Con funciones completas se realizaron los dos primeros conciertos de la Orquesta Sinfónica de Salta, Rúcula y Chirimoya, música y misterio, en el Teatro Provincial.
Más de 2500 chicos de distintos establecimientos públicos y privados de nuestra ciudad y alrededores vivieron una mañana distinta, descubriendo el universo de la Orquesta Sinfónica de Salta.
Rúcula y Chirimoya son dos condes vegetarianos que hace 19 años se vinieron a vivir a Salta para integrarse a la Orquesta Sinfónica. Aman a Beethoven y se tranquilizan escuchando Mozart, les gusta jugar con los chicos como si fueran investigadores de misterios y tienen una gran vocación docente.
Por eso fueron guiando a los asistentes a una experiencia sonora inolvidable, transmitiéndoles su pasión por la música clásica. Los chicos disfrutaron de una adaptación del brindis de la Traviata y fragmentos de piezas célebres como la Sinfonía Do de Bizet, Sinfonía Nº 40 de Mozart, y Tannhauser de Wagner, entre otros.
También les enseñaron el significado de tempo orquestal, texturas musicales y polifonías. Finalmente los invitaron a bailar con distintos arreglos orquestales de música de películas, piezas de Juan Luis Guerra, Los Beatles y Chacho Echenique.
Dirigida por la maestra asistente de la Sinfónica, Yeny Delgado, la función contó con las actuaciones Emilio Lépez, Gabriela del Cid y Cristina Altobelli. Los arreglos orquestales estuvieron a cargo de Fernando Giménez, clarinetista de la agrupación.
Estos conciertos didácticos son una herramienta muy valorada y requerida en el ámbito educativo, ya que favorecen la apreciación musical de los jóvenes espectadores, ampliando la visión sobre los bienes culturales y artísticos, provinciales y universales.
Mañana continuarán las funciones, a las 10 y a las 15, en el Teatro Provincial y se espera la misma cantidad de concurrentes.