Doce firmas extranjeras y una nacional tienen quince proyectos mineros en Salta. En concepto de canon y regalías aportan al presupuesto $7.388.000, casi lo mismo que el aporte de los presos de Villas Las Rosas por sus trabajos en los talleres de la cárcel.
En septiembre de 2013, el portal inversorenergetico.com.ar, publicaba la nota titulada “Mineras canadienses concentran más de la mitad de los proyectos mineros de Salta y Jujuy”, en la que se citaba un informe del Fraser Institute de Canadá donde se destacaba que Salta era el mejor destino nacional para la inversión minera. La provincia había ocupado el puesto 38 entre 96 jurisdicciones evaluadas a partir de sus condiciones geológicas, de infraestructura, regulatorias, fiscales y políticas, con un puntaje de 59,7 unidades; muy por encima de la vecina provincia de Jujuy que se había posicionado en el puesto 65 con 34,5 puntos.
Que las condiciones geológicas eran las adecuadas podía confirmarse con cierta facilidad: el propio portal produjo un gráfico en base a los datos de mercado que identificaba quince emprendimientos en la provincia: ocho mineras canadienses (Silver Estandar, Golden Minerals, Mansfield Minerals, Cordero Resources, dos de Cascadero Cooper, Regulus Resources y Lumina Cooper); cuatro australianas (dos de Galaxy Resources, Ady Resources y Orocobre); dos franceses de la misma firma (Eramine) y una sola nacional: Grupo AGV.
Que las condiciones regulatorias y fiscales son más que atractivas para esos capitales, lo confirma el presupuesto provincial 2016: durante todo el próximo año la provincia planea recaudar en concepto de regalías y canon minero la módica suma de $7.388.000: $5.000.000 en concepto de canon y $2.388.000 en concepto de regalías. No sorprende que en ese marco, el citado informe Fraser Institute de Canadá calificara a nuestra provincia como un “amigable ambiente de negocios”.
Para tener una idea de lo insignificante que esos aportes suponen para las arcas provinciales, digamos que representan el 0,02% del presupuesto total, el 0,13% de los recursos tributarios provinciales (que este año serán de $5.554.576.332) y apenas $2.500.000 más de los que aportan los presos de Villas Las Rosas que trabajan en los talleres de ese servicio penitenciario.
Según información oficial, en el ámbito penitenciario funcionan más de cincuenta talleres de laborterapia, cinco granjas penales y huertas que funcionan en las unidades y alcaidías. Allí, los internos tienen la posibilidad de aprender oficios y trabajar bajo la enseñanza y coordinación de los maestros penitenciarios. Se busca que adquieran las herramientas que posibiliten la inclusión social y laboral.
Estos talleres existen en las Unidades Carcelarias de Salta, Metán, Orán, Tartagal y Rosario de Lerma. Las granjas penales se encuentran en Rosario de Lerma, Metán, Orán, Tartagal y La Isla – Cerrillos, y cada penal cuenta con talleres para las actividades de laborterapia de los hombres y mujeres privados de la libertad. Están destinados a jóvenes ciudadanos en situación de vulnerabilidad y/o en riesgo social. Buscan fortalecer las tareas preventivas para reducir la criminalidad y los hechos delictivos. Hacen artesanías, pero tributan más que las mineras.
Los números confirman, así, que tanto la pobreza como el ansia de riquezas y el deseo de ostentación generan delincuencia entre pobres y ricos que, sin embargo, corren con suertes distintas: la cárcel para los primeros y el privilegio para los segundos.