraciado producto de la ingesta de alcohol y drogas que consumieron ambos’. Sobre lo expresado anteriormente, el decálogo (de RED PAR) manifiesta en su punto sexto que nunca se deberá buscar justificaciones que distraigan la atención del punto central que indudablemente es la violencia. El hecho que la víctima fuera consumidora de drogas y alcohol es irrelevante para la construcción noticiosa, no puede tomarse como un eje central para intentar buscar los motivos que justifiquen el asesinato”.
Con respecto al análisis sobre las imágenes que el matutino usó para acompañar noticias sobre casos de violencia de género, Florencia se hace eco de las recomendaciones para el tratamiento de violencia hacia las mujeres en medios de comunicación elaboradas por el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), e insta a ponerlas en práctica, puesto que en ellas se promulga “evitar que personas afectadas por delitos de trata y explotación sexual sean convertidas nuevamente en víctimas, esta vez, de los medios de comunicación, en el momento de ser contadas sus historias”.
En cuanto al análisis de las viñetas de humor que aparecen en el diario, Florencia también se vale de lo recomendado por el CNM, y critica el uso de estereotipos, y el discurso periodístico que sitúa a las mujeres en posición de inferioridad o dependencia.
Si bien con su análisis Florencia considera que “la tarea no se limita a visibilizar los tratamientos incorrectos de casos de violencia de género. Es necesario evidenciar como el discurso periodístico se entrama en las prácticas sociales concretas donde las diferencias de género subsisten”, en sus conclusiones preliminares en torno a algunas noticias, imágenes y viñetas analizadas señala: “En El Tribuno no se realiza una construcción discursiva de la violencia de género como una problemática de derechos humanos. Por esta razón, predominan noticias relacionadas a femicidios o violencia sexual y/o física, acordes a una perspectiva mercantilista que hace hincapié en el morbo y sensacionalismo”.
El trabajo de Florencia no solo es importante porque se configura como un antecedente en el análisis del tratamiento mediático de casos de violencia de género en Salta, sino que además al analizar al diario de mayor tirada de la provincia marca un precedente que nos permite repensar el abordaje de otros medios locales, que muchas veces nos valemos de El Tribuno como fuente de información.
“Algo cambia en cada mujer que participa”
Florencia Rodríguez comentó a Cuarto Poder que su trabajo de investigación del tratamiento mediático de casos de violencia de género surgió “a partir de una motivación personal como futura Licenciada en Comunicaciones, pero fundamentalmente como mujer que se ve atravesada por la cultura machista que lamentablemente nos continúa cosificando, violentando y matando todos los días. Haber participado en el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó el año pasado en Salta, en el taller de medios de comunicación, me alertó sobre la responsabilidad que tienen los medios en la construcción de una sociedad justa y democrática con perspectiva de género”.
Finalmente al ser consultada sobre la responsabilidad mediática en el caso de la mujer colectivera que fue echada tras la publicación de su fotografía utilizando un celular, Florencia reflexionó: “Fue un hecho que me indignó mucho porque se podía observar claramente que el colectivo estaba parado. Todos los días viajo en colectivo, remises y taxis y es lamentable ver que muchos hombres utilizan el celular mientras manejan. Entonces, ¿por qué mostrar una mujer que supuestamente cometía este error? Y no me surge otra respuesta: porque es mujer. Los salteños viven reclamando cuestiones relacionadas al accionar de algunos choferes, pero justamente a la mujer tuvieron que fotografiar y señalar públicamente. Hay que informar sin ninguna duda, pero siempre teniendo en consideración que la responsabilidad mediática es muy importante, no es cuestión de hacerlo bajo la lógica mercantilista de conmocionar para vender porque se continúa fomentando estereotipos injustos y autoritarios. Tu pregunta me recuerda que cuando finalmente las mujeres logramos ingresar en el sistema de transporte, El Tribuno el día 5 de julio en una viñeta de humor deja explícito que solo pretendemos manejar para conquistar hombres. El humor no se escapa del patriarcado”, concluyó.