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Crónica del Juicio. Día 26: Los conocidos que no aparecen

Desde Madrid declaró la española que regenteaba el Hostal en donde pernoctaban las turistas francesas asesinadas. María Rosa Gómez Milletes confirmó que las chicas fueron a San Lorenzo a encontrarse con personas conocidas. Más testigos declaran dudar de que los culpables sean del pueblo. (Maximiliano Rodríguez)

La jornada comienza mucho más temprano que lo habitual. La Sala II convocó a las partes para 8.30 y los jueces ingresaron faltando diez minutos para las nueve para escuchar una de las declaraciones más esperadas: la de María Rosa Gómez Millet, la española que explotaba el Hostal del Cerro en el año 2011. La conexión a través de videoconferencia fue prevista para las 9 y  a través de pantalla gigante se tomó la declaración testimonial. La ciudadana española de la que tanto se habló estuvo declarando en el Juzgado de Instrucción Nº 51 de la ciudad de Madrid. El trámite se hace rápido y en forma expeditiva por lo que Ángel Longarte, presidente del tribunal, agradeció esa diligencia en apoyo de la justicia argentina. La declaración es una de las más esperadas del juicio oral. La mujer había abandonado Salta casi en forma inmediata al hallazgo de los cuerpos y ese alejamiento repentino generó más de una sospecha en la sociedad local. Además, la española tampoco dio aviso a la policía cuando las chicas no regresaron al hostal.

Desde muy temprano los familiares de Cassandre Bouvier esperaron en la sala. Los equipos de videoconferencia fueron instalados durante el día anterior y el personal técnico del poder judicial volvió a estar a la altura de las circunstancias. El proceso penal rompe fronteras y distancias nuevamente. Otra vez Helene, Aleinor y Jean Michel están sentados juntos. En ellos también había expectativa por escuchar a Gómez Millet. Llevan un mes y medio en Salta y necesitan saber la verdad. Jean Michel está sentado entre las dos mujeres.  El tribunal intervino durante la jornada en las condiciones de detención de cada uno de los acusados privados de libertad. El apuñalamiento del procesado Daniel Vilte, por parte de un condenado por homicidio, así los obliga. Los tres jueces de la Sala II dispusieron las condiciones de seguridad de Santos Clemente Vera y Gustavo Lasi dentro del penal de Villa Las Rosas. Los jueces definen que el servicio penitenciario dispone del criterio de seguridad, para resguardar la integridad física de cada uno de los detenidos. Los magistrados apoyaron que Lasi y Vera fueran aislados del resto de la población carcelaria.

La explicación desarrollada la brindó el vocal Héctor Pucheta. El juez entiende muchísimo del tema. Después de todo Pucheta fue en Salta el primer juez de ejecución de sentencia. El discurso de Héctor Pucheta fue contundente: “deslindamos cualquier responsabilidad en el Servicio Penitenciario provincial, porque la cárcel es sorpresa día tras día. Es imperioso que las personas privadas de libertad sean resguardadas”. Luego de esta jornada, el tribunal de la Sala II suspenderá la actividad hasta la semana entrante.

Desayuno

La testigo aparece con lentes. Pasa los 55 años. Es la primera vez que se le conoce públicamente el rostro a la mujer que dejó Salta apenas tres días después de haberse encontrado los cuerpos de las víctimas.Tiene cabellos cortos rojos un tanto desarreglados. La mujer dijo ser hoy administrativa. Vestía una remera gris de mangas largas. A los pocos minutos de comenzado el acto, la tecnología comenzó a fallar. Se tornó muy difícil la comunicación inicialmente, aunque luego se pudo continuar con cierta normalidad. Hasta este momento, María Rosa Gómez Millet sólo había declarado al comienzo de la investigación. Hizo una declaración en el hostal ante la policía, y una declaración posterior en el juzgado de Martín Pérez. La testigo indicó que al juzgado de instrucción le notificó su destino y domicilio en España, “para cualquier cosa que demandaran”.

La mujer, entre 2009 a 2011, explotó comercialmente el Hostal del Cerro. Tenía alquilado el hostal por tres años y el vínculo concluía en el 2012 pero ante la gravedad de los hechos y por malas experiencias personales, decidió dejar Salta para reorganizar su vida en España. Gómez Millet denunció una malísima relación con la propietaria del hostal, María Eugenia del Cerro y hasta habló de presiones y extorsiones luego de abonar en efectivo y por adelantado los tres años de alquiler. Todos estos hechos precipitaron su alejamiento de la provincia. También recordó que por aquellos días se pasaba todo el día en el hostal, salvo algún sábado por la mañana que salía a pasear. Tenía tres empleados.

