La Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizó, mediante un comunicado emitido el 30 de abril pasado, las vías de contagio de coronavirus, incorporando como la principal a los aerosoles respiratorios. Es decir que el virus se puede propagar desde la boca o la nariz de una persona infectada en pequeñas partículas líquidas cuando tose, estornuda, habla, canta o respira, que varían en tamaño, desde gotitas respiratorias más grandes hasta aerosoles más pequeños.
La evidencia sugiere que el virus se propaga principalmente entre personas que están en contacto cercano entre sí, generalmente dentro de 1 metro de distancia. La persona puede infectarse cuando inhala aerosoles o gotitas que contienen el virus o entran en contacto directo con los ojos, la nariz o la boca»
El virus también se puede propagar en ambientes interiores mal ventilados o muy concurridos, donde las personas tienden a pasar períodos de tiempo más largos. Esto se debe a que los aerosoles permanecen suspendidos en el aire o viajan más de 1 metro.
El documento recordó que las personas también pueden infectarse al tocar superficies que han sido contaminadas por el virus al tocarse los ojos, la nariz o la boca sin lavarse las manos.
Es la primera vez que la OMS muestra con claridad y en un documento de acceso público, el rol de los aerosoles respiratorios en el contagio y la importancia de la cercanía y la cantidad de tiempo que las personas permanezcan juntas.
Hasta antes de este documento el contagio por aerosoles respiratorios se reducía a entornos específicos, sobre todo en espacios interiores, abarrotados y mal ventilados, en los que personas infectadas pasaban mucho tiempo con otras, restaurantes, gimnasios, clubes nocturnos, oficinas o lugares de culto.
El 28 de marzo del año pasado, la OMS había dicho directamente que el virus no iba por el aire y que decir esto era desinformar. Esto llegó a todo el mundo y nunca se retrataron. Que en este momento la OMS acepte con claridad que el coronavirus se contagia de esta manera altera las formas de prevención y cuidado para disminuir el riesgo de contagio.
En febrero, antes de iniciar la clases, los protocolos de presencialidad y los cuidados de las áreas educativas estaban centrados en la limpieza de las superficies y no tenían nada respecto a la ventilación o medición de dióxido de carbono. Se gastaron millonadas en desinfectantes y se le restó importancia a la ventilación y a la distancia.
En julio de 2020, un grupo de 239 científicos pidieron con una carta a la OMS que reconociera el papel preponderante que juegan los aerosoles respiratorios en la pandemia.
Ahora no quedan dudas, que si en una escuela o en un lugar de trabajo, nl ventilan hay que exigirlo.
La explicación es que de las personas infectadas sale un humo invisible que puede contener el virus con capacidad de infectar. Ese humo son los aerosoles respiratorios, partículas muy pequeñas, invisibles, que se quedan flotando en el aire y que otra persona puede inspirar, ya sea cuando estás muy cerca y ambos están sin barbijo, o cuando compartes el aire en una habitación cerrada, porque el espacio cerrado atrapa el aire que esa persona exhalando.