Dante Quispe, segundo jefe de la Unidad Penitenciaria 5 de Tartagal fue separado de sus funciones luego que el padre de un detenido lo denunciara. Quispe le cobró para beneficiar a su hijo con un informe ante la Justicia.

 Dante Quispe, fue relevado de sus funciones y puesto en disponibilidad por Servicio Penitenciario Provincial. La medida fue dispuesta luego que el padre de un detenido lo denunciara por cobrarle una suma no determinada de dinero y de exigirle prebendas para mejorar la situación de su hijo detenido en ese penal.

Es lo que informa diario El Tribuno en una nota escrita por Cristina Carrazán, que reproducimos en parte: Según el denunciante, el compromiso de Quispe era beneficiar al interno con un informe que sería elevado al Juez de Ejecución de Sentencias, cargo que en el caso de Tartagal ejercen los camaristas Osvaldo Chedha, Sandra Bonari y Ricardo Martoccia, con rotación de turnos. De no haberse detectado la maniobra, el detenido -acusado por el delito de asalto a mano armada, privación ilegítima de la libertad en perjuicio de una familia de Aguaray y una fuga posterior- habría completado la condena con el beneficio de prisión domiciliaria como Quispe lo sugería en el informe de evaluación.

Lo que habría denunciado el médico es que para favorecer la situación de su hijo fue tentado por el segundo jefe de la Unidad Carcelaria 5, quien le prometió que elaboraría un informe favorable al Juez de Ejecución de Sentencia para posibilitar que Matías Darwich pueda cumplir su condena con prisión domiciliaria.

Para lograr ese cometido Darwich padre, un profesional muy querido y reconocido en su pueblo, le prestó un departamento de su propiedad ubicado en la ciudad de Córdoba para que una de las hijas de Quispe se alojara allí mientras realizaba su carrera universitaria. Darwich se hacía cargo de los pasajes ida y vuelta de la joven, de las expensas del departamento y todo lo que demandaba su vida universitaria, además de entregarle una suma no determinada de dinero al jefe penitenciario.