En su declaración dijo que Cassandre y Houria se alojaron en la habitación 20. Dijo que el 12 de julio de 2011 cerca del mediodía recibió una llamada telefónica de las chicas para hacer la reserva. Cree que fue Cassandre quien habló. Era la única que hablaba español fluido. Según su declaración, el día 13 pidieron continuar con el alojamiento y el día 14 renovaron por dos noches más. A su entender tenían un comportamiento normal. Lo único que le llamó la atención fue que las chicas no preguntaron nunca nada sobre la ciudad. “Parecían personas muy seguras, que se manejan bien por Salta. No preguntaban nada”, dijo Gómez Millet. Este fue uno de los motivos por los cuales la mujer no sospechó nada ante la ausencia de las huéspedes. “No pensé que pasara nada malo. Como las vi que se movían bien solas por Salta entendí que conocían bien el lugar”, aseguró. Recién entre el 25 o 26 de julio comenzó a pensar que no era normal una ausencia tan larga. La española pensó que estaban alojadas en San Lorenzo o en viaje.

Lo más importante de su declaración fue una conversación que mantuvo con Cassandre Bouvier. En ese diálogo la víctima le dijo que irían a San Lorenzo “a encontrarse con amigos”. La charla habría sido en la mañana del 15 de julio en la cocina del Hostal mientras Gómez Millet preparaba los desayunos. Eran cerca de las 11. La testigo relató: “Las chicas dijeron que Iban a San Lorenzo, que tenían amigos o conocidos. Pidieron dejar las maletas”. La testigo no recuerda si el término utilizado fue “amigos o conocidos”. Sin embargo, fue contundente en ratificar este punto. En esta conversación, Cassandre le dijo también que podían estar unos días afuera. La testigo cree que iban a estar en San Lorenzo.

Las chicas siempre desayunaron juntas, salvo ese viernes 15. A Gómez Millet no le llamó la atención que las chicas no volvieran aunque entendía que esa misma noche debían volver a dormir al hostal. La testigo reiteró que el día 17 guardó los bolsos porque había una computadora personal. Lo que si comprendió la española fue que conocían a alguien y que iban a encontrarse con ese alguien cuando fueron a San Lorenzo.Sus palabras confirmaron lo que afirma el padre de Cassandre Bouvier: eran precavidas y seguras y no viajaban sin tener un contacto en el lugar de visita. Durante el relato de la testigo, Jean Michel Bouvier asentía con la cabeza. Sin dudas hablaban de su hija. La reconocía en el relato. La declaración de María Rosa Gómez Millet fue importante, pero lejos de despejar dudas profundizó los interrogantes más terribles.¿Quiénes eran esos amigos o conocidos?; ¿Por qué estas personas amigas o conocidas nunca se presentaron a declarar o se dieron a conocer públicamente? ¿Estos amigos o conocidos fueron conocidos por las víctimas en su visita a Salta o eran contactos que ellas trajeron previamente? ¿A estos amigos o conocidos las víctimas pudieron contactarlos aquí? ¿Los habían contactado en días previos? ¿Serán los hijos del poder o gente del pueblo? ¿Tienen alguna relación con el crimen? Concretamente: ¿quiénes son estos amigos o conocidos?

Pueblo chico

Oscar Ossola y Jorge Patricio Ocampo son sacerdotes católicos. Los dos fueron testigos en esta jornada porque desempeñaban sus funciones en la comunidad de San Lorenzo y por ello conocen a todos los involucrados. Son lo que se denomina testigos de concepto. No son testigos oculares o testigos periciales, sino netamente de la forma de vida de los acusados. Los dos sacerdotes mostraron buenos conceptos de los acusados por encubrimiento. Luego dijeron que nadie en San Lorenzo cree que sean los acusados las personas responsables por los homicidios. “La creencia popular dice que no son personas de allí”, dijo Ossola.

Allí las preguntas del fiscal giraron sobre lo mismo de siempre. ¿Ud. sabe quiénes pueden ser, si no son estos? Las respuestas siempre son iguales. Se dice, se comenta, nada se sabe. Nada nuevo ante la pregunta repetida. Jorge Ocampo va más allá. El sacerdote cree directamente en la inocencia de los imputados: “es una percepción mía.Por la gente que conocí en San Lorenzo. La gente era buena. No era gente violenta”.  Para los testigos es difícil creer que los crímenes de Cassandre y Houria pudieran acontecer con personas de San Lorenzo. Sin embargo, las dos chicas fueron violadas y asesinadas alevosamente.

El día termina temprano y crecen muchas dudas sobre lo que pasó en julio de 2011 pero también una certeza aflora evidente: la causa fue elevada a juicio sin la investigación necesaria. Todo el reconocimiento a los policías, al juez y al fiscal de la instrucción fueron apresurados cuando no sospechosamente inmerecidos. Aún quedan muchos puntos oscuros sobre las horas previas al crimen. Tanto de las víctimas como de los acusados. La ausencia de pruebas científicas es trascendental. Solo restan declarar los peritos franceses, luego los alegatos y la sentencia. Con esta jornada terminó la séptima semana.