A estas alturas, ya no cabe duda que el diputado provincial Matías Posadas coquetea con el saenzcismo para no quedar huérfano una vez que el urtubeicismo emprenda la retirada.
Allá por el mes de agosto, sorprendía a ajenos, pero mas que nada a la riñonada del Gustavo Sáenz, la presencia del legislador en un acto del municipio, y que agradeciera luego afectuosamente al intendente, el haberlo llevado a visitar obras.
Los siguientes gestos de Posadas, no hicieron mas que confirmar lo que todos percibieron en ese acto, el legislador ya ni siquiera se sonrojaba con la idea de pasar al sector sobre el que su partido tuvo duras y furibundas críticas. Después de todo, “a rey muerto, rey puesto”, y la tangible posibilidad de Gustavo Sáenz de llegar a la gobernación, podría significarle a Posadas la promesa de seguir alimentándose de las manos del poder, cuando no permitirse cumplir con el sueño de llegar a la intendencia capitalina (no importa por qué partido, frente o con qué dirigente).
Quien se ocupó de desmentir los rumores de un acercamiento ventajista, fue su otrora mano derecha Matías Assennato, quien salió al cruce de los rumores que vincularon a su partido en un intento de acercamiento con el equipo del intendente para el 2019.
Assennato intentó despegar al legislador provincial de los rumores, ligando a Sáenz con Macri y recalcando que “nosotros” somos oposición a Macri y Sáenz, sin visibilizar una profunda grieta que se apropiaba del mismísimo Frente Plural y que hoy mantiene enfriada la relación entre ambos. El titular del Registro Civil también mira de reojo el acercamiento, y sabe perfectamente que en caso de cerrar acuerdo con el saenzcismo, Posadas no dudará en inmolarlo, como prenda de la discordia ya superada.
Hoy, en el Centro Cívico hubo un acto, pero Matías Posadas no fue parte. La fotografía, lo sitúa en la sede municipal, «haciendo la amansadora» para poder ser de los privilegiados que ascienden al sector de intendencia, donde se encuentran no solo el intendente Gustavo Sáenz, sino también sus principales funcionarios y operadores políticos. Ni tan cerca para subir directamente, ni tan lejos para pasar desapercibido. Todo un gesto.