El juez Eduardo Raúl Sángari, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, condenó a Félix Hugo Thames a la pena de diez años de prisión por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos) y abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de S. L. A.; abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de M. A., y abuso sexual simple en perjuicio de S. M. C., todo en concurso real.
El juez revocó la modalidad de prisión domiciliaria que venía cumpliendo el acusado y ordenó su inmediata detención y traslado a la Unidad Carcelaria 1. Además, dispuso la extracción de muestras de ADN del condenado para su inscripción en el Banco de Datos Genéticos.
El sujeto llegó a juicio acusado de abusar sexualmente de tres mujeres que trabajaban como choferes en la empresa de colectivos El Cóndor, donde él se desempeñaba como jefe de tráfico. Una de las denunciantes refirió que entró a trabajar como chofer en la empresa El Cóndor en 2015. Los primeros meses lo hizo en condición de contratada. Dijo que fue en ese lapso cuando el acusado comenzó a acosarla. Sostuvo que en dos oportunidades la accedió carnalmente ejerciendo violencia física y psicológica. Además, la sometió a tocamientos impúdicos en reiteradas ocasiones dentro de la empresa.
El imputado les advertía a las víctimas que si no cumplían sus demandas se quedarían sin trabajo.
Otra de las denunciantes que también trabajaba como chofer de colectivo, afirmó que cada vez que tenía que hacer un descargo por algún incidente ocurrido en la calle, el acusado la llevaba a un zoom donde la manoseaba y la besaba a la fuerza. Dijo que esto ocurrió en numerosas ocasiones. La fiscal Luján Sodero Calvet, representó al Ministerio Público Fiscal en la audiencia debate en la que un hombre de 66 años de edad fue condenado a 10 años de prisión. Durante su alegato, la fiscal puso énfasis en el hecho de que este es un caso que involucra a tres mujeres que trabajaron en un ámbito históricamente dominado por hombres, como lo es una empresa de transporte de colectivos.
El fallo en contra del abuso llega después de una larga lucha
Conocido el fallo en contra de quien abusara sexualmente de tres mujeres que cumplían sus actividades laborales en la empresa de colectivos, que nunca escuchó ni protegió a las víctimas, sus abogados, Álvaro Arias Camacho y Sofía Isasmendi señalaron: “se hizo justicia para las tres compañeras que fueron víctimas de abuso sexual por parte de quien fuera el jefe de tráfico cuando eran choferes en la empresa de colectivo El Condor”.
El agresor fue condenado a 10 años de prisión efectiva, revocándose la prisión domiciliaria que tenía en razón de su edad, reconociéndose en la sentencia cada uno de los hechos denunciados.
“Al producirse los hechos, ninguna de las mujeres tuvo apoyo ni contención, ni en la empresa, ni en SAETA ni en el gremio. Por el contrario, debieron soportar el cuestionamiento y la crítica, llegando a decirse que se habían complotado con el gremio para perjudicar a su jefe”, destacó Arias Camacho.
Lo cierto es que, en medio de un ambiente hostil, llegaron a conocerse entre sí las víctimas y unirse en una lucha judicial que llevó varios años.
El ingreso
El fallo Cisneros permitió por primera vez a las mujeres ingresar como choferes de colectivo, pero ello no significó romper con la influencia de factores socioculturales predominantemente androcéntricos que hicieron más grande la asimetría entre víctimas y victimario, propiciándole a este, perpetrar los abusos.
“Siendo mujeres en un mundo laboral históricamente masculino, no contando con la antigüedad, el prestigio y respaldo que sí tenía el agresor, sumado a la necesidad de mantener su trabajo; quedaron a merced de un jefe que se aprovechó de todas estas circunstancias para desarrollar y encubrir sus delitos”, remarcó la querella.
Después de un largo camino y de ser puestas en duda muchas veces, estas mujeres lograron que finalmente sus denuncias llegaran a un juicio oral, con la asistencia del equipo de Alfa, que ejerció la querella.
Durante el juicio se pudieron demostrar categóricamente cada uno de los extremos denunciados, quedando expuesta la falsedad de las alegaciones del acusado y su defensa.
Es de esas veces, no siempre frecuentes, en que desde este espacio podemos ver el fruto del trabajo que realizamos al ver las lágrimas de alivio y gratitud en nuestras asistidas. El saber que se les creyó (más allá del monto de la pena, que no se compara a la gravedad de los hechos del agresor) tiene un efecto reparador y nos hace ver la importancia de no desoír y prestar apoyo a quienes han sufrido un delito tan horrible como el abuso sexual.
“Es una lucha que venimos llevando desde hace tiempo desde Alfa y que seguiremos realizando. Nuestro agradecimiento a las compañeras que trabajaron en el caso, tanto litigando como apoyando, hasta el final de la causa”, señala quien preside la organización ALFA que es Centro Comunitario para Acceso a la Justicia.