Abel Fleming habló del fallecido comisario Néstor Piccolo. Confirmó lo mismo que se reveló durante el juicio por el asesinato de las turistas francesas. El oficial llamó al juez antes del suicidio. ¿Al investigador del caso lo querían involucrar en un robo?

Abel Fleming, es juez de Tribunal de Impugnación, aunque muchos creen que podría ser miembro de la Corte de Justicia. Fue juez de instrucción, y siempre se vinculó su figura con las fuerzas policiales, incluso antes del retorno de la democracia.

El magistrado habló con colegas de radio Capital, y confirmó que Néstor Piccolo lo llamó antes del suicidio, frente a la Brigada de Investigaciones que comandaba.

En esa comunicación Piccolo, con quien tenía vinculo previo Fleming, le pidió asesoramiento y/o consejo, sobre cómo actuar ante lo que vivía dentro de la policía.

Al parecer el policía recibía fuertes presiones, por una investigación que no estaba cerrada: los asesinatos de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, el doble crimen las turistas francesas.

Néstor Piccolo le habría manifestado la necesidad de salir de servicio, porque habrían querido involucrarlo en un robo. Abel Fleming no pudo atenderlo en ese momento y no pudo nunca más, porque Piccolo se disparó a pleno mediodía.

Por aquellos días violentos el Secretario de Seguridad era Aldo Rogelio Saravia y el Ministro de Seguridad, Pablo Kosiner, luego conocido como “hombre de ley”, actualmente diputado nacional.

Esta charla más o menos fue revelada durante el juicio entre marzo y junio de 2014, dándose cuenta que esas presiones recibidas por Néstor Piccolo, bien podrían considerarse amenazas.

“Su preocupación estaba ligada con su trabajo, tenía miedo de que su nombre pudiera sufrir una afectación, por eso lo que quería era que lo saquen de una investigación en relación a un hecho ilícito: un robo a un local comercial céntrico de ventas de joyas, en donde había puesto en tela de juicio mediante anónimos su comportamiento y el de su gente; recibido indicaciones de sospechas sobre su propia persona”, informó Fleming ahora.

Para entonces Gustavo Lasi, Daniel Vilte y Santos Clemente Vera estaban presos, pero Piccolo no se convencía. En el juicio se reveló –incluso- que existía esa especie: la amenaza con embarrar su nombre, y quizás encarcelarlo, si no se convencía qué el caso estaba cerrado. Las palabras del juez, relatando esa charla indican la misma dirección. Las presiones contra Néstor Piccolo eran brutales y con fines desconocidos.

“Dos días antes de su muerte, el recurrió a mí para preguntar como hacía para pedir licencia. Estaba muy preocupado y afligido, le recomendé la licencia y me dijo que había pedido el traslado porque no quería seguir al frente de una unidad de investigación, lo que pude decirle es que para mí estaba ahogado en un vaso de agua. Le pedí que vuelva a las 13:00 lo cual no sucedió y al otro día me entere de su muerte. La impresión que me queda es que no todos los policías son iguales y no todos se pueden desarrollar en los mismos trabajos”, relató Abel Fleming.

Si bien el magistrado cuenta hoy los hechos a través de los micrófonos radiales, nunca declaró (ni en la instrucción, ni en el juicio oral) ante la justicia por el caso de las turistas violadas y asesinadas en San Lorenzo en junio de 2011.

Néstor Piccolo se suicidó el 24 de noviembre de 2012. Por lo menos eso determinó la Justicia de Salta.

Sus deudos, hoy reclaman al Estado una indemnización millonaria, por daño moral. Creen que los funcionarios de entonces y las condiciones laborales de la policía provincial, fueron responsables de la muerte prematura del comisario, aunque esta llegara por voluntad propia.