El gobierno nacional, por su parte, no mostró enojo de ninguna manera. Por el contrario, pidió perdón. Lo hizo a través del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. El pedido de perdón fue a los a los trabajadores de la salud que ponen el cuerpo a diario, “por no haber logrado evitar que la oposición buscara otra manera de protestar, que no pusiera en riesgo la salud de la gente”. 

Este abierto desafío al aislamiento obligatorio, que reunió a miles de personas en las inmediaciones del Obelisco, en otros puntos de la Ciudad de Buenos Aires y en las principales ciudades del país, se llevó a cabo justamente en medio del pico epidemiológico. 

El temor que surge desde el gobierno nacional, a raíz de esto es que se acelere la transmisión del coronavirus y dentro de unos días los centros de salud no den abasto con la demanda para atender a los enfermos. 

“Cuando todo esto pase, la enorme mayoría de los argentinos vamos a poder decir que promovimos la solidaridad y que honramos la memoria de los muertos por esta enfermedad. Pero también habrá una minoría que no va a poder decir esto cuando mire a los ojos a sus hijos”, sentenció Cafiero al final de su mensaje.