El arzobispo repudió la quema simbólica de la Cruz del Congreso Eucarístico.

Después de que se realizara un acto, en el monumento a Güemes, en el que mujeres se manifestaron contra la violencia de género, un grupo realizó una “quema simbólica” de la cruz de hierro, ubicada en el paseo a Güemes.
En vez de preguntarse por qué salteños sienten la necesidad de repudiar a la iglesia que él comanda en Salta, MarioCargnello salió con los tapones en modo “vístima”.
Dijo que esas mujeres “alimentan actitudes hostiles, que por momentos se tornan muy peligrosas, que reflexionen y crean en la fuerza del amor que vence al odio, de la unidad que nos ayuda a ser más humanos”.
El arzobispo de Salta no dijo nada de los violines con sotana y dijo sobre el fuego en la cruz de hierro: «No es fácil reflexionar sobre un hecho que nos resulta absurdo y nos deja perplejos”. Y se preguntó: “¿Qué significa? ¿Qué mensaje nos transmite? ¿Qué se pretende?”

Cargnello además recordó que Cruz fue plantada como “una llamada a la unidad de todos los argentinos” y que es “un signo de la aspiración profunda del pueblo de Salta a ser un pueblo fraterno, justo, acogedor, pacífico y pacificador”.
Finalmente Cargnello pidió a quienes “alimentan actitudes hostiles, que por momentos se tornan muy peligrosas, que reflexionen y crean en la fuerza del amor que vence al odio, de la unidad que nos ayuda a ser más humanos”.
¿Sabés, Mario, qué otra cosa nos ayuda a ser más humanos? Colaborar con la justicia y dejar de proteger a violadores.