Es incomprensible cómo algunos diputados todavía defienden la instalación de la planta de Nitratos Austin en El Galpón. Ahora como si fuese un eximio analista semántico, Ricardo Alonso, anuncia que no es lo mismo “contaminar que impactar”.

De qué manera se puede defender un emprendimiento como la planta de amonio que ha dado tantos ejemplos devastadores a lo largo del planeta como para que un pueblo entero tome precauciones antes de que sea tarde. Una puede ser apelando a la conspiración , y si la paranoia no pega, se puede apelar a la justicia para ver si manda un par de palos que corrijan a esos manifestantes que tratan de impedir el progreso de la región.

Si las dos opciones anteriores fallan, es mejor apelar a los intersticios del lenguaje, para en ellos tratar de encontrar el hueco que permita meterla hasta el fondo (la idea de que Austin no contamina ni mata), y así en una de esas se instala la planta de todas formas.

El diputado Alonso parece que tiene la camiseta de Austin Powder puesta cada vez que realiza una declaración, ahora sale con esta comparación como quien hace el chiste del tubérculo, dice que no es lo mismo contaminación que impacto, a razón de esto “cualquier proyecto industrial impacta lo que sea, hacer una casa impacta, lo que es muy distinto es el tema de contaminar, eso se hace deliberadamente, cuando alguien tira aceite quemado o residuo tóxico que puedan afectar la vida de la biosfera, pero eso no se hace más en la industria moderna”, señaló Alonso al ser consultado por los niveles de contaminación de la planta. Y como si esto fuera poco, luego mandó esta perlita: “La planta va a estar ubicada en medio del monte donde no puede afectar absolutamente a nadie.”

Respecto al riesgo de explosión, mencionó “esa es otra de las barbaridades que se dicen”.