Emilce Colodro tenía 18 años cuando partió desde Campo Quijano a Cuba a estudiar medicina. Hoy tiene 26 años y recién llegada de la isla con su flamante título, relata a Cuarto Poder los avatares, historias y realidades de una Cuba pequeña y humilde que le abre las puertas a miles de latinoamericanos. (Daniel Escotorín)

Emilce Colodro tenía sólo 18 años, la secundaria recién terminada y el agobio de un futuro que no iba acorde a su vocación allá en Campo Quijano. Quería estudiar medicina cuando las causas y azares de su vida les pusieron delante la oportunidad increíble pero deseada de emigrar a Cuba a estudiar. Hoy tiene 26 años y recién llegó de la isla que le abre las puertas a miles de latinoamericanos para formarse en una profesión noble con valores distintos a los que se imparten en nuestras universidades.

Recuerda la ansiedad en los días previos a confirmar su viaje. Emilce se contactó vía amistades con la Casa de la Amistad Argentino Cubana. Vio allí la posibilidad de concretar su anhelo imposible de realizar en nuestro país por cuestiones económicas. Realiza trámites y estudios médicos sin decirles a sus padres el motivo, luego les avisa lacónicamente la posibilidad real de viajar a estudiar a Cuba y la Embajada se lo confirma (después de exámenes varios) y en 72 horas debe embarcar. Toda una aventura para esa adolescente que carga mucho de rebeldía, de convicción y de voluntad. En esa vocación está también su lado solidario, sabe del sufrimiento y las carencias de quienes no tienen la posibilidad de acceder a una atención sanitaria mínima; la salud como un derecho universal, no lo dice pero lo siente y ya en Cuba lo vivirá como una realidad plena.

Su llegada a la isla está plena de expectativas, se encuentra con estudiantes de toda América, comparte alojamiento con costarricenses, guatemaltecos, colombianos, bolivianos y por supuesto más argentinos, entre ellos miembros de la comunidad wichi. Terrible paradoja la de los pueblos originarios, de ser extranjeros y parias en nuestra nación y ser tratados con respeto e igualdad en esa pequeña isla donde los valores humanos tienen preeminencia sobre los materiales. Se establece en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) afuera de La Habana y comparte con el otro modelo universitario el ALBA, diferentes sistemas o enfoques en la enseñanza, unificados en el segundo año de carrera.

emilce

No es fácil la vida en la Cuba socialista para quienes provienen de sociedades capitalistas donde el consumo y el derroche es parte de lo cotidiano. En Cuba nada sobra, todo es justo, pero lo necesario no falta. La vida es austera, todo racionalizado y a eso deben acostumbrarse: el agua, insumos, algunos elementos, pero en lo que a estudio se refiere, nada les falta. Peor es, y eso sobra, la nostalgia, la soledad que es la ausencia de los seres queridos de toda la vida pero prima la voluntad, el deseo de llegar a la meta propuesta, de aprovechar una oportunidad única y quizás irrepetible.

Salud socialista

La salud, se sabe, es prioridad del sistema cubano, es pública y gratuita. Ahora, el modelo sanitario no comienza en los hospitales, sino desde el primer día de clase en la universidad. No es la gratuidad la única virtud, es el “todo”. La mirada integral que el médico “especialista” compone del paciente. Este no es un objeto de estudio, es parte activa de la consulta. Así lo relata Emilce cuando recuerda las visitas a los hospitales junto a sus médicos docentes entrevistando, charlando con las personas que concurrían o estaban internadas. Ellas opinan, preguntan, interactúan con sus médicos. Estos no se fijan en lo sintomático físico, van más allá elaboran un diagnóstico psico-socio-físico.

La práctica es parte esencial de la carrera. De las aulas a los policlínicos (centros de salud equipados para diversas especialidades y sintomatologías) y los hospitales. Guardias médicas, residencias y especializaciones que comienzan a partir del 3º año. Emilce Colodro rescata el costado humano de la medicina cubana: “el trato es de igual a igual, te pones al nivel del paciente, no hay escritorio de por medio” e incluso interviene en el diagnóstico y en la medicación. O sea, se eleva el nivel humano del paciente, su dignidad y el médico baja de ese pedestal que la cultura competitiva y elitista capitalista impone también en las universidades argentinas. Poco a poco se acostumbró a esa vida, donde humildad, generosidad y solidaridad conforman el pilar de esa sociedad tan lejana.

Es en ese modelo donde nace el “Ejército de Batas Blancas”, el famoso equipo de asistencia médica siempre pronto a trasladarse a cualquier lugar del mundo donde sea necesaria su presencia: Brasil, Bolivia, Venezuela y cuantos países africanos (epidemia del ébola) fueron anfitriones de las misiones humanitarias cubanas. Ella no pudo ser parte de alguna de estas, pero prestó numerosos servicios en la campaña cubana. Solo tiene palabras de gratitud, duda a la hora de pensar en críticas, no es el modelo perfecto pero recuerda nunca haber visto casos de desnutrición, exalta la atención primaria a las mujeres embarazadas, el control personalizado, donde el médico va a casa, la obligación de las mujeres de asistir a los hospitales en las últimas semanas de embarazo. Una asistencia vital.

La Doctora Emilce Colodro está de vuelta en su país, su provincia, su ciudad Campo Quijano. Mientras espera los trámites administrativos del Ministerio de Educación y otros, piensa en su especialización: cardiología, pediatría o ambas. Podría ser aquí en Argentina o tal vez retornar a Cuba. Ya no le va a costar tanto. En sus palabras, sus gestos, evocan esa simbiosis de humildad, reforzada por una experiencia única que tal sus expectativas y sus sueños, le permitirá aliviar algo más que dolores del cuerpo. Finalmente eso es la medicina.

emilce2 (1)

Datos

Para los interesados en estudiar deben dirigirse a la Embajada o Consulado de Cuba en Argentina.

Informes: http://instituciones.sld.cu/elam/2011/02/28/requisitos-de-ingreso/

El título de Médico de la ELAM no requiere de validación, puesto que fue acordado por un convenio entre el gobierno de Cristina Fernández y Fidel Castro en el año 2009.

En diversos países (y Argentina no es la excepción) como Brasil los colegios médicos expresaron su rechazo a validar el título de los recibidos en Cuba, queda claro que no es por una cuestión de calidad sino eminentemente ideológica. En Brasil los médicos “cubanos” fueron parte primordial de la lucha del gobierno de Lula contra el hambre y las enfermedades endémicas sobre todo en las zonas rurales, al igual que en Bolivia. Regiones donde los médicos egresados de las facultades liberales no consienten. Lo suyo es el consultorio ¿vio?