En un clima de tensión, el oficialismo adelanta la reforma previsional. Confiado en que tiene los votos para aprobarla, buscará convertirla en ley con el apoyo de algunos peronistas.
Es ahora o nunca. Ante la resistencia creciente que despierta la reforma previsional, el oficialismo resolvió anticipar el tratamiento de la iniciativa en la Cámara de Diputados: con el guiño de un sector del PJ no kirchnerista, convocó a una sesión especial para hoy, a las 14. El debate se dará en un Congreso blindado por las fuerzas de seguridad y rodeado de protestas.
La estrategia terminó de definirse en un encuentro en la Casa Rosada, del que participaron el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y el intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, el peronista Raúl Jalil. La urgencia había nacido en la Cámara baja: tras la caótica reunión de comisión de anteayer, las autoridades del interbloque de Cambiemos se convencieron de que el paso del tiempo les juega en contra.
«Esto está muy caliente, no aguanta una semana más. Hay que apurar», explicó un diputado de peso del oficialismo en el segundo piso de la Cámara baja. Las imágenes de los alrededores del Congreso le daban la razón. Sobre Rivadavia, dos cordones de Gendarmería impidieron el acceso de manifestantes que se dirigían hacia el Palacio Legislativo. Provistos de palos y escudos, los agentes golpearon a diputados de la oposición que se presentaron para defender a los manifestantes.
Unos veinte camiones con efectivos de las fuerzas de seguridad se apostaron sobre la calle Combate de los Pozos. Se preparaban para blindar el edificio, ante la movilización convocada por los sindicatos enfrentados al Gobierno. El Congreso estará vallado varias cuadras a la redonda, como en las asambleas legislativas. Sólo se podrá ingresar con acreditación.
Los cálculos previos anticipan un triunfo para Cambiemos, pero por muy escaso margen. Ese mensaje de alarma transmitieron ayer el presidente de la Cámara, Emilio Monzó; el jefe del bloque de Pro, Nicolás Massot, y el presidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y al ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
«Vamos a conseguir los votos necesarios para sancionar la reforma previsional», declaró ayer Peña, en un contacto con la prensa acreditada en la Casa Rosada, después de la reunión con las espadas legislativas de Cambiemos. «Los jubilados van a ganar más el año que viene; van a estar por encima un cinco por ciento de lo que se estima de inflación. No es cierto que se estén reduciendo las jubilaciones, y es muy importante aclarar eso», agregó.
Encargado de la relación con los mandatarios provinciales, Frigerio acercó a la reunión a Manzur y a Jalil, de buen diálogo con la gobernadora Lucía Corpacci. El gobernador de Tucumán pidió que se elimine o se morigere el aumento de los impuestos internos a las bebidas azucaradas. En el Gobierno accedieron a hacer cambios en la reforma tributaria. Para la ley previsional, cada voto cuenta. «Estamos cortando clavos», sembraron el suspenso desde la Casa Rosada.
El interbloque que preside Mario Negri parte de un piso de 127 votos favorables. A los 108 diputados del oficialismo se sumarían 19 que responden a gobernadores del PJ. Firmaron el dictamen los representantes del peronismo de Tucumán, Córdoba, Misiones y Santiago del Estero. Para alcanzar el quórum, de 129, y habilitar el comienzo de la sesión, Cambiemos cuenta con el compromiso del Bloque Justicialista (BJ), que preside el salteño Pablo Kosiner, cercano a Juan Manuel Urtubey.
La posición de esa bancada da cuenta de los riesgos que corre la reforma previsional. Pese a que los senadores del bloque que preside Miguel Pichetto aportaron votos claves para que el proyecto fuera sancionado en la Cámara alta, los diputados del BJ advirtieron ayer que no acompañarán la iniciativa. «El país no es el mismo de hace veinte días», justificó uno de los miembros de esa bancada.
De acuerdo con el plan de labor, la reforma previsional será el primer tema de peso en la agenda. Antes está previsto que se tome juramento a cinco nuevos diputados, entre ellos Jorge Enríquez, el reemplazante de Joanna Picetti, la diputada por la Capital excluida por el oficialismo. Cambiemos apuró la asunción de otros dos legisladores. «No hay margen para ceder ni medio voto», reconocen en el interbloque que preside Negri.
La sesión contempla también el tratamiento de la reforma tributaria, la designación de representantes del Congreso en el Comité de Lucha contra la Tortura y la autorización para que Mauricio Macri se ausente del país durante 2018 por cuestiones de gobierno. En el oficialismo no descartan modificar el orden de la agenda para que la reforma previsional se debata durante la madrugada, cuando la tensión de la tarde se haya disipado.
Fuente: La Nación