Comenzó el primer juicio donde se aplicará el agravante del femicidio en Salta. Héctor Ramón Ávila (46) está acusado de la muerte de quien era su pareja, Norma Argentina Ledesma. La mató de un disparo en el pecho en su propia casa en el año 2012.

Héctor Ramón Ávila está acusado por los delitos de homicidio agravado por el vínculo y por la relación con la víctima, en concurso real con el delito de amenaza con arma y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, en perjuicio de su ex pareja Norma Argentina Ledesma. Será la primera vez que se aplique en un juicio en Salta el agravante previsto en el artículo 80, inciso 1º, de la ley 26791, que incorpora los delitos de género al Código Penal.

El tribunal estará presidido por el juez Alberto Fleming. La defensa estará a cargo de René Gómez. La fiscal interviniente será Graciela Herrera de Gudiño. El artículo 80, inciso 1º de la ley 26791 establece que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”.

Para hoy están citados tres testigos, uno de ellos presencial. La ronda de testimoniales continuará el martes, con la declaración de cinco personas.

Está previsto que el juicio culmine el jueves 25 de septiembre.

El caso

Ávila está acusado de haberle efectuado un disparo en el pecho a su ex pareja, Norma Argentina Ledesma, el 30 de diciembre de 2012, provocando su deceso. Según consta en el expediente de la causa, ese día ambos se encontraban en el domicilio de la mujer, en el barrio San Cayetano de la localidad de El Bordo. Luego de efectuarle el disparo a quemarropa, el imputado se marchó de la vivienda de la víctima. Poco después fue detenido por personal policial en su domicilio particular, donde fue secuestrada un arma de fuego calibre 22 y un cartucho del mismo calibre que coincidía con el encontrado en la escena del crimen.

Ávila y Ledesma ya no convivían y el imputado, incluso, tenía una nueva relación amorosa, pero habían retomado el diálogo a raíz del fallecimiento de un hijo. En el expediente se deja constancia de las escenas de celos y amenazas de Ávila hacia su ex mujer.