A una semana del hallazgo del cuerpo sin vida del panadero de Salvador Mazza, no parecen claras las circunstancias en las que se produjo el crimen  y menos aún los móviles. El fiscal pidió que el caso sea investigado por la Justicia Federal. (Aníbal Roldán)

El cadáver de Luis Nino apareció enterrado en una finca el sábado 27. Lo encontraron cerca del dique Caraparí, a unos 3 kilómetros de la ruta nacional 34. El joven tenía 25 años y estaba desaparecido hacía 12 días. Vivía con su pareja y trabajaba en una panadería de repartidor. El informe médico determinaría que fue golpeado y sin piedad enterrado vivo y cubierto con cal y tierra.

Luis Nino había salido de su hogar durante la madrugada del 17 mayo hacia la casa de su patrón, quien habitualmente le entregaba las bolsas de pan que luego repartía por los barrios de Salvador Mazza. Esa madrugada sólo entregó hasta barrio Ferroviario, lugar donde fue secuestrado. Casi dos semanas después encontrarían su cuerpo.

Perros pertenecientes a Drogas Peligrosas fueron quienes lo encontraron. Antes un operativo de 30 policías de la Unidad Regional 4, peritos del CIF y el fiscal Cazón habían realizado un allanamiento en barrio ferroviario donde les habrían señalado que fueran a la finca San Santiago: “las condiciones climáticas facilitaron la localización. El lugar donde el cuerpo fue enterrado se diferenciaba del resto del terreno porque carecía de maleza y la humedad reinante durante todos estos últimos días ayudó a que pudiera ser ubicado”, dijo a la prensa Cazón.

Con el correr de las horas, la primera incógnita surgida en el caso fue por qué motivo lo mataron de esa manera. Sobre todo, porque se trataba de un joven de 25 años, sin antecedentes, que tenía pareja y un trabajo. Entonces, el perfil del muchacho no correspondía con el de un delincuente, razón por la cual, dominaba la duda. Pero el hecho de que haya sido secuestrado, golpeado ferozmente y luego enterrado vivo, sumado a las pruebas que fueron saliendo, robustecían la idea de que se trataba de un ajuste de cuentas, algo muy común por la zona. Esto llevó a que el fiscal penal Armando Cazón,  pidiera al juez de la causa, Fernando Astigueta, pasar el expediente a la Justicia Federal.

Detenidos e hipótesis

Quedaron detenidas en el caso 6 personas, entre las que se destaca: Parada, propietario de la finca; una joven de 30 años, de apellido Cuellar pareja de Parada, quien estaba con él cuando los policías allanaron su vivienda; el cuidador de la finca, un hombre apellidado Aleman; Gonzáles, un hombre que cuenta con antecedentes policiales y que fue señalado por Aleman, y Calvimonte, un conocido adicto de la zona. Sin dudas, el más comprometido es el último mencionado. Se sospecha que éste lo entregó. Según se pudo conocer la detención de Calvimonte llevó a los policías a la finca que cuidaba Aleman; al percatarse de que se encontraba muy comprometido con la policía encima, el cuidador contó que en la noche del 17, Parada, su patrón, le pidió palas y picos y se dirigió al monte, acompañado por Gonzales. La familia de Luis Nino comentó que Calvimonte en el último tiempo había estado visitándolo frecuentemente. En esta lógica, Calvimonte -quien estaba vinculado a una banda narco- habría señalado al panadero para salvarse.

De todas maneras dispares versiones comenzaron a escucharse. Las que habría que tener en cuenta serían, a grandes rasgos, las siguientes:

* La más fuerte indicaría que Nino vendría a ser algo así como la feta de jamón de un sándwich; es decir, quedó en el medio de un capitulo mafioso; o dicho precisamente, alguien lo “mandó al muere” para salvarse. Esta versión señala que una banda narco de Yacuiba tenía previsto pasar más 250 kg de cocaína pero una parte del cargamento se “perdió”. Según se supo, Calvimonte, habría sido parte del grupo que “mejicaneó” y para salvar su vida, entregó al empleado de la panadaderia.

* La versión cercana al entorno de Nino señala que lo asaltaron y como se resistió le dieron una dura golpiza que se les fue de las manos y no les quedó otra que enterrarlo.

* Otra versión es que Luis Nino en su recorrido habitual por diferentes recovecos de los 48 barrios de Salvador Mazza vio algo que no tenía que ver, lo comentó a la policía y esta dio aviso a los narcos que lo mandaron a matar.

*Otra de las hipótesis es que efectivamente estaba vinculado al narcotráfico y el crimen se trataría de un ajuste de cuentas.

Como fuese, lo cierto es que la información sobre el caso es demasiado retaceada y todo se encuentra con secreto de sumario.

Cambios

Con los refucilos todavía del caso, denominado por la prensa como “el crimen del panadero”, se conoció que  relevaron  a más de la mitad de la comisaria 40, la cual tiene a su cargo Salvador Mazza: “no estamos sacando gente, la estamos reemplazando por otros efectivos, haciendo rotar personal que estaba asignado a otras dependencias de la zona, como Tartagal, General Mosconi o Aguaray”, dijo a la prensa el jefe de policía, Ángel Silvestre.

Aunque no lo haya reconocido el jefe azul, varios advierten que los cambios fueron impulsados entre otras cosas por el fuerte efecto producido por el homicidio de Nino. Es que la situación a 400 km de la capital, en Salvador Mazza, cada vez está más complicada, a las muertes con signos mafiosos, se suman hechos como el continuo robo de autos, donde se presume que la policía está vinculada garantizando una zona liberada para robar autos, que luego son cambiados por cocaína en Bolivia.