El Gobierno nacional definió dónde y en qué condiciones se podrá cultivar marihuana. El uso recreativo está totalmente descartado. Para investigación médica y científica serán los únicos cultivos permitidos.
El 29 de marzo de 2017, el Senado sancionó por unanimidad la legalización del uso medicinal del cannabis. Hoy a poco más de un año el avance es casi nulo.
Según lo establecido posteriormente a partir de una resolución del ministerio de Seguridad sólo se destinarán cultivos para investigación médica y científica, eso quiere decir que quienes creían que con la medida podrían cultivar sus propias plantas para hacer, digamos, aceites que cuestan en el mercado internacional varios miles de pesos, no podrán hacerlo. Al menos no por ahora.
“Hay un abismo entre lo que pasa en la vida diaria de las personas y lo que ocurre en el Ministerio de Salud”, comentó hace poco una referente de la organización Mamá Cultiva, que nuclea a unas 70 madres de chicos con distintas enfermedades y cultivadores solidarios que fabrican aceites.
La ley incluye el desarrollo de cultivos en el INTA y la investigación del CONICET. Pero para estos organismos tampoco hay presupuesto. Los representantes del INTA presentaron un proyecto para cultivar en un predio propio en la ciudad bonaerense de Campana.
Ahora según la resolución del ministerio comandado por Patricia Bullrich, los terrenos en los que se cultivará serán sometidos a inspecciones a cargo del propio ministerio, que dispondrá de personal capacitado para tales efectos y elaborará un informe que contenga un sistema de seguridad apto para el uso eficiente de los recursos.
De cultivo en hogares, ni hablemos.
Fuentes: Minutouno e Infobae