No fue declarado inocente, pero un juez salteño consideró que la causa había prescripto: las víctimas tardaron mucho en denunciar.

Ayer se escribió un capítulo negro en la historia de la justicia salteña. Un juez decidió sobreseer y dejar en libertad a un cura acusado de abuso sexual. No lo declaró inocente, sino que consideró la causa prescripta.

El juez Adolfo Figueroa es el personaje que resolvió hacer lugar a la excepción de prescripción de la acción penal que fuera interpuesta por la defensa de Juan Carlos Aguilera.

El sacerdote había sido detenido el 21 de marzo, después de que se concretara en su contra denuncias por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por ser ministro de culto; abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por ser ministro de culto y abuso sexual simple agravado, todos en concurso real. El 22 de abril Aguilera fue beneficiado con la prisión domiciliaria.

Y ahora el mismo juez dictaminó su inmediata liberación.

Según el testimonio de uno de los denunciantes uno de los abusos se habría concretado en 1997 o 1998. Otro de los denunciantes señala los años ´95 o ´96 y ´97 o ´98.

El juez salteño determinó que se venció el tiempo que tenía la justicia para actuar en la causa, por eso Aguilera quedó en libertad, si bien puede haber una apelación.