Una casa de venta de insumos para celulares tenía a 9 de sus 11 trabajadores no registrados. Una inspección de rutina se encontró con que a 8 los tenían encerrados en el fondo del local para que no figurasen como laburantes cuando cayó la gorra.
No es una sorpresa. En una provincia que tiene cerca del 40% de sus trabajadores en negro no resulta extraño que en cualquier local comercial céntrico se encuentren a varias personas que trabajan por fuera de lo estipulado por la ley.
En este caso, un local ubicado en Caseros al 700, tenía casi el 90% de sus trabajadores en negro, esto supera casi el doble de la media de toda la provincia, donde si bien se negrea bastante, no se hace tanto abuso.
Lo particular de este caso es que los agarraron con las manos en la masa, mejor dicho con los laburantes laburando, entonces, para salir del paso y engañar a los inspectores, los responsables del lugar optaron por ocultar en una pieza del fondo al gran porcentaje de negreados. Metieron a 8 para que no parezca que ahí laburaban todos en estas condiciones.
Entonces los inspectores requirieron la presencia policial que llegó en instantes al local de celulares de la pelotita roja para “rescatar” a quienes estaban en el encierro temporario hasta que se vaya la gorra.
Ahora la empresa tiene con un período de 5 días hábiles para regularizar la situación de las dependientas, que en caso de no cumplirse da lugar a sanciones pecuniarias e incluso clausura del local comercial.