Es oficial la intención del presidente Macri de buscar un acuerdo con gobernadores del PJ para tener más control del Congreso. Urtubey está en la lista y la idea del frente único provincial entre el Grand Bourg y Cambiemos cobra fuerza.
La pretensión de La Casa Rosada es simple: que en provincias como Salta sus listas lleven candidatos oficiales que luego acompañen iniciativas clave del Gobierno. “A cambio, promete fondos y obras”, informa el diario Clarín de hoy que precisa que tienen preocupaciones en común y necesidades cruzadas: “los gobernadores precisan fondos y el Gobierno, apoyo en el Congreso”.
La iniciativa sin embargo generaría ruidos de fractura en Cambiemos y en el peronismo, aunque los intereses en juego alientan un pacto silencioso con una negociación que incluye el armado de las listas.
En la mirada del Gobierno, el mapa se divide entre los cinco distritos gobernados por Cambiemos, los conducidos por opositores con relación difícil (Carlos Verna en La Pampa, Gildo Insfrán en Formosa, Alicia Kirchner en Santa Cruz, Alberto Rodríguez Saá en San Luis) y el resto con diálogo fluido por conveniencia mutua. Los peronistas Juan Manuel Urtubey (Salta), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Uñac (San Juan), Domingo Peppo (Chaco), Hugo Passalacqua (Misiones), Sergio Casas (La Rioja), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), en menor medida Lucía Corpacci (Catamarca), componen el grupo que buscará crecer en legisladores con apoyo del Gobierno.
En la Casa Rosada buscarán tener opinión y eventual poder de veto sobre las candidaturas, según adelantó a Clarín un alto funcionario. También habrá un “acuerdo tácito de no agresión”, con una campaña de “baja intensidad”.
Aun en el caso de lograr un triunfo –incluso amplio- en octubre, el Gobierno no llegará a reunir quórum por su cuenta en ninguna de las dos Cámaras del Congreso. Esa debilidad impulsa la estrategia y a la vez enciende la alarma en los socios de Cambiemos. Celosos de que la asistencia con fondos y obras a gobernadores peronistas irá en detrimento de los referentes propios en las provincias, en el radicalismo advirtieron que sumar legisladores por afuera es un arma de doble filo. También argumentan que “el Presidente necesita apoyo y estos tipos en las malas enseguida se dan vuelta” y que la llamada campaña de baja intensidad inevitablemente tendrá sus costos para Cambiemos.
Los gobernadores peronistas venían conversando sobre el armado de un bloque propio de las provincias: lo llegaron a hablar en la Quinta de Olivos, en una de las citas con Mauricio Macri. Ese agrupamiento, previsto para después de las elecciones, divide opiniones en el Gobierno: para algunos ordenaría, para otros daría excesivo poder de negociación a los mandatarios.