La obligación legal de comunicar oficialmente la selección de los miembros del organismo consagrado constitucionalmente para dirimir toda contienda electoral provincial y que resultara conformado el pasado lunes, disparó el inexorable conteo del tiempo de descuento de tres miembros de la Corte de Justicia de nuestra provincia en el transcurso del venidero año 2.025.
En el mes de mayo del próximo año se cumplirá el término constitucional con relación al ignominioso e inédito hecho oficial sobre un “enroque” de funcionarios judiciales con acuerdo del senado.
Pablo López Viñals pasó desde la Procuración de la provincia a la Corte de Justicia sin tocar tronera, donde a su vez, un juez de la Corte cansado de no poder decidir con su sola voluntad, como actuaba en el juzgado federal concedido allà lejos y hace tiempo a mediados de los noventa, por su padre judicial en un acuerdo integral y a quién luego lo desconociera ferozmente; pasara con el tiempo a perder votaciones dos a uno con el sexo opuesto.
La encarnizada persecución del eyectado entonces procurador, que llevara adelante contra el poderoso y perenne senador nacional por Salta, a instancias de su gran amigo el ex gobernador Juan Urtubey, llegaba casi a un punto de no retorno, puesto que ya había trascendido que desde Castellanos no se iba a perdonar la vergonzosa afrenta de “hacer tocar el pianito” al hijo, hoy diputado provincial Jr., siendo uno de los tres que serían marcados para “colgar de la ganchera”.
En la segunda mitad de 2025, también culminarán los mandatos de los ministros de la Corte, Guillermo Catalano quien fuera designado a fines de 2007 y Ernesto Samson quien desembarcara en el alto tribunal por el año 2013.
El gobernador Gustavo Sáenz plasmará la matriz de la Corte de Justicia de Salta para cubrir su derrotero inexorable en el sitial más alto de la provincia, con esos tres cargos más los ya asegurados Jose Gabriel Chibán, Maria Alejandra Gauffin y Maria Edit Nallìn.
Si bien el gobernador le hizo caso al baladí consejo de su antecesor donde, para equiparar las cargas políticas en la cabeza de la justicia convenía aumentar de 7 miembros a 9, lo cual materializó a todas luces una corte elefantiásica y vetusta; lo más razonable sería volver a 7 miembros y con una integración variada tanto en la formación académica como política.
Pero bueno, siempre será una prioridad insustituible para el derpo #CubrirLaRetirada, cuando la función de #SabuesoMayor no pueda eludir la flagrancia.
Pero volvamos a la novel integración del Tribunal Electoral, el cual en esta nueva y excéntrica etapa institucional nacional pareciera que no se hace mella con la premisa libertaria del #NoHayPlata, porque no hay atisbos de derogar la legendaria asignación salarial mensual de un 50% más del salario de ministro de la Corte, por tan sólo integrar por dos años dicho Tribunal…Mi duda es si los suplentes sorteados también cobran esa innegable y estrafalaria asignación.