Luke O’Neill, profesor en la Escuela de Bioquímica e Inmunología del Trinity College de Dublín, en Irlanda, aseguró que la humanidad está dando los primeros pasos hacia el final de la pandemia de coronavirus.

El avance de la vacunación en los próximos nueve meses será la clave para definir el regreso a la “normalidad”. Para eso los países que tienen excedente de vacunas deberán colaborar con los que no tienen lo suficiente.

El panorama a nivel mundial se muestra optimista debido a que la semana pasada hubo una reducción del 17% en la tasa de contagios. Lo que convierte a esta en la decimoquinta semana consecutiva con un marcado descenso en la cantidad de nuevos casos confirmados. También hubo una caída por segunda semana consecutiva en la tasa de mortalidad, con una reducción de un diez 10% en los últimos siete días.
De acuerdo al criterio del  especialista irlandés, los próximos nueve meses serán fundamentales para continuar con la reducción de casos y muertes.

El objetivo es que el mundo logre la inmunidad de rebaño lo antes posible. Esto solo se logrará distribuyendo la mayor cantidades de vacunas.

“Si obtenemos protección en nuestros propios países, debemos compartir con el mundo el exceso de vacunas que tenemos. Canadá cuenta con 9 vacunas por persona, Estados Unidos con 7, Reino Unido con 6 y la Unión Europea con 5 vacunas por persona.

Dar el exceso de vacunas a países que las necesitan es imprescindible, para lograr la tan anhelada inmunidad de rebaño.
«Una vez que la vacunación esté extendida, tendremos que seguir restringiendo los viajes entre los diferentes países para evitar la transmisión de las mutaciones del SARS-CoV-2. Ese es el precio que tendremos que pagar para tener cierta libertad y no volver a confinamientos estrictos.

La libertad implicará la reapertura de actividades, permitirá que vuelvan a hacerse ciertos eventos de escala internacional, pero el precio que debemos pagar será el de no poder llevar a cabo viajes internacionales”.

Es importante también mantener una alimentación balanceada para reforzar el sistema inmunológico, que necesita hierro.
Un estudio publicado recientemente, muestra que la deficiencia de este mineral hace que las vacunas sean menos efectivas. Eso no se vio en la covid-19 específicamente, sino en las vacunas aplicadas en rubéola e influenza.