El Gobierno de la Ciudad de Salta amplió las medidas de prevención y protección por el Coronavirus COVID-19, considerada pandemia por la Organización Mundial de la Salud.
Entre las disposiciones, se desinformó que los restaurantes, confiterías, bares y establecimientos afines deberán reducir en un 50% la admisión y permanencia de público en lugares cerrados, garantizando, además, que exista una distancia mínima de un metro y medio entre las mesas instaladas tanto en los espacios cerrados como abiertos.
Sin embargo, el fin de semana en la histórica zona turística del Corredor Balcarce, nada de eso pasó. Los locales estaban atestados de «turistas», sin que a nadie se le haya ocurrido pasar por el lugar, a vigilar que se cumplan estrictamente estas medidas.
Es así que la guardia preventiva policial apostada en la zona, tomó sus propios recaudos y por preocupación e iniciativa personal, cumplieron sus rondas nocturnas protegidos con barbijos. Remarcamos que se trata de una iniciativa personal tomada por cada efectivo de la fuerza pública, ya que en las distintas dependencias policiales, tampoco se los aprovisiona con los elementos necesarios para prevenir la propagación del virus, como alcohol en gel y jabón.
Tratándose de una zona promocionada para el turismo, especialmente extranjero, las disposiciones municipales, quedaron en un simple enunciado, mas cercano a quedar bien o a tono con las medidas tomadas a nivel nacional y provincial, que con la verdadera y real preocupación por prevenir la propagación del coronavirus en una ciudad turística.
Partiendo del análisis de riesgos dado por este escenario complejo, la situación actual del país, en relación a COVID-19, se priorizará la estrategia para minimizar la posibilidad de propagación del virus a través del distanciamiento social, algo que sin el control correspondiente, es muy difícil que se cumpla.