“La Municipalidad de Santa Victoria trae agua sólo cada 20 días, pero no alcanza, nos dura una semana y después nos quedamos sin nada.Cuando vienen, alcanzamos a cargar tres tanques que elevan la temperatura del agua por el calor y una pileta que se llena de gusanos con el paso de los días”.

El relato fue compartido por la Garganta Poderosa, aunque este medio viene retratando hace tiempo las faltas en el Municipio de Santa victoria este.

“¡Acá nos toca llenar la pelopincho para almacenar lo que vamos a consumir!”, retrataron miembros de Chel Huyk Quebrachal; entre las tres comunidades originarias hay 200 familias que reclaman lo mismo: acceso al agua potable.

Gabriel Mendoza tiene 43 años y es uno de los caciques: “La Municipalidad de Santa Victoria trae agua sólo cada 20 días, pero no alcanza, nos dura una semana y después nos quedamos sin nada.Cuando vienen, alcanzamos a cargar tres tanques que elevan la temperatura del agua por el calor y una pileta que se llena de gusanos con el paso de los días”.
“Cuando hace mucho calor, el agua que traen nos provoca diarrea, dolor de cabeza y de estómago. Para colmo, no tenemos enfermeros y debemos ir al puesto sanitario de Santa María, un pueblo ubicado a nueve kilómetros, dificultando aún más el acceso a la salud”.

“El 15 de enero, varios caciques viajamos a Salta capital para tener una reunión con el intendente de Santa Victoria y con funcionarios provinciales de Salud y Educación; ahí les planteamos la urgencia de la red de agua potable y una empresa ganó la licitación de la obra… El 22 de enero mandaron a unas personas y prometieron empezar a trabajar esta semana, pero aún no hay noticias y cada día empeora la situación”.