La Cooperadora asistencial de General Pizarro destina más plata a los agasajos que a ayudar a los más carenciados. La auditoría además detectó algunas irregularidades en la emisión de facturas. El descontrol de los intendentes sigue. La parálisis de las autoridades de la Auditoria también. (DOM)
General Pizarro es un municipio rico, lleno de pobres. Forma parte del departamento de Anta, al igual que, por ejemplo, Joaquín V. González, donde el 60% de los habitantes están por debajo de la línea de pobreza.
Por eso en un lugar así una cooperadora asistencial puede ser fundamental para la subsistencia. Sin embargo, una reciente auditoría muestra que no funciona nada bien. Aunque el cotejo no ha sido demasiado profundo y sólo se ha tomado como muestra de análisis un mes -noviembre de 2010- el informe, de escasas nueve páginas, hace visible varias irregularidades en la Cooperadora asistencial de General Pizarro.
La verificación tuvo como objeto medir los recursos distribuidos por la Dirección General de Rentas de la Provincia, con los detallados en la rendición de cuentas del periodo. Respecto a los gastos, el informe detalla que en el mes auditado, el organismo ya contaba con un saldo anterior de $ 99.397, que además tuvo ingresos por $ 16.786 y que el gasto total de ese noviembre fue de $ 25.408. Los números a groso modo cierran: allí estaban los $ 90.775 que debían estar. Pero los detalles sobre los gastos son extraños.
Porque, por ejemplo, de esos $ 25.408, el 27,27 % ($6.928) se destinó a Salud y el resto ($ 18.480) se archivó bajo el ítem “Otros gastos”. Lo curioso es que del total de “otros gastos” el 69,80 % corresponde a agasajos, el 13,42 % a subsidios de transporte, el 9,74 % a becas estudiantiles, 4,88 % a honorarios de Asistencia Social, en tanto que el 2,16 % se destina a ayudas a carentes con alimentos.
Sí: se gastó más en una fiesta, que en ayudar a los carentes con alimentos; en una fiesta por el día de la madre incluso se despilfarró más plata que la destinada a Salud.
En todo ese mes el municipio puso $ 900 en concepto para una asistente social, otros $400 para los comedores asistenciales; pero tiró $ 12.900 en una fiesta para el día de la madre.
Y eso no es todo
Los auditores realizaron varias observaciones sobre la rendición de cuentas. Por ejemplo, que en la entrega de subsidios, no existe evidencia de la realización de control en la recepción por parte de los beneficiarios: la plata figura como que sale, pero no se puede saber si llega a destino. Además, “la tesorería, en el procedimiento de pago no interviene las facturas con sello de pagado y fecha de cancelación”.
En el rubro “Agasajos”, que es a lo que la cooperadora parece dedicarse con más ahínco, también saltan a la vista otras anormalidades. “La factura tipo “B” N° 0001‐00000700, por $ 12.900 emitida en fecha 15/10/2010, del cuadro Gastos de Agasajos detallado precedentemente, no cumple con los requisitos de facturación, que permita asegurar que los importes abonados corresponden a la cancelación legítima de los bienes o servicios provistos debido a que: la factura indica que los bienes entregados y facturados corresponden a los descriptos en planilla adjunta, que no tiene una relación unívoca con la misma, ya que no identifica el proveedor”, dice el informe.
Gastar tanta plata en festejos, donde no hay nada que festejar, es una de las grandes contradicciones que explican el porqué de la crisis en algunos municipios de la provincia.
La basura
Meses atrás, Cuarto Poder difundió otro informe, sobre la situación ambiental de General Pizarro. Al igual que con la Cooperadora Asistencial, el descalabra encontrado fue total: sin tratamiento especial de la basura, ni recolección diaria de residuos, el trabajo informó sobre las repercusiones en la salud de los habitantes y los daños a largo plazo en el medio ambiente.
Pizarro tiene varios problemas con la basura: para empezar, sólo hay recolección lunes, miércoles y viernes y no recorre las calles un camión especial, sino que se encarga de la recolección un tractor o camión con acoplado: un camión compactador guarda la basura y la aísla, pero un acoplado es como sacar a pasear la basura para que siga contaminando.
El lugar físico en el que se vierten los residuos es el otro problema: a cielo abierto, lleno de animales, contaminando las napas inferiores. “Las infecciones que promueve la exposición de la basura al medio ambiente urbano, la quema de residuos a la que recurren los recolectores que habitan las adyacencias del basural municipal, puede derivar en lesiones muy graves para el sistema respiratorio, puesto que produce la suspensión de partículas que son altamente contaminantes. A esto debe agregarse la emanación de gases ofensivos y peligrosos por ser de fácil combustión”, decía aquel informe.
Y nada de esto ha cambiado.