A falta de «gurúes» capacitados que esgriman armas secretas para mover el amperímetro de escenarios locales, la intendenta Titi Romero viene cosechando puntaje negativo desde el inicio de su gestión. Su comunicación interna y externa no logra hacer pie, y acude a asesoramientos sin estrategias claras y perimidos. Publicidades inspiradas en viejas propagandas, y contactos políticos que más que aceitar relaciones, están para aceitarse las articulaciones.

En el mundo de la comunicación y nuevas tecnologías, la intendenta municipal sabe lo que quiere, tiene en vista el objetivo, pero no logra dar con la fórmula. La crisis del coronavirus hizo dar un salto de popularidad al presidente Alberto Fernández quien hizo tambalear su suerte con errores propios, que sin embargo no hicieron mella en la opinión general. El gobernador Gustavo Sáenz corre la misma suerte. Está comprobado que la adversidad es su mejor escenario y lo demuestra moviéndose como pez en el agua.

Pero la intendenta Bettina Romero no. Primero intentó quedarse en casa, pero la impronta de Saenz dejaba muy en evidencia su estado de quietud. Decidió salir a mostrarse, pero la actitud popular que pretenden imprimirle sus asesores comunicacionales choca. La gente no le cree. 

Su abuelo, Roberto Romero era dueño de un carisma sin excepciones. Proveniente de la clase trabajadora, no necesitaba impostar ninguna pose para trascender en medio del pueblo y lograr su aceptación. Por el contrario, su padre Juan Carlos Romero, siempre fue un negado para el contacto popular, pero un buen administrador. Bettina quiere se la tercera generación del clan, en acceder a la gobernación de Salta, pero para ello tiene que pasar el examen de la intendencia capitalina, necesita de la popularidad de su abuelo y de la eficiencia administrativa de su padre, dos cualidades que todavía no aparecen. 

La improvisación comunicacional

De nada sirve buscar recetas que permitan pegar saltos de calidad, instalar agenda y modificar su perfil, si la alcaldesa se rodea de asesores comunicacionales que han hecho incluso de sus propias imágenes, un culto de la tilingería y el canje en redes sociales. 

Ser comunicador social, ser periodista, o editor de revistas, no habilita para una tarea tan delicada como llevar adelante la imagen de un/a gobernante. La improvisación no cuenta a la hora de entender la cultura criolla, la política, y el ritmo en el que se mueve la sociedad.

Los desatinos son constantes, la gestión no aparece y la intendenta se ve forzada a poses que en su propia cara denotan incomodidad. La respuesta positiva no llega por parte del ciudadano y en las encuestas, de los tres gobernantes mencionados, es la que la lleva peor. 

Dijimos improvisación, pero también podemos mencionar falta de creatividad. Y como muestra solo basta, un video de mal gusto firmado por la gestión capitalina de Titi Romero y como aporte a la difícil tarea de concientización de la prevención del COVID-19.

En este escenario se inscribe el malogrado spot de la campaña #Quedatencasa para el que debiera  conformarse un tribunal presidido por Juan Antonio Bayona, Martín Mercado y/o Luis Puenzo; que ajusticie la puesta en escena donde un muchacho evoca y parafrasea el poema popularmente conocido como “Los Indiferentes” volcado a la cuestión de la pandemia de coronavirus. 

En su corto recorrido por el empedrado contiguo al Cabildo de Salta, el joven protagonista  atraviesa en el video a un hombre de rasgos orientales, luego sigue su rumbo por encima de un hombre mayor y de la tercera edad, después traspone el cuerpo que alega como perteneciente a una mujer inmunodeprimida, y finalmente el de una viajera. El epílogo casi cae de maduro: el protagonista admitiendo que ya es tarde, pues su indiferencia previa lo puso cara a cara con el mal. 

Si bien al final del audiovisual se aclara que el mensaje está inspirado en aquel anuncio de 1992 con el que la Fundación Huesped alertaba sobre los riesgos del HIV, la mala copia mas semejante a un trabajo práctico del secundario, produjo nuevamente efectos negativos y críticas a la falta de creatividad. Median 28 años entre el alumbramiento de aquel spot shockeante del Consejo Publicitario Argentino y esta -más que flamante- realización salteña, recién salida del mismo vientre. Con los avances en materia comunicacional, era necesario apelar a una vieja fórmula exitosa en su momento, pero con olor a moho? 

 

La vieja política no puede enfrentar el futuro

Dicen que la política es el arte de lo posible, pero a veces para eso hay que tener una receta y no todos la tienen. El pasado 8 de marzo Cuarto Poder adelantaba en su artículo “Titi Romero apunta al amarillo?”, el sigiloso acercamiento del sector “maroquista” al municipio capitalino. Ninguneado y relegado por las voluntades del gobierno provincial, el vicegobernador y su troupe, lograron recalar finalmente bajo el amparo de Bettina Romero. 

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Los constantes desplantes de la intendenta, el desconocimiento del juego político (nunca militó en ningun partido) y el rol de las instituciones, la han puesto de espaldas al Concejo Deliberante capitalino. Pieza fundamental para el buen desarrollo de un gobierno que requiere el aceitado engranaje de cada una de sus partes. 

Acorralada en un método desconocido, quien en su momento le respondiera a su padre que no quería en su gobierno a ningún “viejo o jubilado” de la política, dió marcha atrás sobre sus pasos y nombró como asesor político a Cesar “Oveja” Alvarez Adet, un dirigente que ya ha cumplido su ciclo, y que difícilmente deje atrás el parroquialismo y la forma de hacer política ya en desuso, para estos nuevos tiempos. Proveniente de la época en que Raúl “el Ciego” Sangari era intendente, las tácticas y estrategias que puede proponer el “nuevo” asesor municipal, atraparán seguramente a la intendenta, en un sistema totalmente perimido y sin conocimiento de los nuevos desafíos a la hora de gobernar. Las sociedades de hoy en día, se caracterizan por una velocidad tal en las transformaciones, que  para que las gestiones no aparezcan “desfasadas” es imprescindible, que se comprenda que gobernar, es una responsabilidad inescindible de toda la dirigencia política. La incorporación de  esta “Oveja” muy por el contrarío, imprime a la gestión municipal, una patina de antigüedad que reproducirá más fracaso.

Con asesores así.. sin gestión, ni marketing, Bettina #QuedateEnCasa