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Biella corta y Posada del fin

Otros grandes perdedores del domingo pasado fueron quienes presentándose como lo nuevo, reciclaban todo lo viejo: Bernardo Biella y Federico Posadas. La popularidad del primero hace dos años obedeció a su alianza con el estridente sojero de campera amarilla, mientras el segundo simplemente carece de luz propia.

El desmembramiento del frente que llevó de candidato a Bernardo Biella ya se concreto. Las razones que lo explican son varias. Era un frente que nucleaba agrupaciones que alguna vez se declararon de izquierda, junto a otros que podían reivindicar un tipo de neoliberalismo impulsado por Roberto Augusto Ulloa como gobernador de facto o gobernador electo durante el menemismo, y a radicales que siempre cuentan con sectores que se sienten más cómodos en uno u otro de los extremos. A esas razones se le suman otras más vinculadas a la figura del propio Biella. Si cuando podía presumir de sus 103.162 votos de octubre de 2011 no podía ni disciplinar ni persuadir a las partes del supuesto todo; ahora, con sus 48.881 votos que representan un casi 8%, nada ha podido hacer para evitar el desmembramiento definitivo.

Los hermanos Posadas, por su parte, recibieron un golpe letal: del 12% cosechado en abril del 2012 que les permitió arañar los 30.000 sufragios, bajaron ahora a 9.884 votos. Un 3,5%, que los ponen en el lugar de los partidos chicos y de corta existencia, como efectivamente lo es. Por ahora, los hermanos parecen haber quedado reducidos a fuerza de choque dialéctica del Gobernador.Las personas capaces de realizar la declaración artera que hiera a los adversarios del frente gobernante que encabeza el propio Gobernador. Federico Posadas ya dio muestras de ello. Acusó de los malos resultados a la intendencia. Los resultados del domingo pasado convierten en una aventura insistir en participar de las generales de octubre. Por los malos resultados, pero también porque el otro Posadas, Matías, quiere disputar la senaduría en las provinciales de noviembre. Los hermanos, además, concentran el rencor del justicialismo que ve en ellos a las figuras que dispersan el voto oficial favoreciendo a terceros